el Museo de la Sociedad de Amigos de Laguardia muestra una gran cantidad de objetos y documentos, pero en sus estanterías y cajas quedan muchos tesoros por desvelar, catalogar y dar difusión. En el museo albergaban desde hacía tiempo unas cajas llenas de documentos entregados por los propios vecinos de Laguardia a la Sociedad, y su presidenta ha tenido el acierto de implicar en su estudio e investigación a una nueva vecina de la villa medieval: la documentalista y escritora Susana Koska, que actualmente reside en Laguardia junto a su marido, el conocido cantante Loquillo.
Koska comenzó hace unos años a poner voz y dar valor al papel de la mujer en la Guerra Civil española. “En abril presenté mi libro Mujeres en pie de guerra en un acto celebrado en Logroño. Un trabajo de investigación sobre el papel de las mujeres durante la Guerra Civil. A esa presentación vino la presidenta de la Sociedad, Judith Sáenz de Tejada, y un día, charlando, me dijo que en el Museo de la Sociedad había un fondo de documentación. ‘Si te interesa, igual quieres verlo’, me dijo. Así que una tarde fui con ella y con la secretaria, Estitxu Beistegi. Abrieron unas cajas llenas de documentos sin clasificar y me pareció fascinante la idea”, explica a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA.
El panorama era abrumador, porque había un trabajo enorme por hacer, “pero me pareció un fondo muy especial, donde hay material maravilloso, y no solo de la Guerra Civil. Hay piezas muy exquisitas y muy difíciles de encontrar o de ver”, comenta. De ahí surgió la posibilidad de seguir avanzando en el estudio del papel de la mujer durante la Guerra Civil y la posterior represión que se produjo por parte de los ganadores de la contienda.
Según subraya, ella les planteó que “sería genial que esto se pudiera estudiar y que la gente de Laguardia supiera lo que tiene, un patrimonio de la historia, porque están recogidos los dos frentes y de alguna manera está contada la historia de la guerra, la historia del pueblo, porque muchas personas han llevado sus recuerdos al Museo, y además está también lo que fue recogiendo Tejada -abuelo de la presidenta y uno de los fundadores de la Sociedad- por los caminos. Es algo alucinante que este hombre tuviera la capacidad, la visión, de recoger las cosas y guardarlas”, asegura la documentalista. Tras aceptar el encargo de analizar ese material se comprometió a ponerlo en valor.
“Creo que la colección es impresionante, y cuando hayamos conseguido clasificarlo todo, que llevará su trabajo, debería verse de nuevo, darle espacio, mostrarse como se muestran otras piezas etnográficas en el Museo sobre los romanos y de otras épocas. Éste es un Bien Cultural de nuestra historia contemporánea que tiene que estar ahí, y yo estoy encantadísima de tener la oportunidad de poder tocar todas estas cosas que hace más de cincuenta años que no tocaba nadie”, asevera. De esta manera, dar el siguiente paso era casi una necesidad.
Por su parte, la escritora está considerando escribir un segundo libro sobre la Guerra en general y sobre la mujer en particular. “Hay historias maravillosas dentro de ese fondo, hay muchas vidas, historias personales, mucha historia del país mirada desde otro punto de vista, la historia del día a día, lo cotidiano de los soldados, de los frentes, de lo que pasaba en la retaguardia. Creo que es una necesidad que salga de aquí un libro, aunque algunos me dicen que más de uno”, sostiene.
Koska afirma también que “la historia ha apartado a las mujeres y no solo de la Guerra Civil”. “Eso no lo vamos a permitir más veces. Después de la muerte de Franco hay una serie de historiadoras que iniciaron el camino de mirar hacia lo que las mujeres hicieron, y que hemos continuado otras muy humildemente, porque hay nombres muy importantes haciéndolo”, resalta. Entre unas y otras “lo que estamos viendo es que hay una historia que no se contó porque las mujeres no tenían esa presencia. Si los cuarenta años de franquismo fueron terribles para todos, para las mujeres lo fueron doblemente”, lamenta.
A través del fondo documental que está analizando “es interesante ver cómo llega la gran doctrina franquista, que está muy presente puesto que ellos ganaron la guerra. Ver en qué convierten a las mujeres: en el silencio, en la cocina, en los hijos? y todas esas historias se ocultan y no se cuentan. Y sin embargo, las mujeres trabajaron en la solidaridad, aguantaron las grandes ciudades cuando los hombres estaban en el frente y estuvieron ahí, donde se las necesitara”, indica antes de matizar que “se dice que a las mujeres las sacaron del frente, pero yo creo que tenían más peligro los hombres que las mujeres en ese caso, y si tuvieron que marcharse fue por otras causas, no porque ellas tuvieran la culpa de ser mujeres. Eran otras épocas y no podemos mirarlas con la misma óptica de hoy”.
Susana Koska lleva ya unas cuantas semanas con esta labor en Laguardia. “Lo primero que tenemos que hacer es inventariar todo ese material, ponerlo en su lugar, ordenarlo porque estaba desordenado. Y de momento no ha dado tiempo más que para eso. Vamos viendo material y tomando nota para estudiarlo cuando se pueda. Pensaba que íbamos a ir no más deprisa, pero si con más agilidad, pero es difícil. Hay una colección de sellos inmensa y es un trabajo muy minucioso. No creo que se acabe ni en un mes ni en dos. Es para tomarlo con calma y hacerlo con placer, tenerlo en las manos e ir leyéndolo poco a poco lo que te va llamando la atención”, asegura.
Ésa ha sido, precisamente, una de las razones de su traslado a vivir a Laguardia. Mientras su marido, Loquillo, va cumpliendo con los contratos de actuaciones “yo me he instalado aquí para tener cerca estos documentos e ir avanzando. Hay días que crees que están avanzando muchísimo y otros piensas que no tira ni para adelante ni para atrás. Pero vamos avanzando. Hay una chica que me está ayudando mucho, Carmen Murias San Pedro, que está dejándose ahí el verano y está aprendiendo muchas cosas que hasta ahora no las había mirado de esa manera”, concluye la escritora.