Los restos biodegradables del hogar, como es el caso de los desechos de cocina o las hojas secas de podas, se pueden convertir en un recurso valioso, llamado compost, que puede aprovecharse para mejorar la calidad de los suelos de huertas y jardines, reduciendo así el volumen de materia que debería ser recogida y tratada. Elburgo fue uno de los primeros pueblos de Álava en implantar las composteras comunitarias como un sistema para que sus vecinos puedan convertir los residuos generados en sus domicilios en un compost doméstico que pueda servir como abono para las zonas verdes de la localidad. Se trata de una iniciativa exitosa que, según ha podido saber DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, el Ayuntamiento de Vitoria también se ha animado a implantarla en sus pueblos y que si se cumplen los plazos previstos, podría hacerse realidad en seis meses. Pero antes, el departamento municipal de Medio Ambiente tiene que esperar a que las diferentes empresas planteen sus ofertas y se lleve a cabo la adjudicación de los trabajos para, de esta manera, “conocer en detalle cómo se desarrollará la limpieza de los pueblos”.
La idea es que en los núcleos pequeños se ofrezca la posibilidad a sus habitantes de instalar composteras individuales y asesoramiento personalizado. Y en los más grandes, puntos de compostaje. La pregunta clave, en este sentido, parece ser la de a partir de qué tamaño de población se instalará en unos puntos de una forma y en otros de otra. Y la respuesta de ello lo determinarán las ofertas planteadas por las empresas.
En cualquier caso, el mejor modo de adentrarse en esta práctica es la de iniciarse en las charlas o cursos gratuitos que imparten expertos, como los técnicos de la Cuadrilla de Ayala que animan así a todos los que quieran participar en las campañas de compostaje doméstico.
Cursos de aprendizaje De hecho, esta misma semana, la Cuadrilla de Ayala intenta promoverla entre sus vecinos, gracias a unos cursos gratuitos de aprendizaje que empezó a impartir este mismo jueves en Amurrio, para hacerlo al día siguiente en Llodio, con el objetivo de hacer lo mismo en Artziniega y Okondo, dentro del plan para la recogida y gestión de los residuos que se generan en la comarca. Cada asistente (un máximo de 20 personas) recibirá un compostador, un aireador y un manual. Además, durante los meses siguientes a la formación, contarán con la asistencia del monitor del curso para aclarar dudas y resolver posibles incidencias. Además de ello, la Cuadrilla de Ayala, también durante esta semana adelantó que “lanzaremos una primera experiencia de compostaje comunitario en el colegio público Zabaleko del barrio San José de Amurrio.
También en la Cuadrilla de la Llanada, en concreto en Elburgo, con el fin de seguir informando sobre la manera más adecuada de gestionar los residuos domésticos, se puso en marcha el pasado mes de marzo una nueva campaña municipal que, entre otras cuestiones, recuerda que para los restos de cocina existe la posibilidad de depositarlos sin bolsa en los compostadores de los pueblos o bien gestionarlos en el hogar haciendo compostaje doméstico.
El municipio cuenta con un importante número de casas con jardín y pequeñas huertas por lo que es frecuente contar con restos de poda o siegas de césped por lo que existen en las diferentes localidades lugares habilitados para tal fin. Actualmente, entre el 40 y 50% de la bolsa de basura que se genera en una casa es residuo orgánico, por lo que el compostaje doméstico evita que este residuo se deposite en el vertedero. “Entre muchos de los beneficios que presenta el compostaje doméstico se encuentran la reducción de la frecuencia de recogida y transporte de los camiones, reduciendo, por tanto, las emisiones de CO2, y evitando el uso de fertilizantes químicos”, explican los expertos respecto a la puesta en marcha de esta técnica.
El proyecto. La idea es que en los pueblos más pequeños se ofrezca la posibilidad a sus vecinos de instalar composteras individuales y asesoramiento personalizado. En los núcleos más grandes, el objetivo es instalar puntos de compostaje. De esta forma, se reduce tanto el volumen de materia que debería de ser recogida y tratada.
Estado del plan. El Ayuntamiento de Vitoria espera a que las diferentes empresas planteen sus ofertas para que se puedan adjudicar los trabajos.