vitoria - Un día después de producirse el siniestro, los Bomberos continuaban ayer trabajando entre los escombros de la quesería Aldanondo de Agurain para tratar de “rematar” los conatos y rescoldos de fuego que aún resistían en el lugar por la cantidad de restos combustibles que permanecían en el interior de la empresa que el lunes resultó calcinada por un impresionante incendio.
El director de los Bomberos de la Diputación de Álava, Javier Carro, manifestó ayer que durante toda la noche se mantuvo un retén en las instalaciones de la empresa y que a lo largo del día de ayer las labores se centraron en sofocar por completo todos los focos que pudieran quedar de un fuego que ya está extinguido.
Durante esta segunda fase trabajaron ocho bomberos, que centraron sus labores principalmente en el almacén de la quesería, donde bajo las chapas caídas aún había una importante cantidad de cartón y de plástico diluido y fundido. Allí, el fuego, al contacto con el aire, podía volver a resurgir y por ello fue necesario ir levantando las chapas una a una y apagando los focos que pudieran encontrar.
Tal y como explicó Carro, esta labor resultará muy costosa porque la “carga de combustible” que queda es “terrible”. En concreto, el responsable de los Bomberos se refirió a las 12.000 bandejas de plástico para conservar los quesos que se han derretido como consecuencia del fuego.
El responsable de los bomberos de la entidad foral explicó también que otra de las zonas que entrañan mucha complejidad es la de las cámaras frigoríficas, donde existe “mucho” queso almacenado y que también se ha derretido. La empresa indicó ayer que la quesería albergaba alrededor de dos millones de kilos de queso, cuya grasa, al fundirse, contribuyó a alimentar las llamas.
causas del fuego En cuanto a la investigación para determinar el origen y las causas del fuego, Carro puntualizó que “queda bastante trabajo por hacer”. Finalmente, añadió que a lo largo del día de ayer estaba previsto que se acercaran hasta la empresa los peritos de la compañía de seguros para llevar a cabo una valoración de los daños.
Una treintena de bomberos pertenecientes a cuatro parques alaveses trabajaron durante toda la madrugada del lunes para hacer frente a un incendio que se desató pasadas las 1.00 horas y que no provocó daños personales, ya que a la hora en la que se produjo ninguno de los 55 operarios que trabajan en la planta se encontraba en el lugar.
El alcalde de la localidad, Iñaki Beraza, agradeció la rápida intervención de los Bomberos, lo que resultó crucial para impedir que las llamas se propagaran y afectaran a otras empresas del polígono industrial de Agurain. Asimismo, se mostró muy preocupado por las consecuencias, en forma de pérdida directa de puestos de trabajo y de actividad económica vinculada a las explotaciones ganaderas del entorno.
En este sentido, el diputado foral de Agricultura, Eduardo Aguinaco, se ofreció el lunes, nada más conocerse el alcance del siniestro, a celebrar una reunión con los responsables de la empresa afectada para, todos juntos, analizar fórmulas que permitan superar esta difícil situación. - Efe/DNA