vitoria - Vivir en verano o pasar las vacaciones en Álava exige disponer de un fondo de armario importante, preparado para el calor intenso, para la lluvia e incluso también para el frío. Así, caracterizada por la inestabilidad, está transcurriendo la actual temporada estival en el territorio, que afronta ya su último mes astronómico sin que casi nadie se atreva a pronosticar qué deparará. Hasta la fecha, que eso ya se encuentra bien registrado, ha sido “bastante normal” en cuanto a las temperaturas medias y “seco” en lo que respecta a la precipitación, pese a algunos episodios de tormenta focalizados en el Valle del Ebro. Un verano, además, “poco llamativo”, según expone el meteorólogo de Euskalmet, Eneko Mazo, debido a la ausencia de avisos por fenómenos graves.
La entrada de la estación el pasado 21 de junio a las 6.24 horas estuvo caracterizada, eso sí, por el fortísimo calor, tanto que los termómetros marcaron los valores más altos de todo el verano, tanto mínimos como máximos. El mercurio no bajó en Gasteiz durante aquella madrugada de los 19,9 grados, los que se registraron a las 4.00 horas según los registros de la Agencia Vasca de Meteorología. Desde entonces, no ha habido en la ciudad una temperatura mínima más alta. Y tampoco máxima, los 34,7 que se registraron esa misma jornada a las 15.00 horas. Los 27,6 grados de temperatura media calculados aquel 21 de junio por la estación meteorológica de la capital parecieron más propios de una latitud tropical. Pero la situación no tardó en torcerse, pese a que el 22 de junio Vitoria registró la segunda temperatura máxima de toda la estación, con 34,5 grados.
Sólo un día después, los termómetros ya no subieron de los 21 grados, mientras que a partir del día 25 se sucedieron siete jornadas consecutivas de precipitaciones. No muy intensas, pero desde luego significativas teniendo en cuenta lo que ha venido después, una estación con muy escasas lluvias. “Tuvimos un inicio de verano bastante primaveral o incluso otoñal”, define gráficamente Mazo.
En julio, paradigma de lo que ha sido el verano en su conjunto, hubo “un poquito de todo”, según recuerda el especialista, con “días veraniegos y otros más otoñales” y temperaturas, por lo general, “bajo control”, debido a la habitual entrada del viento de componente Norte por las tardes. No se han dado, como en veranos anteriores, varias jornadas seguidas de calor intenso y las temperaturas máximas, como los 35,1 grados registrados en Abetxuko el 18 de julio, se quedaron lejos de los máximos históricos registrados por esta misma estación, los 38,7 grados. “Hubo muchas subidas y bajadas, con precipitaciones sobre todo en forma de tormenta en Rioja Alavesa”, recuerda Mazo. Una de las más fuertes, que afectó de forma notable a pueblos como Oion y Lanciego, tuvo lugar el 8 de julio.
Por el momento, agosto también está “siguiendo esa misma tónica”, alternando “días de piscina y otros más fríos”, pero a la vez con muy pocas precipitaciones. Unos pocos datos saltan a la vista en este sentido: La estación de Abetxuko -la de Gasteiz no ofrece información sobre precipitaciones- recogió 5,4 litros por metro cuadrado el 28 de junio, la jornada más lluviosa de todo el verano en el término municipal de Vitoria, y 10,8 litros en todo el mes de julio. En lo que va de agosto, apenas han precipitado 0,4 litros por metro cuadrado sobre el histórico barrio obrero. Queda en los registros una madrugada, la del 12 de agosto, que dejó la mínima más baja del verano en la capital, con sólo 10,1 grados.
¿Y ahora? Pese a que agencias como la estatal Aemet realizaron en junio una previsión para todo el verano -lo vaticinó caluroso y más lluvioso de lo habitual, algo que por el momento no se ha cumplido demasiado-, Euskalmet no realiza pronósticos más allá de siete días vista. “No podemos decir si el verano está siendo según las previsiones porque no hacemos ese tipo de pronósticos estacionales”, remarca Mazo.
Pero a corto plazo, se prevé un fin de semana seco, con temperaturas progresivamente en ascenso -en Gasteiz puede llegarse mañana a los 28 grados-, y un inicio de semana de nuevo muy caluroso, con valores en acusado ascenso, sol y viento del sur en la capital. Así que de nuevo tocará alternar la chaqueta con las sandalias.