Vitoria - Un solo mensaje es el que ha dejado el que hasta el jueves fue defensor vecinal de Vitoria, Martín Gartziandia, a su sucesora en el cargo, Leire Zugazua, la que fue su asesora jurídica durante los últimos cinco años de mandato: “que confíe en mí misma, básicamente”. Ambos, como recuerda, durante ese lustro, han trabajado “codo con codo” y de su antecesor -remarca- ha aprendido “lo que significa e implica ser Síndica”. En definitiva, saber cuál es el objetivo de esta institución puesta en marcha con Javier Otaola (2002-2012) al frente, que se ha consolidado durante su segunda legislatura, la de Gartziandia (2012-2017), haciéndola más cercana al ciudadano, a tenor de las 234 solicitudes recibidas durante los primeros nueve meses de este año, cuando durante todo el curso de 2016 se presentaron 216. “Me ha dicho que con el bagaje que tengo, debo confiar en mí”, declara Zugazua, nada más acabar el Pleno de ayer del Ayuntamiento de Gasteiz en el que se produjo su nombramiento y toma de posesión como la tercera persona que toma las riendas de esta defensoría vecinal. “Un auténtico honor”, asegura la primera mujer Síndica de Gasteiz. Su reto es avanzar en la consolidación de la ciudad para “conseguir que Vitoria siga siendo un ejemplo de cohesión, colaboración y calidad de vida”, lo que hará con “pasión, rigor y lealtad”, tal y como juró, con una notable emoción durante el acto de toma de posesión del cargo.

En primer lugar, enhorabuena por su nuevo cargo. ¿No le da miedo ser la nueva Síndica después del listón tan alto que ha puesto Gartziandia, como han coincido en señalar los diferentes grupos políticos del Ayuntamiento?

Gracias. Pero más que miedo es respeto porque sí que considero que ha sido un gran Síndico y el listón está muy alto, pero intentaremos, por lo menos, acercarnos.

¿Qué tal han ido estas primeras horas al frente de la sindicatura, desde que el viernes tomara las riendas de la oficina?

-Pues, de momento, no me ha dado tiempo a nada. Noviembre ha sido un mes de mucha vorágine y el jueves pasado, por ejemplo, estuve haciendo muchas entrevistas. Ha habido mucho trabajo también, pero después del puente nos centraremos y ya en enero intentaremos retomar el ritmo de trabajo normal.

Desde que el pasado jueves, día 30, su predecesor, Martín Gartziandia, dejara su puesto de defensor vecinal, lo más llamativo en la ciudad ha sido la nieve. ¿Ha recibido algún tipo de quejas por la gestión del temporal?

-Pues la verdad, no sé si es porque se aproxima el puente, pero ha habido poco movimiento en la oficina del Síndico. Ha habido alguna llamada en relación con alguna multa de tráfico, pero por la nieve, cero. La verdad es que quejas por este motivo no hemos tenido nunca en estos cinco años, que yo recuerde.

Pero, como acaba de mencionar, sí que ha habido por las multas de la Policía Local. ¿Cómo está el número de las quejas elevadas por la ciudadanía ante las sanciones de la denominada huelga de celo de los agentes?

-Pues, la verdad es que la pasada semana apenas hubo llamadas y hoy (por el lunes) ha habido un par de ellas. De momento, parece que se está suavizando la cosa.

¿Y por el traslado de los ‘pichis’ hacia otro punto de Vitoria, en concreto, al pueblo de Astegieta?

-La verdad es que no hemos recibido ninguna queja, últimamente y hoy ni he leído la prensa, porque ha sido una mañana loca también, y por eso no puedo hablar del tema. Por la tarde, me pondré tranquilamente a informarme bien del tema.

¿En qué asuntos se va a centrar la oficina del Síndico?

-Primero, ponernos un poco en orden porque hay muchos frentes abiertos y hay que priorizar los asuntos pendientes. Tenemos retos a largo plazo, como es la rehabilitación del Casco Viejo, lonjas juveniles, conciliación del ocio nocturno con el descanso vecinal... Es seguir trabajando en eso y luego, el día a día, para intentar dar una mejor respuesta posible a los asuntos diarios.

Precisamente, uno de los casos más polémicos ha sido en el Casco Viejo, con el desalojo de la calle Santo Domingo de finales de octubre ante el riesgo de derrumbe de los portales 40 y 42. Sus afectados, a los que se dio un plazo de 72 horas para dejar sus casas, achacaban falta de previsión y coordinación a la hora de buscarles un hogar alternativo. Y todo ello, pese a que el Síndico ya había recomendado al Ayuntamiento dos años antes desarrollar un protocolo de actuación ante edificios en ruina. ¿Va a seguir insistiendo en esta línea?

-Pues sí, porque es un asunto que nos preocupa sobremanera, más que nada porque consideramos que pueden darse más casos. Lo que ha sucedido en Santo Domingo 40 y 42 no es un caso aislado porque ya ha sucedido en el 38. Por ello, sí que insistimos en que es necesario elaborar un protocolo ante desalojos de edificios en ruina.