“La confianza en las calles de una ciudad se construye a lo largo del tiempo a través de muchos, muchos pequeños contactos públicos en las aceras”. Tomando como base esta reflexión, obra de la urbanista, socióloga y activista canadiense Jane Jacobs, los barrios gasteiztarras de Landazuri y El Pilar se han puesto manos a la obra para convertirse en unos espacios mucho más acogedores, accesibles y seguros para sus residentes, especialmente quienes ya han alcanzado y superado la edad de jubilación. Esos que, según las estadísticas, representan a alrededor del 20% de la población de Vitoria, más de 50.000 personas en total. La iniciativa, impulsada desde el Ayuntamiento, responde al nombre de Activa tu barrio y, junto a los propios mayores, implica tanto al vecindario como a sus comercios, servicios o asociaciones. “Se trata de conectarlos, de hacer redes, poniendo a esa población mayor en el centro”, explica su responsable, Elena Martínez.
El programa dio sus primeros pasos en octubre del pasado 2016 como experiencia piloto en estos dos distritos marcados por el envejecimiento y que cuentan con dos centros socioculturales de mayores (CSM) de distinto perfil, uno muy grande -El Pilar- y otro de tamaño bastante reducido, como es el caso de Landazuri. Ambos son el punto de encuentro para los mayores que desean activarse. Un día a la semana, durante una hora, los participantes charlan, comparten vivencias y pasan un buen rato alrededor de una mesa. Otro día, también a lo largo de una hora, los mayores salen a dar un paseo por el barrio para conocer todo lo que éste les puede ofrecer y los recursos que pueden ir necesitando.
Irati Armas y su compañero Asier son las dos personas encargadas de dinamizar los grupos, que entre ambos suman todas las semanas a una media de 30 personas. De otra parte, más de una veintena de comercios y servicios de Landazuri y El Pilar también han decidido implicarse en el proyecto y, tras recibir una formación específica, han obtenido el sello Euskadi Lagunkoia que los acredita como amigables con este colectivo. “Entre los dos barrios vamos ya por los 24, y seguimos sumando”, celebra la propia Armas. Todos ellos conforman ahora sendos itinerarios seguros a los que los mayores pueden recurrir en cualquier momento si se encuentran, por ejemplo, en un apuro. El boca-oreja entre los vecinos y las asociaciones que forman parte de los barrios resulta también fundamental para que cada vez más mayores se sumen a esta red amigable. Porque por mucho que desde la administración u otros estamentos se pongan en marcha medidas para hacerles la vida más fácil, la realidad es que muchos de ellos, por desconocimiento, tienden a quedarse en sus casas al no sentirse arropados por su entorno más cercano.
Un nutrido grupo de mayores del centro sociocultural de El Pilar se reunirá esta tarde en torno a una mesa, como todos los miércoles, para compartir vivencias, ver fotografías antiguas o simplemente charlar sobre lo más mundano. Mañana lo harán los de Landazuri. Pero antes de eso, 22 participantes activos del programa, de ambos CSM, se han reunido con este periódico para relatar sus experiencias.
Angelines Fernández de Ocáriz, usuaria de Landazuri, toma la palabra para dar voz a un sentimiento generalizado: El programa está devolviendo la voz a una población muchas veces injustamente olvidada y silenciada pero que tiene mucho que decir. “Queremos que se nos oiga y ser partícipes, porque tenemos voz y voto”, expone Fernández de Ocáriz. “La base fundamental es dar vida a la ciudad. Con las grandes superficies Vitoria se está muriendo, y con cada comercio que cierra esa vida se va perdiendo. Por eso es importante unirnos entre todos”, reflexiona, por su parte, José Sánchez, usuario del CSM de El Pilar y también integrante activo del programa municipal.
Durante todo este tiempo, los participantes de los grupos han conocido comercios, establecimientos hosteleros, talleres, servicios públicos como los centros de salud, colegios... “Hemos visitado muchísimas cosas... la parroquia, Cáritas, el conservatorio... Y los monitores son encantadores”, alaba por su parte Irene Hernández, también usuaria de El Pilar. “Todos nos han tratado muy bien”, apostilla de nuevo Fernández de Ocáriz. La conexión entre los mayores, además, suele ir más allá de sus reuniones semanales, ya que muchos han forjado una amistad que les lleva a compartir otros espacios ajenos a ellas. Los grupos son totalmente abiertos y no tienen límite de plazas.
El programa, que en definitiva trata de recuperar el espíritu de los barrios de antaño, en los que se fomentaba la cohesión de la comunidad y el respeto y el bienestar de sus mayores, es pionero en Euskadi y, en función de sus resultados, se analizará su extensión a nuevos barrios de Gasteiz. Tal y como avanzó en la última comisión de Políticas Sociales su responsable político, el concejal Peio López de Munain, Coronación se encuentra ya entre sus más firmes candidatos.
¿qué implica? De vuelta a los otros grandes partícipes de esta red amigable, los comercios y servicios que dan vida a los barrios, ¿qué implica formar parte de ella? Sencillamente, tratar de hacer la vida más sencilla a los mayores que lo necesiten. “Si estoy agotada y veo un comercio con el sello, estaré segura de entrar y de que me ayudarán”, ejemplifica Fernández de Ocáriz. En el caso de El Pilar, el itinerario seguro abarca las calles Paraguay, Venezuela, Cuba, Puerto Rico, Caracas y Cofradía de Arriaga. En esta última se encuentra el bar Puzzle, uno de los que han decidido sumarse a él. “El barrio tiene un índice de envejecimiento alto y eso implica que debe tener un entorno amigable. Por nuestras condiciones, decidimos unirnos al proyecto rápidamente”, explica su responsable, Antonia García.
El bar dispone de cota cero y baños adaptados, pero también ofrece a sus clientes otras facilidades menos comunes como las gafas para leer. “Parte de nuestro servicio es atender a la gente mayor. En la práctica, supone acercar el café a una mesa, encender más la luz para que puedan ver mejor... También tenemos un bastón que nadie ha pedido aún, pero que ahí está para quien quiera utilizarlo”, expone García.
En la zona de Landazuri, cuyo itinerario comprenden las calles Sancho el Sabio, Ramiro de Maeztu, Ricardo Buesa, Joaquín José Landazuri, Badaia, Siervas de Jesús, Portal de Arriaga, Correría y parte de la Herrería, la óptica y audiología Bibegi es otra de las integrantes de la red. “Tenemos una clientela muy mayor -el 70% mayor de 65- y al final la gente va donde conoce. Si les atiendes bien se quedan en el barrio, que es lo importante”, expone su responsable Yolanda García. Para García no fue difícil sumarse a esta red, porque la labor que implica “ya se hace”.