vitoria - Con el paso del tiempo, la munición de las armas de fuego puede perder parte de sus propiedades y no funcionar correctamente. La Policía Local de Vitoria lleva 6 años portando las mismas balas para sus pistolas y los agentes habían comenzado a preocuparse por la fiabilidad que este material podía llegar a ofrecer en caso de necesidad. El comité de empresa del Ayuntamiento, tras reunirse con la jefatura de Agirrelanda y trasladarles la intranquilidad que sienten los policías, ha conseguido un compromiso por parte de ésta para renovar totalmente la vieja munición y sustituirla por otra nueva y en perfectas condiciones de funcionamiento. Una puesta al día que, pese a lo que pudiera pensarse, únicamente supondrá un desembolso total ligeramente inferior a los 3.000 euros.

Desde que se jubilaran los viejos revólveres de la Policía Local, que funcionaban con balas del calibre 38, la munición que emplean los agentes de Vitoria es de 9 milímetros parabellum, una medida estándar. Los responsables municipales comenzarán en breve a buscar ofertas en el mercado que se adecúen a las necesidades del cuerpo. Es bastante probable que el gasto esté ya contemplado y se halle integrado ya en la partida correspondiente a renovación y reposición de equipos, dotada con 90.000 euros, del presupuesto de Seguridad Ciudadana presentado el pasado jueves en comisión por el concejal del Departamento, el socialista Carlos Zapatero.

Después de 6 años patrullando las calles de la capital alavesa con las mismas balas, cabe la posibilidad de que sus cualidades se hayan deteriorado o de que las características de la pólvora que portan se hayan visto alteradas de alguna manera. En principio, si se ha conservado adecuadamente, la munición disponible en la actualidad es muy segura y no tendría por qué fallar, pero los sindicatos consideran que se está corriendo un riesgo innecesario teniendo en cuenta la pequeña inversión que necesita la actualización del material.

La puesta al día de las balas forma parte de un paquete de medidas relacionadas con la seguridad que los sindicatos han comunicado a la jefatura y que tiene que ver con las nuevas formas de terrorismo a las que podrían tener que enfrentarse los agentes. Además del asunto de la munición obsoleta, desde el comité han reclamado a los responsables del cuerpo la renovación de los protocolos de seguridad de la ciudad ante un hipotético ataque yihadista, la incorporación de armas largas al día a día de los policías y la inclusión de pistolas eléctricas, conocidas como Taser. Por el momento, la cúpula de la Guardia Urbana únicamente ha dado luz verde a la cuestión de las balas y el resto de los asuntos permanece en el cajón a la espera de ser negociados.

En relación directa con el uso de las armas reglamentarias, los representantes laborales de la plantilla en la Policía Municipal reconocen que los agentes locales de Vitoria son unos “afortunados” en cuestiones de tiro. Llevan a cabo dos jornadas completas de práctica al año en la academia de Policía de Arkaute, lo cual, comparado con otros cuerpos, “es un auténtico lujo. Otros cuerpos que mitificamos tiran 25 cartuchos al año, que es la dotación personal de un policía, a veces en tiro estático y sin entrenamiento en situaciones reales de fuego”, advierten.

tres nuevos agentes De los 32 nuevos agentes que la Oferta Pública de Empleo incorporará a la disciplina de Agirrelanda el año que viene tras completar su periodo de formación en Arkaute, tres han comenzado ya a trabajar, de forma tutelada, en Vitoria. La razón por la cual estos tres nuevos guardias no pasarán por la Academia vasca de Policía es que ya prestaban servicio en otros cuerpos y pueden incorporarse mucho antes que el resto de sus compañeros.

Estos tres nuevos agentes llevan ya diez días desarrollando su labor en la comisaría dentro del denominado Plan de acogida. Un programa de toma de contacto progresiva mediante el que se les presenta los diferentes departamentos, grupos y unidades, se les comunican las directrices y particularidades del cuerpo y comienzan a trabajar bajo la supervisión de compañeros veteranos.