tras cuatro días de descanso, sólo interrumpidos por los certámenes gastronómicos, San Roque volvió ayer a la carga en Laudio con el conocido como Día de Ajos. Una mezcla de los festejos de antaño, ideada por la cuadrilla Un-tzueta en 1997, en la que mozos y mozas van repartiendo una refrescante garrafa y pastas, que transportan en un carro tirado por un burro. Todo ello en recuerdo a Felipe Zaballa, “que hasta los años 60 fue el basurero del municipio. El último día de fiestas, iba recogiendo la basura, acompañado de juerguistas consumados”, explicaron.

Otro acto simbólico de la jornada vivida ayer es la cuerda. Una cadeneta humana que, desde la residencia de ancianos y tras la consiguiente visita a los aitites y amamas, va recorriendo toda la Avenida Zumalakarregi y buena parte del centro urbano a ritmo de txistu y trikitixas. Un acto que también “es una especie de homenaje a las personas que, antiguamente, estaban al servicio de las grandes casas como la del Marqués de Urquijo del parque Lamuza, y que en fiestas sólo tenían unas horas de asueto que aprovechaban para bailar”, indicaron desde Untzueta.

Todo este jolgorio desembocó en la Herriko Plaza, en torno a las 13.00 horas, cuando llegó la principal novedad de la jornada, de la mano de la escenificación de antiguos bailes que llevaban décadas en el cajón del olvido. El primero de ellos fue el aurresku de los cofrades, que llegó encabezado por las autoridades, como el alcalde, Natxo Urkixo, o el jefe de la Policía Municipal. Según explicó a este periódico el investigador local y experto en toponimia, Félix Mugurutza, “el último alcalde que bailó en Laudio este aurresku de los cofrades -en realidad es el ‘aurresku de anteiglesia’- fue Jose María Urquijo Gardeazabal en su período de gobernación 1948-1966, y se hacía el día de la Cofradía pero no sabemos precisar más”. La cita más curiosa fue el duelo gastronómico que llevó a cabo la Cofradía de la Sopa de Ajo en el entorno del Bar Tolo de la plaza Aldai, con dos conocidos cocineros de la comarca, Toñi Wizmer del restaurante Antojo de Respaldiza y el actual campeón del mundo y local, Jon Solaun, que se enfrentaron elaborando sendas cazuelas de este plato. El relevo lo toman hoy las cuadrillas, que celebrarán su día grande en torno a una gran alubiada en la plaza Aldai.