Vitoria - ”Ya está todo listo para empezar. Hay un equipo excepcional y va todo sobre ruedas”, avanza Paco Santolaya, tras repasar algunas de las claves de una cita que se desarrollará en el Palacio Europa hasta el miércoles. Será el congreso más grande que acogerá la capital alavesa a lo largo de su historia.
1.500 profesionales, el mayor congreso en la historia de esta ciudad... ¿Qué espera de la cita que comienza mañana?
-Vamos a tener a la flor y nata de la psicología española y a nivel internacional también, y creo que las aportaciones que se van a dar son muy importantes. Llevamos siempre una idea, y es que los congresos sirven para intercambiar. Pero sobre todo sirven para que lo que se intercambie se lleve después a la práctica en beneficio de la ciudadanía.
¿Por qué se fijaron en Vitoria para organizar este gran congreso?
-El congreso se hizo en su momento en Granada y obviamente también en Madrid, pero pensamos que Vitoria sería un sitio muy importante. Hay una sensación de que está algo aislado, pero la psicología está en todas partes. Y eso sin contar con las cuestiones gastronómicas (ríe). Isabel Martínez -decana del Colegio de Psicólogos de Álava- es parte de la junta de gobierno, había varias propuestas y decidimos escoger ésta, porque pensábamos que era la más adecuada. Estamos muy agradecidos porque el Colegio alavés se ha implicado completamente en el tema.
Reza el lema del evento que ‘nada en lo psicológico nos es ajeno’. ¿Por qué motivos?
-Los seres humanos damos mucho valor a la parte física, lo cual es lógico, pero lo que mueve a las personas con mucha frecuencia es la parte emocional y la parte psicológica. Es lo que pasa en muchísimos cuadros de carácter psicopatológico, en los que una persona puede estar deprimida y no es consciente de la depresión que tiene. O en el tema de las adicciones, como el tabaco, que se siguen utilizando porque en el fondo se piensa que el de al lado puede tener un cáncer de pulmón pero a uno mismo no le va a pasar nada.
Habla de un adicción clásica, pero con el tiempo han emergido otras más propias de los tiempos modernos. Este hecho les tiene que exigir un constante reciclaje.
-Sí, es un campo ilimitado. El problema de todas las nuevas adicciones es que se suelen implicar en el propio desarrollo del individuo, de los niños. Entonces, la única manera de poder cortar eso es la implicación completa de los padres y que tengan conciencia de la problemática que conlleva y de los mecanismos que hay para resolverla.
Entre otros muchos temas, se tratará en el congreso el uso de ‘Instagram’ en la adolescencia.
-Tenemos ahí un problema, que la gente joven, y también las personas mayores, están acostumbrándose a comunicarse a través de medios virtuales. Pero nuestra especie no está preparada para eso, por lo que se crea una gran cantidad de problemáticas en las relaciones de pareja o en las de padres e hijos. Por una razón muy sencilla. Cuando dos personas están hablando, la información que se transmite está modulada por lo que se ve y por el contexto de esa conversación. Pero a distancia, a través del WhatsApp o de Instagram, esto no ocurre. Y además se crea una especie de adicción por esos me gusta que incluyen algunas de las aplicaciones.
¿Y cuáles son los principales peligros en el caso de los más jóvenes?
-El principal es no conocer realmente a la persona que tienes al lado. No tiene nada que ver lo que una persona hace y cómo se comporta de tú a tú con lo que uno hace tras la defensa de un móvil o un ordenador. Lo que se transmite a través de la pantalla es cómo nos gustaría ser, pero luego está la realidad de lo que somos. Y ahí está el problema. Porque debido a esto, las personas están cada vez más solas.
El suicidio será otra de las temáticas importantes que van a tratarse. Un tema siempre rodeado de estigmas y que ahora trata de desprenderse de esa etiqueta tabú.
-Es uno de los grandes problemas que tenemos encima y que van a venir. Se calcula que en el mundo hay alrededor de 800.000 personas que anualmente cometen suicidio. Y esta cifra no se conoce con claridad, porque obviamente hay otro porcentaje determinado de muertes que se atribuyen a accidentes y a otro tipo de causas. Lo que es una realidad es que ha habido un aumento bastante importante de suicidios en las dos últimas décadas. En Estados Unidos, por ejemplo, de cerca de un 30%. Y lo que tenemos que hacer es hablarlo. La gente tiene que saber lo que está ocurriendo porque es la única manera de poderlo prevenir. Hay técnicas y estrategias importantes para la prevención del suicidio que son muy eficaces, como la terapia dialéctica conductual o la cognitiva. Pero si la persona afectada no lo sabe y piensa que no tiene salida... Las cosas hay que plantearlas, hablar y buscar alternativas.