vitoria - La asociación Kiribilore Permakultura ha puesto en marcha una iniciativa, cuyo objetivo es crear un directorio de los árboles y arbustos frutales de Vitoria en forma de mapa. El proyecto, que cuenta con el apoyo institucional del Ayuntamiento, recoge principalmente información relativa a los árboles frutales, aunque también colectan los datos de arbustos. Se trata de una propuesta que pretende localizar geográficamente los árboles e identificar la especie de cada uno de ellos. Asimismo, parte con la vista puesta en el medio-largo plazo, ya que, después de la pausa estival, la asociación confía en retomar la actividad del presente mes de junio.
El objetivo de la idea es acercar los árboles frutales de la ciudad a los vecinos. De esta forma, el colectivo quiere “sensibilizar y promocionar” la agricultura urbana, de manera que los ciudadanos sean capaces de reconocer los árboles frutales que les rodean. Se trata, en definitiva, de fusionar estas especies con las nuevas tecnologías, ya que los teléfonos de última generación aportan gran utilidad a la iniciativa. Los árboles que se mapearán serán los que están ubicados en espacios públicos, aunque también podrán incluirse los árboles localizados en jardines privados, siempre que sus respectivos “dueños” otorguen el correspondiente permiso.
Desde la asociación subrayan que el “equilibrio” está adjunto a este proyecto. Esto es, la finalidad de la idea no es “saquear” el árbol, sino “pensar en que siempre va a venir alguien detrás que también lo quiere disfrutar, tanto observando su porte como disfrutando del sabor de alguno de sus frutos”.
El primer taller que llevó a cabo la asociación Kiribilore fue el pasado 10 de junio y congregó a más de una decena de personas. El primer destino elegido fue el parque de Arriaga. Una vez reunidos en el centro cívico del barrio se dirigieron a la zona verde. Allí, los promotores de la iniciativa mostraron al resto de participantes distintas herramientas disponibles en sus teléfonos móviles. De esta manera, una vez identificado un árbol frutal, se toma una fotografía al árbol y se incorporan sus datos, como las medidas de la altura y el diámetro del tronco, el estado de salud de la planta... Igualmente, puede atribuirse la ubicación exacta de la planta a través del GPS disponible en sus dispositivos móviles, una vez se especifican las coordenadas de latitud y longitud.
Si bien el parque de Arriaga fue el emplazamiento elegido para el desarrollo del primer taller, no será el único. La asociación, ayer mismo, proyectó el segundo taller, en Judimendi, y el día 22 se trasladarán al barrio de Salburua.
En cualquier caso, Pedro Ferrero, miembro de la asociación Kiribilore Permakultura, insiste en que el objetivo de la iniciativa es que los vecinos “aprendan a mapear por su cuenta”. En este aspecto, el colectivo dispone de un formulario en su página web, mediante el que se pueden añadir árboles al directorio. Asimismo, ha puesto en marcha un grupo de WhatsApp con la misma funcionalidad que el formulario. También se podrán enviar imágenes de los árboles en diferentes estaciones del año, para observar los cambios producidos en las plantas a lo largo del tiempo.
Además de identificar las ubicaciones en las que se localizan los árboles frutales de Vitoria, también tienen intención de realizar otras actividades, como recolectar la fruta y embotellarla en forma de zumo. Igualmente, tiene previsto repartirlo entre las personas necesitadas.
Ferrero destaca la importancia de que los ciudadanos conozcan los árboles de los que están rodeados. De esa manera, conseguirán que se valoren las plantas. Por otro lado, Ferrero subrayó la transcendencia que tiene que los vecinos sepan utilizar su teléfono móvil para poder llevar a cabo proyectos como el que la asociación a la que pertenece está desarrollando.
uso medicinal Estos talleres son, en cualquier caso, solo el primer paso. En una segunda fase se adentrarán en los árboles medicinales y en los que tengan otros usos, como puede ser el caso de tilo, el árbol del amor o la castaña pilonga, con cualidades medicinales, hojas comestibles, o para crear utensilios.
Ferrero apunta también al éxito de la iniciativa cosechado en otros lugares del mundo, como Los Ángeles, Londres, Buenos Aires y California. De esta forma, pretenden seguir el camino recorrido por estas ciudades del mundo, con la misma metodología. En cualquier caso, comenta que el modus operandi para estas iniciativas en Estados Unidos es diferente al continente europeo, puesto que en el país norteamericano son “más favorables” a ceder terrenos para proyectos como este.
La idea de esta iniciativa se remonta al año 2004, cuando surgió un proyecto colaborativo llamado Fallen Fruit, que creó un mapa con los árboles frutales de la ciudad estadounidense de Los Ángeles. Posteriormente, los miembros de este colectivo plantaron árboles frutales en el suelo público de urbe. Aquel planteamiento fue expandiéndose paulatinamente y lo adoptaron en ciudades de diversos países, como Dinamarca, Canadá, Colombia, Argentina, Reino Unido, Países Bajos, España y México. En todos los territorios en los que está presente esta iniciativa, la filosofía es resaltar el valor de lo local frente a lo global. Esto es, poner en valor la fruta autóctona como respuesta a la masificación de multinacionales.
Por otro lado, la organización Kiribilore Permakulura está procesando otras iniciativas de acercamiento a la naturaleza. Una de ellas es la plantación de árboles frutales que llevaron a cabo en Salburua. Otro ejemplo es la idea de crear “bosques comestibles”, puesta ya en marcha en localidades como Espejo. Estos tipos de bosques imitan a los ecosistemas forestales naturales. En lugares como estos es posible cultivar plantas, como bayas, hortalizas, hongos, flores y otras plantas. Otra de las iniciativas de la asociación son los huertos ecológicos, en los que la propia entidad se ofrece como asesora para los colectivos que estén interesados, como residencias y centros de empresa. El asesoramiento se basa en la visita a huertos ecológicos ya presentes en la ciudad, charlas sobre horticultura para y la realización de un curso para iniciar el proyecto. De esta manera, la asociación quiere impulsar la horticultura urbana en Vitoria. La asociación trabaja, además, con diferentes organizaciones tanto institucionales como organizaciones no gubernamentales, impartiendo cursos de formación. El objetivo se centra principalmente en “volver a tener un contacto con la tierra”.