alberto Zerain, el montañero alavés cuya pista se perdió en el Nanga Parbat, acudió ayer a la apertura oficial de la temporada de sidra en Álava. No quiso perderse el txotx de su tierra y, además de estar presente en la memoria de los allí congregados, asistió al popular evento en forma de árbol. Antes de que los encargados de la sidrería Iturrieta de Aramaio procedieran a inaugurar las barricas, el hijo de Alberto y uno de sus compañeros de monte procedieron, en el exterior, a plantar un pequeño árbol en su memoria. Un ejemplar que, como no podía ser de otra manera, mira hacia el Amboto. El buen tiempo acompañó y el acto resultó tan sencillo como emotivo.
Concluida la primera parte del programa, la concurrencia se dirigió al interior de la sidrería, donde aguardaban las kupelas. Los integrantes de la asociación de fruticultores y elaboradores alaveses, Asse, fueron los encargados de estrenar la temporada y de realizar un breve balance de la campaña de la manzana alavesa, así como de las características de la sidra resultante.
Juanjo Peciña, representante de la agrupación, explicó que, en el caso de Aramaio, las nevadas no han afectado al enclave como al resto del territorio. Como resultado de ello, se ha obtenido “la mejor cosecha de manzanas de los últimos 20 años” y, en consecuencia, la sidra elaborada a partir de ella es “de gran calidad”.