La meteorología en la capital alavesa es un tema de conversación constante. La estación del año no es un factor determinante que defina las temperaturas ni la sensación térmica a lo largo del año. Además, también se puede dar el caso en el que en una misma jornada se alternen frío y calor según las horas.
Tampoco el verano es ajeno a esta realidad, y tanto vitorianos como forasteros lo han comprobado durante las fiestas de La Blanca. El periodo festivo comenzó recibiendo a Celedón con una temperatura que rondaba los 30 grados, en una edición en la que, curiosamente, los bomberos estuvieron en huelga y no acudieron a refrescar la Virgen Blanca con sus mangueras. Aquel sofocante calor abandonó Vitoria al día siguiente, tras desplomarse el termómetro diez grados de golpe. Entonces el cielo ya advertía de lo que se iba a presentar en la ciudad, y llegó a lloviznar en las últimas jornadas de las fiestas patronales.
Según Euskalmet, hoy y mañana el mercurio ascenderá ligeramente con una temperatura que rozará los 30 grados. En ambas jornadas lucirá el sol sin apenas nubes. A pesar de esta realidad, la situación no será similar la próxima semana, pues el lunes se producirá una transición que sustituirá el actual cielo azul por otro grisáceo, y que se agravará el martes, fecha en la que se espera lluvia segura en Gasteiz.
Maialen Martija, meteoróloga de Euskalmet, subraya que “no es extraño” que el clima sea tan irregular durante agosto, ya que es una característica propia del clima vasco. Así, recuerda que junio fue una época de calor, en la que la temperatura en la Llanada Alavesa fue dos grados superior a la media vasca, y eso no implica que se vaya asegurar el sol el resto del verano. Respecto al panorama meteorológico del próximo mes, Martija desconoce la tendencia, puesto que varía en función de las circunstancias, al tratarse de un mes “benévolo con temperaturas suaves”, por lo que no se puede afirmar que el verano se vaya a atrasar.
registro histórico En este sentido, la irregularidad siempre ha sido la seña de identidad de la meteorología vitoriana, tal y como demuestran las estadísticas suministradas por AEMET. Una muestra de ello es la temperatura más elevada registrada en la estación de Foronda, que alcanzó los 40,8 grados el 10 de agosto hace un lustro. Esto contrasta con el valor recogido un 30 de agosto de 1986, en la que se tomó la temperatura más baja un mes agosto, apenas 0,8 grados. Tres años antes se registró el agosto con mayor lluvia de los últimos cuarenta años, puesto que en agosto de 1983 Vitoria vio llover 18 de sus 31 días del mes.