vitoria - Pasados 108 días desde su inicio, la huelga de celo de la Policía Local parece mantenerse más viva que nunca. Las negociaciones entre el gobierno local y los sindicatos se encuentran en punto muerto, y a tenor del análisis realizado ayer en el Consistorio por el concejal de Seguridad Ciudadana, Carlos Zapatero, el conflicto está especialmente enquistado a día de hoy, después de un fin de semana de Carnaval en el que hasta 28 agentes pidieron la baja el sábado -siete lo hicieron el domingo, según apuntó el concejal, que admitió que lo sucedido “no es normal, aunque yo no puedo valorar si una baja es correcta o no”- y un futuro a corto plazo que no atisba precisamente un apretón de manos.
“Nos piden el oro y el moro”, aseguró Zapatero durante la comisión de su departamento, donde admitió que “pensaba que esto iba a durar menos, pero es que no sabía que iba a ir a una negociación en la que una de las partes no quiere negociar”. “Si para solucionar un conflicto me piden la luna no vamos a poder llegar nunca a un acuerdo”, zanjó el edil socialista, que a pesar de las bajas de agentes el sábado subrayó que el desfile de Carnaval transcurrió “con normalidad” -el PP matizó que durante el recorrido hubo 16 agentes menos de los que marca el plan de autoprotección- y destacó la “excelente colaboración” con la Ertzaintza.
De cualquier forma, el ejecutivo local convocará “de inmediato”, aunque Zapatero no concretó fecha, la denominada comisión técnico-política de la Policía Local. Una mesa de trabajo en la que estarán presentes todas las formaciones políticas del Ayuntamiento y cuya convocatoria reclamó el grupo municipal de EH Bildu, que propuso también contar con los sindicatos. La coalición denunció, además, que en enero la cantidad recaudada por multas en dinero bruto duplicó a la del mismo mes de 2017, aunque la edil de Hacienda matizó la cifra. “En 2016 fueron 637.000 euros, en 2017, 863.000 euros y en 2018 han sido 1.560.000 euros”, aseguró Antxon Belakortu. “Esos datos no tienen en cuenta las anulaciones en bruto. “En esos datos no tiene en cuenta las anulaciones”, apuntó después de la concejala de Hacienda, Itziar Gonzalo.
Desde la oposición no ahorraron calificativos para definir el punto en el que se encuentra la huelga de celo. Para el PP, “el conflicto entre Urtaran y la Policía Local se ha ido de madre y está generando no sólo multas masivas sino posibles problemas de seguridad”. EH Bildu mostró su desconcierto por “la sensación de normalidad que están dando desde el gobierno municipal con el marrón que tienen encima, porque estamos hablando de un chantaje absoluto”. Podemos también censuró la falta de avances en las negociaciones y que los agentes “estén utilizando a los ciudadanos” para lograr sus objetivos, y desde Irabazi incidieron en que el problema “está pasando de castaño a oscuro”.