el camino hacia una movilidad cada vez más sostenible sigue recorriéndose en Vitoria para ahondar en la radical transformación protagonizada por la ciudad a lo largo de los últimos años. Sin prisa, pero sin pausa. Allá por 2002, cuando la capital alavesa aún no había experimentado la enorme expansión urbanística que la llevó a crecer hacia Salburua y Zabalgana, la bicicleta apenas aglutinaba al 1,4% de los desplazamientos urbanos que se realizaban por sus calles, una tasa que se situaba en el 31% en el caso de los coches y las motos, monarcas indiscutibles del asfalto. En 2014, el último con datos oficiales, la brecha se había reducido ya de forma espectacular, con un 12,3% de viajes a dos ruedas y un 24,7% en el caso de los vehículos a motor. Reyes del asfalto todavía, sí, pero un poco más cerca de ser destronados.

La entrada en vigor en el año 2008 del Plan de Movilidad Sostenible y Espacio Público (PMSEP), que trajo bajo el brazo un ingente paquete de medidas para convertir a Gasteiz en una ciudad mucho más humana, sostenible y saludable a través de su modelo de movilidad, ha tenido mucho que ver en la evolución de este reparto modal. Precisamente ahora, la capital alavesa está trabajando en la revisión de este ambicioso proyecto, en la que el Ayuntamiento va a invertir 130.000 euros, mientras mira de reojo a un año 2020 en el que aspira a lograr que el 15% de sus desplazamientos sean ya en bicicleta, tal y como se comprometió al adherirse en 2010 al Pacto de Bruselas. Un objetivo a todas luces posible.

“Estamos en disposición de superarlo, si no lo hemos hecho ya”, remarca en declaraciones a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA Juan Carlos Escudero, jefe de Información e Innovación del Centro municipal de Estudios Ambientales (CEA). Junto a la positiva tendencia que se ha ido dibujando en la ciudad en los últimos años, los datos recopilados por el contador de bicis de la Avenida Gasteiz, que experimenta un incremento interanual del 10% del flujo de ciclistas, y el aumento de viajeros en el transporte público son dos aspectos más que invitan a la esperanza. En este último caso, se ha pasado de los 44.045 desplazamientos diarios del año 2006 a los 74.979 de 2014, impulsados por la implantación del tranvía y la reordenación de las líneas de Tuvisa ejecutada en 2009. La tasa de viajes en transporte público, eso sí, cayó en la ciudad en esa misma franja temporal del 7,7 al 7,6% debido al incremento total del número de desplazamientos, que en el caso de la bicicleta pasó de los 19.051 al día a los 127.645.

“Apenas han pasado ocho años de la implantación de las primeras medidas del Plan de Movilidad y estamos muy por encima de las expectativas que podíamos tener. Que hayamos conseguido no sólo frenar sino revertir los desplazamientos de los vehículos a motor con 16.000 nuevas viviendas en Salburua y Zabalgana es un dato muy positivo”, se felicita Escudero.

revisión del plan Coincidiendo con la celebración de la Semana Europea de la Movilidad Sostenible, que tuvo ayer como hito fundamental un ensayo de la futura peatonalización de la calle Postas en el tramo de la plaza de Santa Bárbara, el Foro Ciudadano de la Movilidad Sostenible mantuvo este pasado miércoles su última reunión, en la que volvieron a recogerse aportaciones ciudadanas para la revisión del PMSEP. Se avanzó también en el análisis de la percepción social sobre los retos de futuro a los que se enfrenta la ciudad en esta materia y en el de los elementos críticos detectados en la evaluación del primer documento: Entre otros, las dificultades que presentan la movilidad laboral y escolar, la logística urbana o la regulación semafórica en un contexto de incremento general de los desplazamientos. “A la hora de revisar el plan, esperamos establecer unas prioridades para incidir sobre unos aspectos u otros, ya que los recursos no son ilimitados”, expone Escudero. El segundo PMSEP tendrá, a priori, una vigencia de entre ocho y diez años, aunque esta franja temporal será flexible. “Será un tiempo lo suficientemente amplio, pero no demasiado largo, e incluirá una evaluación continua”, avanza el especialista del CEA.

Mejoras en la movilidad que, por ejemplo, detecta de una rápida pasada Rubén Rodríguez, portavoz del colectivo Bizikleteroak, que aun siendo consciente de la “magnífica” evolución de los datos de movilidad ciclista en Vitoria apunta que el recorrido por delante todavía es amplio. “Queda bastante por hacer todavía, porque no se ha completado ni el 17% de las supermanzanas que se habían previsto. Además, la red básica de rutas ciclistas tenía que haber estado terminada ya hace dos o tres años”, ejemplifica Rodríguez. El portavoz del colectivo de bicicleteros apunta como principales puntos negros a barrios como Sansomendi, donde “faltan muchos caminos con comunicaciones seguras”, o a los polígonos industriales, que a su juicio “deberían tener una conexión mucho mejor” con la ciudad consolidada. Todavía, cerca del 60% de los desplazamientos que se realizan a los núcleos empresariales de la periferia de la ciudad se siguen realizando todos los días en coche, “y en un grado muy alto de forma individual”, según expone Rodríguez tirando de nuevo de los registros oficiales.

Como aspecto positivo, el portavoz de Bizikleteroak apunta a la generalización de las zonas de calmado de tráfico en la capital alavesa, que al margen de encajar como anillo al dedo en sus compromisos de movilidad sostenible han logrado reducir de forma muy importante el ruido generado por el tráfico. Juan Carlos Escudero, entretanto, remarca que un tercio de las emisiones de efecto invernadero aún siguen partiendo de la -poco sostenible- movilidad, lo que supone un motivo de peso para seguir abriendo el camino a los peatones, las bicis y el transporte público.