Vitoria - Hasta la oficina del Síndico de Vitoria han llegado hasta la fecha 50 expedientes más que el año pasado. Eso, sin contar las quejas ciudadanas por la no declarada huelga de celo, porque como ayer afirmó el defensor vecinal, Martín Gartziandia, en su última intervención en comisión municipal, “uno esperaba que el final del mandado (el día 30) fuera más tranquilo y no se puede decir por dos aspectos: el desalojo de la calle Santo Domingo y por la huelga de celo de la Policía Local”.
Respecto al exagerado aumento de multas desde el día 31, el Síndico, que en menos de dos semanas abandona su cargo, aboga por que “no se tramiten las multas” . En su opinión, “si todos tenemos constancia de que esa potestad sancionadora se hace de forma distinta a una finalidad diferente a la establecida, eso la ley lo llama desviación de poder y no se ajusta a derecho”.
Ante dicha indefensión ciudadana, “el Síndico no puede hacer abstracción de esa situación, hay convicción entre la ciudadanía de que eso (la huelga de celo) se está produciendo y manifiesto mi frustración”.
La cuestión, a juicio de Gartziandia, no se trata de averiguar si el ciudadano ha cometido una infracción. “El debate es que si se puede demostrar que se ha hecho un uso desviado de esa autoridad al poner esa sanción, el artículo 70 de la Ley de Jurisdicción Contecioso-Administrativa y el artículo 48 dice que eso es contrario al ordenamiento jurídico”. Y, por ende, la consecuencia debe de ser anular todas las multas debido a esa actitud contraria a derecho de la Policía Local.
Santo Domingo El desalojo de los portales 40 y 42 de la calle Santo Domingo “por riesgo de derribo” durante la última semana de octubre, para el Síndico pone en evidencia la “necesidad de un análisis riguroso de los inmuebles del Casco Viejo y de los que habría que tomar una previsión porque ahora estamos en otra etapa económica, diferente a la crisis. Hay que invertir dinero, que no se ha hecho, con las consecuencias que vemos”.
Pero también, como añadió, tiene que ver con las condiciones de realojo: “que sean claras y previamente establecidas, porque esto no se puede tratar como un problema de dejación por parte de los vecinos porque en septiembre ya tuvimos un residente que quería rehabilitar el edificio, pero era imposible, debido también a entidades bancarias sin voluntad de restaurarlo”.
Por tanto, el Ayuntamiento “tiene que tomar partido, aunque sea de forma subsidiaria, si queremos que el Casco Viejo esté vivo. Hay que invertir y tomar medidas. Recuerdo, en este sentido, la recomendación de hace dos años, cuando pedimos un protocolo de actuación para casos de desalojos”. - A. Salazar / Foto: A.L.