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La Ertzaintza trata de contener una nueva oleada de robos en pisos de Vitoria

Varias bandas del este de Europa y una del norte de África cometen los asaltos en la ciudad. A diferencia de casos anteriores, los delincuentes operan en horario nocturno. La Policía ha detenido a cuatro ladrones en apenas unos días

La Ertzaintza trata de contener una nueva oleada de robos en pisos de Vitoria

vitoria - Tras un año de cierta tregua los robos en viviendas han regresado con fuerza a Vitoria. El goteo de asaltos y de detenciones de integrantes de grupos organizados por parte de la Ertzaintza es constante, aunque los agentes de la Policía autonómica, que valoran muy positivamente el protocolo de coordinación que mantienen con la Policía Local desde hace un año y medio, lamentan no disponer de los medios humanos suficientes para poder dar caza a los cacos con mayor efectividad. A lo largo de esta pasada semana, los agentes han echado el guante a miembros de dos grupos distintos de asaltantes, ambos originarios de Europa del Este. Las novedades de esta reciente oleada de atracos, que afecta a todos los barrios de la ciudad por igual, radica en la metodología, ya que se emplea una nueva forma de abrir limpiamente las cerraduras “por saturación”, y los horarios, puesto que ahora muchos de los asaltos se producen en horario nocturno.

Los pequeños marcadores de plástico han proliferado por todos los barrrios de la capital alavesa durante las últimas semanas. Pequeñas láminas transparentes que los integrantes de estas bandas colocan entre el marco y la puerta para detectar si alguien entra o sale de los domicilios. Tal y como se aprecia en las imágenes que acompañan a este texto, son muy pequeñas y difíciles de localizar. Cada grupo los coloca a una altura diferente y en función de su posición, los ertzainas saben a qué organización pertenecen. Para comprobar si sus viviendas han sido marcadas, algunos vecinos recorren con las linternas de sus teléfonos móviles los contornos de las puertas, ya que las pequeñas piezas brillan al reflejar la luz y resultan más visibles. Recientemente, algunas comunidades se han encontrado con todos sus felpudos puestos de pie y la Ertzaintza ha confirmado a los vecinos que ésta es otra forma de marcar las viviendas. Quien no lo coloca en su sitio, está de vacaciones.

Como en anteriores años, la mayor parte de las bandas que operan en la capital alavesa son originarias de los países del este europeo. Georgianos, búlgaros, albanokosovares, italocroatas... Los grupos están normalmente integrados por cuatro miembros. Uno de ellos llega directamente del extranjero para ejecutar los trabajos y es el especialista en abrir las puertas. Suele moverse con un acompañante y lo habitual es que no hable ni una palabra de español. Los otros dos se dedican a moverse por los barrios de la ciudad en coche, controlando qué ventanas están encendidas, y colocando posteriormente los ya mencionados marcadores. Cuando se ejecuta el robo, suelen llevar a cabo labores de contravigilancia para advertir a sus compañeros de la posible presencia de policías en el entorno.

Los agentes explican que los especialistas en franquear las puertas de los domicilios son, en la práctica totalidad de los casos, chicos jóvenes con un elevado grado de preparación. Cerrajeros profesionales que disponen de ganzúas muy sofisticadas y perfectamente instruidos en las últimas técnicas para abrir cerraduras. Mediante el ya mencionado sistema de saturación, congestionan las guías de los mecanismos y los desbloquean con total limpieza. Cuando acaban su trabajo, cierran las puertas de los domicilios y los propietarios no son conscientes de que han sido víctimas de un robo hasta que llegan a casa y comprueban que les han desvalijado.

Estas bandas siguen teniendo el mismo botín en mente: joyas y dinero en efectivo. De hecho, a la mayor parte de los integrantes de los cinco grupos desbaratados a lo largo de 2017 en Vitoria se les ocuparon balanzas de precisión empleados para el pesaje de las alhajas y reactivos para confirmar la calidad de los metales preciosos. Durante los pocos días que pasan en la capital alavesa se alojan en pisos francos, en hoteles o en hostales. Allí duermen y guardan lo robado. En cuanto cumplen con los objetivos que se han marcado, desaparecen.

Los ertzainas explican que, al margen de estos grupos del Este de Europa -se desconoce cuántos operan actualmente en Vitoria- actualmente hay otra banda de ladrones originaria del norte de África dando golpes en la capital alavesa. Son mucho menos finos, más “chapuceros”. Desmontan las mirillas o revientan las cerraduras para acceder a los pisos y arrasan con todo lo que se encuentran por delante. Se llevan televisores, ordenadores y, en definitiva, cualquier objeto que crean que pueden vender en el mercado negro. Este grupo tiene su base fuera de Álava y actúa de forma intermitente en la ciudad, sobre todo en la zona norte de la ciudad.

De vuelta con los grupos realmente profesionales, un detalle que llama la atención de los ertzainas cuando identifican a sus miembros es el tipo de documentación que portan. Aseguran que muchos de ellos llevan pasaportes falsos y que algunos de ellos se mueven por Europa con cuatro o cinco identidades distintas, que sólo quedan al descubierto en contadas ocasiones: cuando se consultan las bases de datos policiales o al cotejar algunas huellas. También resulta chocante constatar que es habitual que lleven en la cartera, junto a la citada documentación, tarjetas profesionales de abogados locales. Los agentes indican que conocen a la perfección la legislación española y que son muy conscientes de que, aunque se les detenga, es altamente improbable que se dicte prisión preventiva contra ellos. Así, cuando son cazados, desaparecen rumbo al extranjero donde les basta con obtener nueva documentación y moverse por otros territorios durante una temporada antes de regresar a Vitoria.

La preocupación por el incremento de los robos de viviendas en la capital alavesa se agudizó en 2016, cuando sufrieron un repunte espectacular. En 2017 cayó el número de asaltos, pero en 2018, según apuuntan los ertzainas a pie de comisaría, han regresado con fuerza. Mientras que los robos de hace dos años se producían sobre todo por las mañanas, mientras los propietarios se encontraban trabajando, ahora se cometen mayoritariamente durante la noche. Al no hacer apenas ruido para abrir las cerraduras y no llevarse objetos de volumen que puedan levantar sospechas, los ladrones resultan difíciles de detectar, por lo que la Ertzaintza solicita a los ciudadanos que si ven cualquier movimiento extraño o marcadores, avisen rápidamente al 112.

Correo electrónico. Las autoridades han detectado una campaña de correos masivos en los que se afirma que el ordenador ha sido infectado y que se ha grabado un vídeo comprometido mientras el usuario visitaba páginas pornográficas.

Contactos. El texto del correo asegura haber accedido a los contactos del usuario y se facilita, para dotar a la estafa de mayor veracidad, una contraseña asociada a la cuenta. Se amenaza al afectado con difundir el vídeo entre sus contactos si no se efectúa un pago en bitcoins.

Solución. En caso de recibir uno de estos correos, las autoridades aconsejan ignorarlo por completo, ya que se trata de un intento de estafa y, en realidad, no existe ningún vídeo comprometedor ni nadie ha accedido a los contactos del usuario.

Contraseña. En el caso de que el cuerpo del correo electrónico recibido contenga una contraseña que el usuario haya empleado en algún servicio, se recomienda cambiarla en todas aquellas páginas en las que haaya sido empleada.

Denuncia. En el caso de haber procedido al pago que se exige, es aconsejable recopilar todos los datos disponibles al respecto y contactar, acto seguido con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado (FCSE) para presentar una denuncia sobre estos hechos a través del portal del Instituto Nacional de Ciberseguridad en la siguiente dirección: www.osi.es.

Cuenta genérica. Los correos llegan desde una cuenta de correo genérica. En la mayor parte de los casos el texto está escrito en inglés, aunque también se tiene constancia de algunos escritos en español, pero con numerosos errores ortográficos.

Recomendaciones. Para evitar convertirse en víctimas de este tipo de fraudes, se desaconseja abrir correos de usuarios desconocidos, nunca responder a los mismos ni enviar información personal, usar contraseñas distintas para cada servicio y, en caso de duda, consultar en www.osi.es.