vitoria - La negociación entre PNV y PP para dotar a Álava de un Presupuesto consensuado en 2018 tuvo ayer una última y maratoniana jornada de reuniones entre el gobierno foral y el grupo juntero popular. Con el próximo lunes como fecha límite para el apretón de manos al finalizar el plazo para la presentación de enmiendas, ambas partes optaron por dar un último acelerón a las conversaciones y avanzar en el acuerdo para ser oficializado previsiblemente mañana.
Pese al bagaje de discrepancias que jeltzales y populares acarrean desde la legislatura pasada, las negociaciones entre el diputado general, Ramiro González, y la portavoz del PP en las Juntas Generales, Ana Morales, que han tenido encuentros prácticamente a diario desde que se firmara el pacto en Euskadi entre ambas formaciones, se han desarrollado desde el principio “en un buen clima”, según admiten fuentes de uno y otro lado.
En las reuniones, además del contenido de las partidas que el PP introducirá en el proyecto presupuestario presentado hace unas semanas por el ejecutivo foral, PNV y PP han abordado también las modificaciones fiscales específicas para Álava, que formarán parte del pacto fiscal sellado en Euskadi entre PNV, PP y PSE. Dos negociaciones paralelas “no condicionadas”, en palabras de González, que en el caso de la reforma fiscal necesitaban también de un acelerón al finalizar el próximo martes el plazo para su presentación en las Juntas, pues de lo contrario, no podrían entrar en vigor en 2018, salvo las relativas al Impuesto de Sociedades que al devengarse a final de cada año no es condición sine qua non presentar las modificaciones este martes.
El apretón de manos presupuestario con el PP, en el que será el tercer Presupuesto consensuado de la legislatura de Ramiro González, puede llegar por tanto tras dos años de pactos con EH Bildu, formación que presentará una enmienda a la totalidad del proyecto presupuestario tras dar por rotas las negociaciones después de la última reunión con el ejecutivo foral, que tuvo lugar el pasado lunes por la tarde. La coalición abertzale aseguró ayer en un comunicado haber tomado la decisión tras percibir el nulo interés por parte del PNV para negociar modificaciones tanto a las cuentas como a la reforma fiscal.
“Esta partida no se ha jugado aquí, la prioridad ha sido garantizar unos presupuestos a Urkullu y Álava pagará los platos rotos de este acuerdo, que es malo para el territorio”, censuró el portavoz de EH Bildu en la Cámara foral, Kike Fernández de Pinedo. La ruptura de la negociación con la formación soberanista fue recibida con “sorpresa” por parte del diputado general. “Nos levantamos de la mesa diciendo que volveríamos a estar, por lo que me parece una falta de madurez política seria por su parte”, apuntó González. Con todo, el mandatario foral aseguró que, en realidad, no tenía “esperanzas” de formalizar un acuerdo con Bildu porque “desde un primer momento manifestaron que había unos obstáculos de tipo político que impedían o dificultaban gravemente un acuerdo”, que sacó a colación el “cambio” en la postura mantenida por EH Bildu en Euskadi tras “reunirse con Txiki Muñoz”, en referencia al líder del sindicato ELA.
seis ejes principales En la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno Foral, antes de citarse de nuevo por la tarde con los populares, el mandatario foral subrayaba que el PP era “la única formación política que ha tenido un interés real” para sentarse a negociar los presupuestos de 2018 y que “la intención del gobierno foral ha sido siempre negociar y acordar antes de la finalización del plazo para que las enmiendas a presentar por los grupos con los que hubiera un acuerdo fueran ya enmiendas acordadas”, como sucederá finalmente con las partidas pactadas con el grupo juntero del PP. “Así lo hemos hecho desde que salimos de la reunión del Consejo Vasco de Finanzas”, incidió en relación al encuentro del pasado 14 de octubre, cuando se fijó la previsión de recaudación para 2018 y, por tanto, el ejecutivo alavés supo el margen económico de maniobra con el que contará el tercer curso de la legislatura.
Las propuestas que el Partido Popular puso sobre la mesa de la negociación presupuestaria tenían seis ejes fundamentales. El primero, “el impulso a la reactivación económica con medidas para la mejora de la competitividad de las empresa del territorio”, con acciones que potencien el tejido industrial alavés. El segundo, relacionado con Bienestar Social, era incluir partidas para el desarrollo de la cartera de Bienestar Social y “actuaciones específicas adicionales” de las que se puedan beneficiar los mayores, así como dependientes y personas con discapacidad.
El tercer punto buscaba la mejora de la red de transporte y regadío de la provincia y la puesta en marcha de nuevas infraestructuras hidráulicas. En materia medioambiental, la formación liderada en las Juntas por Ana Morales propuso al gobierno foral añadir nuevas partidas para la “prevención y protección de los montes públicos, ríos y otros ecosistemas alaveses de alto valor ecológico, medioambiental y paisajístico”.
La quinta condición era que los presupuestos contaran con “propuestas concretas” de apoyo expreso a las víctimas del terrorismo y “medidas para declarar no subvencionables los proyectos vinculados a asociaciones de presos de organizaciones terroristas”, y la sexta propuesta tenía como protagonista la petición de los populares de introducir “medidas de mejora” de las condiciones laborales de los funcionarios de la Diputación “con especial atención a las prejubilaciones “, además de la “restitución de las condiciones económicas anteriores a la crisis”.