vitoria - Escasez de agentes, ausencia de una reacción adecuada por parte de la jefatura, una situación “excepcional” de bajas laborales y la vulneración del reglamento de refuerzos. Los responsables del sindicato ErNE achacan a este cóctel buena parte de los males que la Policía Local de Vitoria padece en la actualidad y que, aseguran, compromete el trabajo de algunas unidades, como la de Investigación o un grupo concreto del turno de noche. Una vez confirmado que los 32 agentes correspondientes a la última Oferta Pública de Empleo no se incorporarán al servicio hasta el año que viene, y a la espera de recibir el listado de horas extras realizadas para subsanar la carencia de personal, los portavoces del sindicato afirman que “no se ha respetado el reglamento de refuerzos” y señalan como responsable a la Jefatura. “No vamos a facilitar datos sensibles que puedan poner en riesgo las investigaciones que se están realizando, pero la situación de falta de personal es muy preocupante”, advierten.
Antes incluso de que los nuevos policías inicien sus prácticas en las calles de Vitoria, el cuerpo se enfrentará a un problema añadido. El 1 de enero de 2018 entrará en funcionamiento el nuevo decreto regulador de jubilaciones anticipadas para las policías, lo que redundará, previsiblemente, en una nueva merma de la plantilla. “Estimamos que a fecha de 31 de diciembre de 2017 pudiera afectar a 22 policías, en 2018 serían 9 agentes y en 2019-20 a otros 7 más”, evalúan desde ErNE. “Las cifras -amplían- son exiguas en un colectivo de 370 agentes en activo -la Relación de Puestos de Trabajo (RPT) oficial marca que deberían ser 431- además de la entrada de los 32 nuevos policías. Estas vacantes pudieran ser cubiertas con una sola OPE si hubiera voluntad política y decisión”.
Apelando a esa voluntad política, los responsables de ErNE emplazan al equipo de gobierno a “apostar sin condiciones por su Policía, la Policía Local de Vitoria, ampliando las dotaciones de RPT, aumentando el número de agentes que satisfagan las necesidades y objetivos estructurales que la Jefatura se ha marcado y comprometido con la ciudadanía como son la policía de barrio, los bicipolis, el nuevo grupo de menores, la ampliación de la unidad de investigación de delitos, el refuerzo del grupo de violencia de género y un sinfín de proyectos que, más que realidades, por el momento son meros mensajes de cara a la prensa”.
equipamiento Otra de las claves para los agentes a la hora de desempeñar su trabajo es la idoneidad del equipamiento. En opinión del sindicato, actualmente disponen de un material de dotación “acorde” a sus necesidades. Cuentan con chalecos balísticos individuales contra municiones no de guerra, fundas de armas semirrígidas de seguridad, defensas extensibles, emisoras portátiles individuales, guantes anticorte, grilletes, portacargador y cargador de munición adicional y linternas. Los últimos automóviles incorporados también satisfacen las necesidades de comodidad y seguridad exigibles, y algunos de ellos incluso montan mamparas para el traslado de detenidos.
Sin embargo, ErNE denuncia deficiencias importantes en el parque móvil de motocicletas, “muchas de las cuales son viejas y presentan deficiencias importantes”. No obstante, Jefatura ha prometido una remesa nueva para comienzos de 2018.
Dotaciones adecuadas para el día a día, pero no para las nuevas amenazas que se ciernen sobre la sociedad. ErNE aboga por la incorporación “real” de la Policía Local en la lucha antiterrorista de origen fundamentalista “les guste o no a nuestros dirigentes políticos y policiales”, para lo cual sería necesario incorporar nuevos protocolos y adquirir equipamiento específico. “La presencia permanente de nuestros agentes en las calles, su alto nivel de compromiso y profesionalidad, su conocimiento del territorio, así como de las personas que habitan en él, son factores que hacen imposible que, de cometerse una acción terrorista de esta índole, no estemos presentes”, explican.
Además de subrayar la necesidad de participar en el diseño de los planes y protocolos de seguridad elaborados en la Junta Local de Seguridad y de reclamar formación para los policías, ErNE destaca la obligación de “dotarles del material adecuado para responder proporcional y adecuadamente a estas agresiones”. Con este fin, el sindicato plantea tres iniciativas que cumplen con la legalidad y cuyo cumplimiento “sólo es cuestión de voluntad política”. Nueva munición para el arma corta que mejore la seguridad para terceros con menos sobrepenetración y rebote que la actual semiblindada y mayor poder de parada sobre el agresor; dotación de armas largas para su utilización en controles de seguridad ciudadana, vigilancia y seguridad de masas y respuesta ante atentados terroristas; y valoración de incorporar armas no letales tipo “taser” para la neutralización de personas y animales altamente agresivos sin causarles la muerte.
“No debemos olvidar que estas armas están siendo utilizadas por otros cuerpos de policía con total normalidad para estos fines como Policía Autonómica, Cuerpo Nacional de Policía y Guardia Civil. También disponen de estos medios guardas de campo y vigilantes de seguridad privada y por supuesto, aquí está lo surrealista y preocupante, cualquier ciudadano mayor de edad, sin antecedentes penales que quiera realizar actividades cinegéticas de caza mayor o menor. Es decir, todos menos las policías locales por un absurdo perjuicio político al margen de cualquier valoración profesional”, aseguran.