Nanclares acoge con “satisfacción” el cierre del viejo penal y pide al gobierno central recuperar el espacio
El alcalde, José Javier Martínez, aspira con el tiempo a reconvertir el edificio y darle “un futuro diferente”. El Pleno municipal pide que la cárcel revierta al pueblo por unanimidad.
Vitoria - Nanclares de la Oca suspiraba por el cierre de su viejo penal desde que el macrocentro penitenciario de Araba -Zaballa- abriese sus puertas en 2011. Difícilmente puede encontrarse en un entorno cercano un caso similar, que un municipio tan pequeño albergue dos cárceles al mismo tiempo, por lo que el agravio para sus vecinos ha sido evidente a lo largo de estos años. Pero la espera empieza a tocar a su fin, tras la reciente decisión de Instituciones Penitenciarias (IIPP) de cerrar todas las instalaciones de la vieja cárcel, que durante este tiempo ha acogido sólo a presos en tercer grado ante la inexistencia de un centro de inserción social (CIS) en toda la geografía vasca.
En este contexto, la “satisfacción” cunde en la localidad alavesa, tal y como reconoció ayer en declaraciones a este periódico el alcalde de Iruña Oka, José Javier Martínez. Como en muchos otros casos, aunque con sus lógicos matices, más vale tarde que nunca. “Era uno de los compromisos que el Gobierno central había adquirido cuando se construyó el nuevo centro. Nos hubiera gustado que se hubiera producido mucho antes, pero las circunstancias de la política penitenciaria no lo aconsejaban. Pero por fin se ha cumplido ese compromiso que exigimos desde este Ayuntamiento, que Nanclares no tenía por qué tener dos centros penitenciarios”, apuntó el primer edil socialista.
Se abre ahora una nueva etapa para Nanclares en relación al vetusto penal, que el Consistorio aspira ahora a recuperar para desarrollar, a medio-largo plazo, algún tipo de proyecto. “Lo que no podemos es dejar morir ese espacio en la mayor de las miserias. Tenemos que ver si, municipalmente, podemos revertir esa situación y convertir lo que ha sido un centro penitenciario en un centro de otras características, que pueda tener un futuro diferente”, avanzó el alcalde. Por de pronto, el último Pleno del año celebrado este pasado miércoles en el Ayuntamiento sirvió para que saliese adelante, por unanimidad, una moción en la que precisamente se reclama al ejecutivo central la reversión del espacio al pueblo. El texto original, propuesto por el grupo de EH Bildu, contó con apoyo del gobierno en manos del PSE-EE y de todos los grupos de la oposición, PNV, PP, Podemos y la propia coalición abertzale.
Todavía es pronto para saber qué uso futuro se le puede dar al recinto, pero el primer edil advirtió de que en el Consistorio hay ya “muchas ideas”, sin entrar en detalles. “Ahora que se ha dado este paso, tenemos que verlas y ordenarlas. Además, esto evidentemente no es un asunto municipal, sino que tiene que ver con diferentes instituciones. La primera por supuesto es el Gobierno central, pero también Gobierno Vasco, Diputación, Ayuntamiento... Podemos poner en marcha proyectos conjuntos entre quien se quiera sumar”, tendió la mano Martínez. El alcalde llamó a trabajar “conjuntamente, entre todos, para hacer un buen proyecto”. “Somos conscientes de lo que hay. Es un muerto que no podemos dejar que se pudra. Tenemos que ver cómo podemos revertir esta situación y vamos a empezar a trabajar en buscar opciones de futuro para este espacio”, resumió.
el proceso Según adelantó ayer DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, la secretaría general de Instituciones Penitenciarias (IIPP) decretó el cierre definitivo de la vieja cárcel Nanclares, incluidas todas las dependencias del penal y su sección abierta, en una resolución fechada el pasado 22 de noviembre. El cese de la actividad del centro ha arrancado esta semana con el traslado de estos presos en régimen abierto a Zaballa, donde se han habilitado dos módulos específicos, intramuros, para acogerlos, pero se extenderá durante al menos un año. No en vano, “la clausura definitiva” de los pabellones vivienda de la vieja cárcel, donde residen los trabajadores del centro penitenciario, no se materializará hasta “el 30 de noviembre de 2020”, según la misma resolución.
El lamentable estado de las instalaciones de Nanclares y la imposibilidad de revertirlo sin una inversión multimillonaria está detrás, principalmente, del cierre decretado por IIPP. La propia resolución del organismo dependiente del Ministerio de Interior explicita que “con el tiempo y la razonable falta de inversiones en el antiguo centro penitenciario, se ha venido evidenciando un progresivo deterioro de las instalaciones de la sección abierta y de los pabellones vivienda”.
“Este deterioro, desde una perspectiva presupuestaria, es de imposible reversión, no siéndolo tampoco con cargo al pequeño porcentaje económico que se pueda recaudar por medio del canon con el que se abona el disfrute de las viviendas”, apunta el texto. Así las cosas, los inquilinos de estos pabellones dejarán de serlo a priori en el plazo de un año, mientras que los reclusos en tercer grado han sido reubicados ya en los módulos 2 -en el caso de los hombres- y 1 -en el de las mujeres- de Zaballa. Allí pernoctaron por primera vez este pasado miércoles. Los sindicatos ACAIP y UGT han presentado un recurso de reposición contra la decisión adoptada por IIPP.
Satisfacción. La clausura del viejo penal de Nanclares ha sido acogida con “satisfacción” por el alcalde, tras ocho años de convivencia del centro con Zaballa.Exigencia. Confirmado el cierre, el Pleno de Iruña Oka ha reclamado al Gobierno central que su espacio revierta al pueblo.
El alcalde de Nanclares aboga por recuperar para el pueblo las instalaciones del viejo penal y desarrollar allí un proyecto en colaboración con el resto de instituciones.