vitoria - La alarma social pasó, pero el robo de pisos por parte de bandas organizadas en Vitoria no sólo persiste, sino que ha aumentado. De acuerdo con las estadísticas que maneja el Departamento Vasco de Seguridad, en los nueve primeros meses de 2017 los asaltos con fuerza en domicilios de Álava ascienden ya a 205, mientras que a lo largo de todo 2016 sumaron 166 casos. Los ertzainas encargados de investigar y perseguir a los autores de estos atracos aseguran que el nivel de profesionalidad de los grupos internacionales ha aumentado considerablemente en el último año gracias a Internet y subrayan que la colaboración ciudadana resulta “clave” a la hora de atajar el goteo incesante de saqueos. Solicitan a los vecinos que contacten inmediatamente con el 112 si observan movimientos sospechosos o “marcadores” en sus domicilios. Se trata de pequeñas piezas de plástico, papel o palillos que, una vez colocados por los ladrones en las puertas, les indican si éstas se han abierto o no en los últimos días. Si observan que el marcador sigue en su sitio durante un cierto periodo de tiempo, saben que nadie ha entrado ni salido de la propiedad y pasan a la acción. “Actúan muy rápido, de manera que la única forma de cazarles es cogiéndolos en el mismo momento del robo”, aseguran.
En lo que llevamos de 2017, la Ertzaintza ha capturado y desmantelado completamente al menos 4 bandas organizadas dedicadas a desvalijar pisos en la capital alavesa. Sin embargo, por el momento sólo uno de estos grupos, integrado por individuos de origen búlgaro, ha ingresado en prisión. El resto se encuentra a la espera de que se celebren sus correspondientes juicios o, simplemente, en paradero desconocido.
El modus operandi de absolutamente todos los grupos organizados que actúan por Vitoria es ya muy sofisticado. Nada de taladros en las cerraduras ni rudimentarias palancas o agujeros en las puertas. Nada que pueda despertar las sospechas de los vecinos y revelar su presencia mientras trabajan. Extractores de bombines, ganzúas, técnicas de bumping, inhibidores de frecuencias para invalidar las alarmas... Cualquier banda puede acceder a tutoriales en los que se les instruye en el desmantelamiento de cualquier cerradura en cuestión de segundos y sin dejar rastros de violencia que alarmen a los residentes. Y si lo que se busca es material especializado, como extractores o ganzúas, se pueden adquirir por Internet desde países con legislaciones digitales más laxas para evitar dejar huellas o bien, siguiendo la línea de los citados tutoriales, aprender a fabricarlo por su propia cuenta.
Los ertzainas aseguran que desde que ETA desapareció de escena y la presión policial se redujo, los atracadores de pisos han incluido la CAV en su ruta habitual de trabajo, aunque con una salvedad. “Saben que el poder adquisitivo aquí es mayor que en otras comunidades, así que para ellos Euskadi se ha convertido en un lugar equiparable a Madrid o Barcelona”, señalan. Funcionan de modo itinerante por toda Europa, saltando de país en país y de ciudad en ciudad. En ocasiones cuentan con el apoyo de una persona que reside en el punto donde van a robar y en otras se alojan en hoteles o en pensiones para pasar desapercibidos. Otras veces se desplazan desde otras ciudades cercanas, como Pamplona, actúan en el día y regresan.
En cuanto a los orígenes, afirman que es de lo más variopinto. Por el territorio transitan bandas organizadas llegadas desde diversos países de Europa del Este, ciudadanos sudamericanos, magrebíes o, últimamente, italocroatas. En general, los grupos están integrados por entre dos y cuatro individuos.
“Antes, cuando hablábamos de robos en pisos, los incluíamos en los denominados delitos de verano. Ya no es así. Ahora les da igual cometer delitos en invierno, en otoño o en primavera. Tampoco les importa que sea lunes, miércoles o fin de semana. Están operativos las 24 horas del día”, explican los agentes.
La rapidez y el control a través de marcadores son los dos pilares fundamentales del trabajo de las bandas. La entrada y salida de los domicilios es realmente fugaz, generalmente no llega ni a un minuto en total. Muchas veces, una vez que aplican los conocimientos adquiridos y superan el obstáculo inicial de la cerradura, no invierten mas que 30 segundos en repasar el contenido de la vivienda. “Van directos al dormitorio y buscan dos cosas: dinero en metálico y joyas. No se van a llevar ni el televisor ni el ordenador. Son profesionales y no quieren perder el tiempo o arriesgarse a que les vean. Tampoco quieren enfrentarse a nadie ni que se den situaciones violentas”, advierten los agentes.
reactivos Otra prueba del grado de sofisticación que han alcanzado las bandas de atracadores de pisos es que últimamente todos portan reactivos químicos en sus equipos de trabajo. Pequeños recipientes con líquido que emplean en caso de encontrarse con joyas. “No se van a llevar bisutería. Si encuentran joyas, sacan el reactivo, aplican una gota y saben inmediatamente si es oro o no. Si es bueno, se lo llevan, si no, lo dejan”.
Nada puede dejar rastro o conducir a la Ertzaintza hasta ellos, así que el destino de todas las alhajas robadas es el mismo. “Todo se funde. No se arriesgan a que alguien pueda identificar un objeto de su propiedad. Los lingotes de oro fundido no dan ni una sola pista de la procedencia”, aclaran los ertzainas.
A pesar de seguir de cerca los pasos de diversos sospechosos, siempre en constante movimiento, los agentes insisten en la importancia de la colaboración ciudadana. “Hay veces que no te das ni cuenta de que han colocado un plastiquito o un palillo o un papelito en la puerta de casa y te lo llevas cuando barres. Por eso es muy importante fijarse en los detalles. Si al abrir la puerta cae algo al suelo, hay que llamar al 112 porque es muy probable que los ladrones estén controlando la zona. También es conveniente llamar si se observan movimientos extraños por el edificio. Cuanta más información obtengamos, más posibilidades tendremos de capturarlos”, explican.
Internet. Las bandas obtienen en la Red toda la información necesaria para aprender a abrir cerraduras rápidamente y sin dejar huellas. También adquieren allí ganzúas y extractores.
Marcadores. Para saber si hay movimiento en las viviendas, colocan marcadores en las puertas que caen al suelo en caso de apertura. Ya no necesitan realizar seguimientos.
Colaboración. Los ertzainas especializados en la persecución de este tipo de delitos piden a la ciudadanía que llamen al 112 si observan movimientos sospechosos o descubren marcadores.
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En lo que llevamos de 2017, la Ertzaintza ha desmantelado por completo al menos cuatro bandas dedicadas al robo de pisos en Vitoria. Sólo una, de origen búlgaro, ha ingresado en prisión.