VITORIA - La composición de la entidad que aglutine a las entidades locales del territorio para la gestión del agua avanza en una doble dirección de lograr nuevas adhesiones, mientras, con el descorche del nuevo año dará los primeros pasos.
Siguen las reuniones para lograr nuevas adhesiones de entidades que formen ese consorcio.
-Contamos con una cifra, de alrededor de 60 entidades, que van a ser las que conformen el consorcio. El número no me obsesiona. Era un objetivo de legislatura, que se va a cumplir para girar la política ambiental. Estamos potenciando un cambio en la gestión del ciclo del agua y un giro de 180 grados en la política ambiental del territorio.
¿Aquellas que ya han dado ese paso y las futuras que se adhieran van a experimentar una manera diferente de gestión?
-Lo va a facilitar y evitar cuestiones como problemas en la depuración de las aguas o de abastecimiento en épocas de sequía o estiaje. Va a evitar tener que gestionar por sí mismo averías, fugas o perseguir a morosos que no pagan su recibo del agua. Va a ser un cúmulo de facilidades para la gestión ordinaria. Quienes van a salir beneficiados son los presidentes de concejos que están los 365 día del año como vigías para que los vecinos tengan un servicio en condiciones. Va a haber un servicio personalizado atendiendo todas sus necesidades. Será un mecanismo facilitador de la gestión del agua y que descargue de esa responsabilidad a los presidentes.
¿Cómo se va a articular toda esa estructura del consorcio?
-Está configurado de una manera polinuclear. Como toda entidad jurídica tendrá una asamblea general y una junta de gobierno para gestionar el día a día. Además, y como fruto de las innumerables reuniones de participación de los ayuntamientos, se han diseñado unas comisiones territoriales en Añana, Gorbeialdea, Llanada y Montaña. Estos pequeños consorcios van a atender las necesidades de las distintas áreas geográficas, de manera que ante una contingencia en un punto concreto, habrá una unidad especializada atendiendo esa cuestión. El peso del funcionamiento recaerá en la junta de gobierno, pero una persona representante de esas comisiones estará presente en la junta. Así tendrá una representación de todas las sensibilidades de Álava. También habrá una presidencia, vicepresidencia, junto a tres representantes de la Diputación de Álava y una gerencia o dirección del consorcio.
Se fijó el comienzo de año como fecha para su puesta en marcha. ¿Cuáles van a ser esos primeros pasos del consorcio de aguas?
-A mediados de enero se llamará a constituir formalmente la asamblea del consorcio y se elegirán los cargos de presidencia, la junta directiva y se dará carta de naturaleza a las comisiones territoriales para estar formalmente creado. Otra cosa será cuándo empezará a prestar sus servicios porque hay que dar un periodo de transición, al tratarse de una entidad pública.
Las reuniones son ahora incesantes para lograr nuevas adhesiones.
-A iniciativa nuestra y de las propias entidades locales, la semana pasada estuvimos en tres lugares distintos y hoy estaremos en otro. Estos encuentros se vienen sucediendo desde hace tres años y habremos celebrado más de 40 reuniones en diversos lugares del territorio.
La creación de este consorcio permite la convivencia con otros ya existentes.
-Vamos a constituir el consorcio de mayor tamaño por número de entidades locales asociadas del territorio. Vamos a dar el primer paso para acabar con los principales problemas en el ciclo de gestión del agua. El modelo actual es insostenible para el medio ambiente y lo que había que hacer era proponer un cambio en el modelo y políticas en relación al agua. Esta nueva figura no supone que nos hayamos inventado nada. En territorios vecinos existen hasta dos y tres consorcios y en Álava hay 350 entidades gestoras. Esto es ingobernable. Es el momento de crear una herramienta para todos los entes que, voluntariamente, quieran sumarse para mejorar el medio ambiente.