Vitoria - Otro que estará de aniversario en 2020 es el propio Ricardo Sáez de Heredia, ya que el año que viene cumple 20 años como abad de la Cofradía de la Blanca, en los que ha tenido momentos de alegrías y otros de disgustos, como el del miércoles, cuando venía de enterrar a Andrés Basilio, abad desde 1973 a 1975. “Quedan ahora tres abades vivos: Joaquín Jiménez, cuyo santo, por cierto, será este viernes, Andoni Pérez Cuadrado, y Cristina Fructuoso”, lamenta.
Tras 20 años como abad, ¿se ha puesto una fecha de retirada?
-No me he puesto una, pero no me gustaría superar la cifra que nos ha marcado nuestro queridísimo Iñaki Landa (21 años como el aldeano de Zalduondo), que nunca quiso superar a nuestro primer Celedón: José Luis Isasi. Hay gente en la junta muy preparada para cuando llegue el relevo.
¿Su 20 aniversario como abad lo celebrará de forma especial?
-Lo especial será por el 125 aniversario del Rosario de los Faroles, que yo creo que puede ser una guinda muy bonita, porque date cuenta de que cuando yo cojo esta aventura era para dos años, en principio, pero, afortunadamente, las cosas empezaron a funcionar muy bien.
¿Se acuerda qué objetivo tenía cuando llegó a este cargo?
-¡Ay, sí! El de una cofradía para el siglo XXI.
¿Y se ha cumplido?
-Creo que hemos conseguido una cosa importante, que la Cofradía de la Virgen Blanca se acepte, se vea y se viva con un espíritu reformado y de futuro. Cuando entré en la cofradía, mis hijos me preguntaron: Papá, ¿dónde te has metido?! y ahora mis nietos participan en el Rosario de los Faroles y yo creo que van con mucho orgullo: niños y gente joven. Se han hecho cosas. En 2015, por ejemplo, recuperamos la tradición de juntar a todas las mujeres que lleven el nombre de Blanca, Zuriñe o Edurne y ahora llegan de toda España.
¿Hay devoción en Vitoria?
-Estamos teniendo en estos momentos gestos y oportunidades, donde hay mucha cercanía. Llámale sentimiento de participación y pertenencia a un grupo de gentes de esta ciudad, de los que estamos de siempre o de los que acaban de llegar. Ahí están nuestros grupos peruanos muy cercanos con nosotros y todos los que se quieren acercar. Sí que notamos que hay devoción, hay raíz, y en gente joven que nos llenan de esperanza. Creo que hay un enlace ya de los que tienen 20-30 años con los 70.
¿Por qué motivo hay más?
-Yo creo que han ayudado los misterios luminosos, que son una oportunidad para la participación y todos los actos que hacemos en fiestas. El conocimiento cultural del propio Museo de los Faroles también nos ha ayudado mucho.
Por último, ¿qué le pide a la Virgen Blanca?
-Yo le pido todos los días siempre tres cosas: valor para todo lo que quiera cambiar, le pido paciencia para aguantar lo que no pueda cambiar y sabiduría para saber también cómo tengo que actuar.