vitoria - Resulta innegable que la práctica deportiva es saludable para las personas, pero el XXVII curso nacional de actualización en Psiquiatría que se celebra en Vitoria ha puesto de manifiesto que los ejercicios aeróbicos de alta intensidad mejoran, además de otros factores, la atención, la memoria de trabajo y la cognición social de las personas que padecen esquizofrenia. El estudio Cortex-SP (Cognitive rehabilitation and training with exercise for schizophrenia), liderado por el Hospital Psiquiátrico de Araba y desarrollado en colaboración con el departamento de Educación Física y Deportiva de la UPV y la Universidad de Deusto, aborda éstas y otras ventajas que el entrenamiento aporta a estos pacientes. Sin embargo, aún será necesario continuar con la investigación para alcanzar resultados más concluyentes.
Nagore Iriarte, psiquiatra de la red de salud mental de Álava y miembro del equipo que elabora el estudio, explica que “el ejercicio físico no sólo mejora las capacidades físicas y problemas metabólicos como el colesterol, sino que también tiene un efecto importante a nivel cerebral y en los síntomas propios de la enfermedad”.
Hasta 150 pacientes que participarán en la investigación han realizado y continúan realizando, siempre bajo la supervisión de un educador físico deportivo de la UPV, ejercicio aeróbico interválico, alternado cargas de moderada y alta intensidad. La intervención consiste en 10 minutos de calentamiento y 20 minutos de bicicleta que se combina con 30 minutos de ejercicios de fuerza con mancuernas, balones, etc., tres días a la semana durante cinco meses. “Cada paciente realiza los ejercicios junto a un profesional que lo supervisa de forma personal y adaptada a sus necesidades, ya que, antes de comenzar el proyecto, se analizó la capacidad cardiorrespiratoria de cada uno de ellos y, en función de sus resultados, se diseñó un programa apropiado”, indica la experta.
Las personas con esquizofrenia pueden presentar varios tipos de síntomas: positivos -alucinaciones, delirios...-, negativos -anhedonia (dificultad para experimentar placer), abulia (falta de energía o de interés...)- y cognitivos, entre otros.
“Los antisicóticos han demostrado eficacia a la hora de tratar los síntomas positivos. Sin embargo, no son tan eficaces con los síntomas negativos o con el deterioro cognitivo. Por eso se planteó el uso conjunto de antipsicóticos e intervenciones no farmacológicas como la rehabilitación cognitiva o el ejercicio físico para abordar estas áreas”, argumenta Iriarte.
mejoras y ventajas En torno a los avances que experimentan los pacientes que llevan a cabo estas sesiones de entrenamiento, la psiquiatra explica que “mejora el rendimiento de los dominios cognitivos -atención, memoria, cognición social, etc.-; produce cambios en la estructura cerebral, como una menor pérdida de volumen en sustancia gris o una mayor conectividad estructural en las fibras de la sustancia blanca -para comprobarlo se realiza a los pacientes una resonancia pre y post tratamiento- y, además, genera cambios a niveles biomoleculares, ya que elevan las concentraciones de factores neurotróficos BDNF, incrementando la neuroplasticidad en las áreas del cerebro relacionadas con la memoria y atención”.
Los últimos estudios han indicado que la práctica de un ejercicio similar al anteriormente descrito ofrece muy buenos resultados en áreas muy deficitarias y en la funcionalidad de los pacientes con esquizofrenia, aunque Iriarte puntualiza que “todavía es una materia en la que se está interviniendo y precisa de más estudios”.
Alta intensidad. Los ejercicios aeróbicos de alta intensidad mejoran la atención, la memoria de trabajo y la cognición social de los pacientes con esquizofrenia.
Cerebro. Los expertos explican que la práctica deportiva mejora las capacidades físicas, problemas metabólicos y tiene efectos positivos sobre el cerebro.
Educador. En la investigación, aún en marcha, participan 150 pacientes que, bajo la supervisión de un educador de la UPV, realizan ejercicios alternando cargas de moderada y alta intensidad.