vitoria - “El suicidio sólo puede ser prevenido o llorado”. Andoni Ansean, presidente de la fundación española para la prevención del suicidio, resumió ayer en apenas ocho palabras la necesidad de que toda la sociedad abra los ojos ante esta realidad todavía silenciada y rodeada de tabúes, empezando por los trabajadores de los ámbitos más directamente implicados en su abordaje y sin olvidar a las personas de a pie. Este profesional de la psicología animó a hacer “todo lo posible” para que dicha prevención, que en todo caso “debe tener un abordaje integral”, ayude a frenar una hemorragia que desde comienzos de este milenio ha causado alrededor de 2.000 muertes en la CAV. Por suerte, la nueva estrategia presentada el pasado lunes 3 por el Gobierno Vasco puede “ser un referente” en este ámbito para “los próximos diez años” y cuenta además con “un plus de aplicabilidad” que, a su juicio, permitirá hacer visibles sus efectos ya a corto plazo.
Ansean fue una de las voces expertas que tomaron parte en el seminario Rompiendo el tabú del suicidio, organizado por Asafes, que abarrotó durante toda la mañana la sala Martín de Salinas del palacio Villa Suso con más de 150 personas asistentes, todas profesionales de los ámbitos de la salud, la educación, los servicios sociales o la seguridad. Casi el mismo número de inscritos se quedaron en lista de espera, lo que da pistas sobre la gran expectación que ha generado esta iniciativa.
No es para menos, porque tal y como recordó Ansean, cuando toca hablar del suicidio los expertos se manejan “con mucha oscuridad”, aunque al mismo tiempo comparten sus “muchas ganas de poner cada vez más luz” sobre este tema. Ansean puso sobre la mesa numerosos datos, como que Euskadi tiene una tasa de ocho suicidios por cada 100.000 habitantes, “más o menos” en torno a la media estatal y bastante por debajo de la que existe en el mundo, que ronda el doble.
“Vivimos en un entorno relativamente protegido”, apuntó en este sentido el experto, que sin embargo alertó de que hay dos variables que aumentan las tasas de suicidio exponencialmente: Tanto el sexo como la edad. Aunque los hombres protagonizan menos intentos de suicidio que las mujeres, tienen mucha más letalidad que ellas y, en números absolutos, mueren más. De las 179 personas que se quitaron la vida en la CAV durante el año 2016, 132 fueron hombres. Además, la tasa de suicidios se dispara entre las personas de edad avanzada, con 17 fallecimientos por 100.000 habitantes entre los mayores de 79 años. Ansean lamentó que todavía hoy no exista una psicoterapia exclusiva para tratar a los pacientes con tendencias suicidas ni una estrategia preventiva a nivel estatal.
El profesional apunta también a la limitación de acceso a los medios letales como un elemento “absolutamente fundamental” a la hora de prevenir los suicidios, pues está “más que comprobado” que para quien decide quitarse la vida es “muy difícil” buscar planes B. Además, Ansean recordó que existe una aplicación móvil desarrollada por la fundación que preside, llamada Prevensuic, que cuenta con numerosas herramientas de ayuda en el ámbito de la prevención tanto para las personas que tienen ideas suicidas como para sus familiares y los profesionales que se encargan del abordaje de estos casos.
otras voces Junto a este experto tomaron parte en la jornada de Asafes Jon García, psiquiatra de la Red de salud mental de Bizkaia y experto en suicidio, que abordó otro tema candente como es la detección y la prevención del suicidio. Y también, Cristina Blanco, cofundadora de la asociación vasca de suicidiología (Aidatu) y profesora de Sociología de la UPV/EHU, que enfocó su ponencia en el ámbito de la postvención, o cómo afrontar el duelo por suicidio.
Antes de sus intervenciones, la edil Nerea Melgosa, la diputada Marian Olabarrieta y la consejera Beatriz Artolazabal, en nombre del Ayuntamiento de Gasteiz, de la Diputación de Álava y del Gobierno Vasco, respectivamente, se comprometieron desde sus respectivas parcelas a seguir trabajando en la visibilización de esta realidad “silenciada y estigmatizada”. “Es como el elefante que está en la habitación y que nadie ve”, apuntó Melgosa, quien recordó que “si a los problemas no se les pone voz, no existen”. Olabarrieta animó a dar “un paso adelante” para romper este tabú y animó a avanzar en la intervención, la detección temprana y el apoyo a las familias, en la línea de la estrategia vasca presentada esta misma semana, que apunta directamente a diversos colectivos en situación de vulnerabilidad para mejorar la detección de las conductas suicidas.
“Da la sensación de que estas muertes no existen. El silencio es un tema cultural”, apuntó por su parte Artolazabal, quien también puso en valor la flamante estrategia vasca de prevención. Precisamente para arrojar luz sobre esta realidad, el documento contempla la elaboración de un mapa de suicidios que va a permitir conocer el perfil de los métodos más empleados y las zonas de alto riesgo de la CAV o instaurar un registro de suicidios que recoja información relevante no disponible en la actualidad, así como otro de tentativas.
La jornada. La asociación alavesa de familiares y personas con enfermedad mental (Asafes) reunió ayer en el palacio Villa Suso a cerca de 150 profesionales de los ámbitos de la salud, la educación, los servicios sociales o la seguridad en el marco del seminario ‘Rompiendo el tabú del suicidio’, una iniciativa más para avanzar en la visibilización de esta realidad.
Herramientas. La cita sirvió para dotar a los asistentes de nuevas herramientas de prevención de la mano de los expertos Jon García, Cristina Blanco y Andoni Ansean, que alabó la estrategia vasca presentada el pasado lunes.
El presidente de la fundación estatal para la prevención del suicidio animó a hacer todo lo posible por el primero de estos supuestos.
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Muertes por suicidio se registraron en la CAV en el año 2016, último con registros. La mayoría fueron hombres y de edad adulta o avanzada.