muy lejos de la crispación y la sensación de excepcionalidad de hace cuatro años, ayer el Pleno del Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz invistió a Gorka Urtaran como alcalde en una ceremonia muy institucional y con la única incógnita de si Miren Larrion presentaría una candidatura alternativa, como finalmente hizo.
Con la puntualidad que exigía la ocasión se constituyó la Mesa de edad, en un salón de plenos abarrotado por la presencia de familiares de los ediles y de autoridades como el diputado general, aún pendiente de su reelección, Ramiro González; el presidente de las Juntas Generales, Pedro Elosegi; la teniente de diputado general, Pilar García de Salazar; o la consejera de Empleo y exconcejala de Gasteiz Beatriz Artolazabal. También asistió su compañera socialista en el Gobierno Vasco María Jesús San José; la secretaria general del PSE en Álava, Cristina González; el presidente del Araba Buru Batzar, José Antonio Suso; o los parlamentarios Mikel Otero (EH Bildu) o Cristina Macazaga (Elkarrekin Podemos).
La socialista Estíbaliz Canto, la edil más joven de la Corporación, y María Gema Zubiaurre, de Elkarrekin Podemos, la más veterana, acompañaban a Martín Gartziandia, secretario del Pleno, quien leyó los nombres de todos los concejales, y a partir de ese momento todos y cada uno de ellos fueron jurando o prometiendo su cargo.
El nuevo Ayuntamiento de Gasteiz ya había sido constituido, y tocaba entonces elegir al alcalde, previa advertencia de Gartziandia de que saldría elegido primer edil quien obtuviera la mayoría absoluta o, en su defecto, quien encabezara la lista más votada. Había que saber previamente quien se postulaba al cargo, una pugna a la que renunciaron Zubiaurre, Leticia Comerón, portavoz del PP, y Maider Etxebarria, cabeza lista del PSE en las elecciones municipales. Así, se reeditaba la gran batalla de las elecciones municipales, la sostenida entre el jeltzale Gorka Urtaran y Miren Larrion, cabeza de lista de EH Bildu, aunque en esta ocasión, por decirlo de alguna manera, con las cartas marcadas.
Según marca la tradición, un ujier fue pasando sendas jarras de plata, que llevan en la Casa Consistorial bastante más tiempo que cualquiera de sus habituales, donde cada edil fue depositando su voto, secreto, aunque en el posterior recuento no quedaron muchas dudas sobre qué opción había elegido cada cual. No hubo sorpresas al respecto. Canto sacaba las papeletas y Zubiaurre las leía, y se iba confirmando lo que, salvo sorpresa mayor, estaba previsto. Urtaran obtuvo trece votos, los de sus siete concejales y los de los seis del PSE, fruto del pacto entre jeltzales y socialistas para todo Euskadi. Larrion lograba el respaldo de sus seis ediles, y el resto de concejales, los del PP y de Elkarrekin Podemos, votaban en blanco.
Procedía, por tanto, nombrar “ilustrísimo alcalde de Vitoria-Gasteiz”, decía Gartziandia, a Gorka Urtaran. El reelegido primer edil prometió su cargo y recibió de manos de Zubiaurre, previa felicitación, la makila y la medalla del Ayuntamiento; se sentó en el lugar que ya ha ocupado en los últimos cuatro años y pronunció un discurso en el que se comprometió a ser “el denominador común de todos los gasteiztarras”.
“Tendré muy en cuenta -afirmó Urtaran- la pluralidad política y las diferentes inquietudes y anhelos de una ciudad ideológicamente diversa, pero con una misma pasión: nuestra ciudad, Vitoria-Gasteiz”.
El alcalde dio las gracias a quienes le han votado y a quienes no, y aseguró que asume el reto de “conformar una superciudad europea, una ciudad que busca la excelencia y que quiere ser un referente en calidad de vida, competitividad económica y sostenibilidad”. Además, puso sobre la mesa las líneas maestras de la legislatura, con la economía, la industria y el empleo como ejes básicos. “Tenemos que seguir basando el futuro de nuestra ciudad en el modelo económico vasco, en las cuatro íes: industria, inversión, innovación e internacionalización; mi objetivo es crear empleo digno y estable”, aseveró el alcalde, que en materia de sostenibilidad dijo estar, él y su equipo, “totalmente implicados con la Agenda 2030 de Naciones Unidas y con los objetivos de desarrollo sostenible”. La Estrategia 2025 que echó a andar la pasada legislatura será la herramienta para lograr esos objetivos. “Contamos con planes, proyectos y actuaciones que conforman nuestra agenda, la agenda vitoriana, la que se centra en Vitoria y en nuestro futuro”, señaló Urtaran, que desgranó las metas concretas de esa planificación.
Así, citó la llegada de la alta velocidad, los 28 barrios de la ciudad, la reforma del campo de fútbol de Mendizorroza, la extensión del tranvía al sur de la ciudad, a Salburua y Zabalgana, la implantación del bus eléctrico inteligente (BEI), el nuevo auditorio, la reforma del Teatro Principal, la creación de una concejalía de Comercio, o la remodelación del Gasteiz Convention Bureau.
Y en cuanto a la relación entre los grupos en un Consistorio actualmente sin presupuestos, Urtaran lanzó un mensaje. “Hoy iniciamos una nueva etapa; una etapa en la que debe primar el diálogo, el entendimiento y el acuerdo”. Así, apostó por cambiar “la dicotomía gobierno-oposición por gobierno-colaboración”, comprometiéndose a “contar con todas y todos ustedes desde el diálogo y el acuerdo, a contar con sus aportaciones, a coordinar esfuerzos y a conformar un clima de colaboración y entendimiento; es el momento de sumar y colaborar”, aseveró, “porque juntos somos capaces de todo”.
Por último, trabajará, dijo, “con más conocimiento, experiencia y seguridad” que cuando tomó la makila en 2015, pero “con la misma ilusión del primer día”.