Vitoria - Martínez de San Vicente, diplomado en Empresariales, desde que hace cinco años tomó las riendas de la librera ArleKin, es el ejemplo perfecto de cómo se puede dar un giro a un negocio tradicional ofreciendo servicios, talleres y actividades para adaptarse a los nuevos tiempos. Ahora, ArleKin ofrece toda una experiencia de compra, gracias al esfuerzo de su propietario por reinventarse y al haberse mudado a un establecimiento más grande, de 250 metros cuadrados útiles, pero a sólo 10 metros de su antigua ubicación.
¿Cómo le va a su librería desde que en 2017 inauguró este nuevo local?
-Va bien. Yo creo que esta es una de las cosas de las que el pequeño comercio se tiene que distinguir de la gran superficie: en generar experiencias. Por ejemplo, cuando alguien me dice que viene a encargar los libros de texto, les muestro el almacén para que vean qué les ofrecemos nosotros. Al comercio que curra, le va bien todo el año, pero al tendero que está de brazos cruzados no le va a entrar nadie, si sigue haciendo lo mismo.
¿Qué se puede hacer para evitar la epidemia de comercios cerrados?
-Se pueden hacer cosas. Los que me dan más pena son los alquileres municipales que están parados, se podrían sacar por la mitad o darles la licencia más rápido o que no les cobres las basuras. Pero es difícil engrasar esta maquinaria. - A.S. / Foto: P. B.