El tratamiento de algunas de las artrosis más comunes, como las de rodilla o cadera, ha experimentado grandes avances en los tiempos recientes. Una de las nuevas “armas” que la medicina tiene a su alcance contra estas patologías altamente incapacitantes es la aplicación de las llamadas células mesenquimales, que se extraen del organismo del propio paciente para ser posteriormente inyectadas en su articulación. Una técnica “dificultosa” cuando comenzó a ensayarse de forma experimental, pero que con el paso del tiempo ha logrado simplificarse, puede emplearse de forma “relativamente sencilla” y rápida y a un coste “aceptable”. También para la sanidad vitoriana, tal y como avanza en conversación con DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA el veterano traumatólogo y especialista en medicina deportiva, Juan Gandía, que ha decidido importarla a su consulta del hospital Vithas San José.
El doctor comenzará a utilizar las células mesenquimales para tratar artrosis como las ya citadas en un plazo muy corto de tiempo y con algunos de sus pacientes de mediana edad. “Queremos que la gente que tenga una artrosis y sea candidata a una prótesis aguante lo máximo posible con su articulación, como puede ser una rodilla. Se aplicará sobre todo con gente joven, porque hacerle una prótesis a una persona de 70 años no es lo mismo que planteársela a alguien de 50”, justifica el especialista.
Según detalla Gandía, las células mesenquimales tienen un potencial antiinflamatorio “muy potente” y un efecto reparativo y regenerativo también “importante”. Su aplicación en pacientes relativamente jóvenes tratará de retrasar “lo máximo posible” cirugías mayores más drásticas y que no tienen vuelta atrás. “Hasta ahora no teníamos este armamento que ofrece tantas posibilidades y ahora sí, así que vamos a empezar a aplicarlo ya”, adelanta Gandía. El especialista tiene programada “alguna cirugía” para este mismo mes y una lista aproximada de entre diez y doce pacientes interesados en ella, usuarios de largo recorrido de su consulta con los que ya se ha comunicado y a los que pronto trasladará toda la información necesaria. Aunque según reconoce Gandía, la artrosis es una patología frecuente, no todos sus pacientes serán aptos para la terapia, sino que será necesario estudiar cada caso de forma individual.
Por lo demás, la técnica no tiene grandes complicaciones, según detalla el traumatólogo. Se trata de extraer grasa corporal del cuerpo del paciente, un tejido que cuenta con una alta concentración de células mesenquimales, para después, con un dispositivo concreto y a través de la tecnología, concentrarlas e inyectárselas en la articulación correspondiente. Pese a que las células podrían sacarse tanto del cordón umbilical como del líquido sinovial o de la médula ósea, la del tejido adiposo es la aplicación “más sencilla” y cuenta, además, con varias técnicas distintas autorizadas.
La operación se puede llevar a cabo de forma autónoma o como complemento a otro proceso quirúrgico estándar. “Los índices de mejoría son lo suficientemente satisfactorios como para comenzar a hacerse. No es una cuestión experimental, que pasó hace diez años. Esto ya es una realidad clínica”, asegura Gandía, que tomó la decisión de traer esta técnica a San José tras asistir a un congreso de la sociedad internacional del cartílago en Milán.
estudios hasta la evidencia El descubrimiento de las que inicialmente fueron descritas como células madre y rebautizadas con el tiempo como mesenquimales tuvo lugar hace algo más de diez años. Su padre es el doctor estadounidense Arnold Caplan, que cuenta con una importante unidad de investigación multidisciplinar y acceso a fondos económicos. Con el tiempo, se han ido realizando numerosos estudios científicos sobre el potencial de aplicar estas células en patología articular, hasta llegar al actual escenario de evidencia científica, y a día de hoy también se emplean en cirugía vascular, para el tratamiento de fístulas e incluso en cirugía plástica. También hay varios estudios en desarrollo para aplicarlas en otras patologías articulares, como las de columna, que “abrirán nuevas perspectivas”, según el especialista. “De aquí a diez años seguramente todo irá mejorando. Probablemente se irán puliendo más las técnicas y se dosificarán mejor, como todo”.
Gandía enfatiza que el empleo de las células mesenquimales “no es nada que no se esté haciendo” en Europa o en el Estado, aunque lo cierto es que en el entorno más cercano no son muchos los especialistas ni los centros en los que se utiliza. El traumatólogo, sin embargo, cree que al menos en su especialidad el campo de acción se irá ampliando irremediablemente. “Esto se implementará y supongo que otros compañeros traumatólogos empezarán a hacerlo pronto también, porque lo conocen igual que yo. Ha llegado el momento en que es relativamente sencillo de aplicar, con un potencial muy importante, con credibilidad científica y seguridad de no complicaciones”, enumera.
A sus 65 años, el exresponsable del desaparecido centro de medicina deportiva de Gasteiz aventura un futuro esperanzador para este tipo de tratamientos biológicos, que retrasarán todavía más la necesidad de realizar cirugías más agresivas. “Incluso se acabarán diseñando prótesis biológicas”, aventura Gandía, “armazones” que se parezcan lo máximo posible a la articulación natural para sustituir a las actuales de metal-polietileno.
Novedad médica. El traumatólogo y especialista en medicina deportiva Juan Gandía comenzará a emplear en breve en su consulta del hospital Vithas San José las células mesenquimales, extraídas del tejido adiposo del paciente y posteriormente reinyectadas en su articulación, para tratar artrosis tan habituales como las de rodilla o cadera.
Destinatarios. La técnica se aplicará, sobre todo, en pacientes de mediana edad y que sean candidatos a una prótesis para que aguanten lo máximo posible con su articulación natural. “Hacerle una prótesis a una persona de 70 años no es lo mismo que planteársela a alguien de 50”, justifica Gandía.
El especialista remarca que detrás del inicio de la aplicación de esta técnica hay muchos años de estudios y experimentación.
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Pacientes del hospital Vithas San José son los primeros candidatos a ser tratados con esta técnica.