VITORIA. El escrito de acusación al que ha tenido acceso Efe afirma que durante la relación sentimental la mujer recibió constantemente insultos y minusvaloraciones por parte del acusado, quien llegaba a amedrentarla amenazándola con que algún día haría uso de un arpón de pesca submarina que poseía.

La Fiscalía asegura que el control que el hombre ejercía sobre su esposa, ambos de nacionalidad argelina, era "absoluto", que le impedía relacionarse con personas españolas y que llegaba incluso a exigir a su esposa que en los restaurantes se sentara de cara a la pared y si algún hombre la miraba abandonaban el local.

Asimismo controlaba la ropa y el peinado de su mujer y la obligaba a cambiarse si no estaba conforme con las prendas que utilizaba.

La Fiscalía relata que en diversas ocasiones el acusado abofeteó y empujó a su mujer y que el trato con sus hijos -dos niños y una niña- se basaba en gritos e insultos. Añade que a los dos varones los agredía de forma habitual con las manos, las zapatillas e "incluso con una rama que guardaba a tal fin, sin alegar motivo alguno".

En tales situaciones, la madre se interponía entre el acusado y los niños para que cesaran las agresiones.

El Ministerio Público precisa que la mujer denunció a su marido en agosto de 2015 y que cuando estaba en las instalaciones del Servicio de Atención a la Víctima del Palacio de Justicia de Gasteiz el acusado intentó acceder al lugar donde ella se encontraba y le gritó que lo iba a pagar.

Añade que el juzgado acordó el 2 de septiembre de 2015 la prohibición de que el hombre se acercara a menos de 200 metros de su hijos y, a pesar de ello, acudió días después al centro escolar donde estudiaban.

Estos hechos han causado en la mujer una situación ansioso depresiva por la que precisa tratamiento psicológico, y que podrían tener influencia en el desarrollo psicosocial de los menores, indica la Fiscalía que acusa al procesado de maltrato habitual y de quebrantamiento de medida cautelar.

Además de los seis años y diez meses de prisión, solicita que se le prohíba acercarse y comunicarse durante diez años con la mujer y que la indemnice con 6.000 euros por los daños morales causados.

El juicio por estos hechos tendrá lugar en un tribunal en Gasteiz la próxima semana.