vitoria - Las familias que emplean asiduamente la pasarela peatonal que une los barrios de Borinbizkarra y Zabalgana manifiestan un sentimiento encontrado hacia la infraestructura. Por un lado, desde hace algo más de tres años les permite cruzar a pie o en bicicleta de una zona a otra sin necesidad de dar un enorme rodeo. Sin embargo, se quejan de que la falta de mantenimiento y, sobre todo, de que los problemas de drenaje que presenta la han convertido en un punto negro. El agua que se acumula sobre la superficie de paso en cuanto llueve no sólo representa una constante molestia, sino que convierte la pasarela en una peligrosa pista de patinaje cada vez que amanece tras una helada nocturna. Por ello, a pesar de que la garantía de la obra ha expirado recientemente, el gobierno municipal ha conseguido que Amenabar, la empresa que se ocupó de su ejecución, asuma que el proyecto contiene defectos de construcción y lleve a cabo una serie de reparaciones para mejorar la seguridad de la estructura. Eso sí, dado que el viaducto salva las vías del tren, el Administrador de Estructuras Ferroviarias, Adif, ha impuesto tres requisitos para permitir que se lleven a cabo los trabajos: que se corte la vía, que se ejecuten de noche y que se lleven a cabo una vez que pase el invierno y se reduzca el riesgo de mala climatología.
Aunque las primeras advertencias sobre la peligrosidad del viaducto llegaron en enero de 2015 -la Policía Local llegó a plantearse entonces vallar los accesos para poner fin a los numerosos resbalones y caídas que acumuló en su primer invierno-, después de las últimas nevadas de este invierno los vecinos de la zona han elevado el tono de sus quejas, ya que durante días no se limpió la pasarela ni se arrojó sal. “El lunes por la mañana era una placa de hielo. Es una zona que no evacúa el agua, en la parte superior de la pasarela y la zona de las escaleras y se forma hielo con mucha facilidad. Cada día muchas familias llevan a sus hijos al colegio por ella, pero no tiene un mantenimiento adecuado cuando nieva. Por otro lado está llena de pintadas y con unos sumideros que no funcionan”, lamentaba entonces un residente.
Ante el creciente descontento ciudadano, el grupo municipal de Podemos presentó la semana pasada una pregunta dirigida al concejal de Medio Ambiente, Iñaki Prusilla, para que este explicara en la comisión de la semana que viene los pasos que tenía previsto dar para solventar los problemas de la pasarela. No obstante, el gobierno municipal ha reaccionado con rapidez y ya se ha puesto en contacto con Amenabar, la firma que construyó la estructura en noviembre de 2014. A pesar de que la garantía del proyecto venció el pasado 19 de noviembre, los responsables de la empresa han comunicado al Ayuntamiento que asumen los problemas de drenaje detectados y que procederán a su resolución en cuanto sea posible. El único escollo que habrá de salvarse para iniciar las reparaciones, mejorar el sistema de drenaje de la pasarela e incrementar la seguridad de paso es que las obras interfieran lo menos posible en el tráfico ferroviario de la zona. Para ello, Adif ha planteado que los trabajos deberán llevarse a cabo por la noche, con el tránsito de trenes interrumpido en ese punto y una vez que pase la climatología adversa, para que la intervención se ejecute lo más rápido posible y no surjan complicaciones que la dilaten en el tiempo.
baja del 20% Desde hace tiempo, los vecinos, encabezados por la asociación Zabalgana Batuz consideran que la obra se entregó con desperfectos de construcción. Entregada el 19 de noviembre de 2014 al Ayuntamiento, la pasarela instalada por la empresa Amenabar tuvo un coste de 824.060 euros, lo que supuso una baja del 20% respecto al presupuesto de licitación, que era de 1.030.067,45 euros.
Con 160 metros de longitud, acerca a los más de 8.000 vecinos que residen en Zabalgana y Borinbizkarra y desde su inauguración les ha evitado dar un rodeo de más de un kilómetro, como hacían hasta ese momento. Sin embargo, la pasarela que conecta la Avenida Reina Sofía -y que se prolonga hasta Naciones Unidas- con la plaza Alejandro Dumas y la calle Océano Pacífico, ha acumulado quejas. Además de la citada falta de drenaje, los ciudadanos lamentaban los daños que el óxido ha causado en la estructura pese a tratarse de una obra reciente, y también la falta de mantenimiento, que ha dado lugar a una acumulación de graffitis que afean su aspecto.
A finales del año pasado, las diversas reclamaciones dirigidas al Ayuntamiento llevaron a los responsables municipales a comunicar que la empresa responsable estaba advertida de la situación y a asegurar que se estaban ultimando los permisos necesarios para solucionar el problema. Ayer mismo se pudo saber que los permisos necesarios los deberá conceder Adif, por lo que es previsible que los trabajos comiencen en primavera.
años. La constructora Amenabar entregó la obra al Ayuntamiento el 19 de noviembre de 2014. En enero de 2015 llegaron las primeras quejas.
condiciones. Para ejecutar las reparaciones, Adif pide que se lleven a cabo de noche, con el tráfico de trenes interrumpido y cuando comience el buen tiempo.