baranbio - Con motivo de las fiestas de San Antonio, como todos los años, Baranbio acogerá el domingo en el entorno natural de la ermita de Garrastatxu una nueva edición de Ahuntz Eguna. Una interesante feria de ganado caprino que, desde hace veinte años intenta apoyar a este sector ganadero y acabar con el carácter marginal que suele tener la cría de estos animales.
Para ello, ya hoy viernes tendrá lugar una charla-coloquio y una cena en la que se reivindicará la importancia histórica que siempre ha tenido la cabra para la raza humana y el entorno. “Ha estado demonizada durante años, con eso de que se comen las nuevas plantaciones forestales. Pero no hay que olvidar que la labor que hacen en el monte no la hace ningún otro animal, porque eliminan el pasto arbustivo propenso a incendios, transformándolo en praderas beneficiosas para el resto de especies, ya sea ovino, bovino o equino”, matiza Iñaki Astobiza, miembro de la organización.
No en vano, “bien regulada es una especie muy beneficiosa. En algunas provincias se está subvencionando su cría, por estar en peligro de extinción, pero a la vez está prohibido que pasten en monte público. ¡Es una incongruencia que urge regular!”, espeta Beñat Olazabalaga, presidente de la Federación vasca de azpigorri. Una asociación fundada en noviembre de 2013 gracias a la que se han unificado criterios de cría que están permitiendo, por ejemplo, que un cabrero de Dima, en Bizkaia, pueda adquirir un chivo de Baranbio en Álava, o al revés. Algo que antes no se podía. “Somos 44 criadores con 1.464 ejemplares, de los que 1.347 son cabras y 117 chivos. En Álava hay nueve ganaderos con 333 animales censados, le sigue Gipuzkoa con 10 y 157 cabras, pero la mayor cabaña está en Bizkaia, con 25 pastores y un rebaño de 974 ejemplares”, enumeró Olazabalaga. Con todo, la fiesta del domingo no sólo hará una defensa férrea de la cabra azpigorri, sino también de azpizuri, a través del ya tradicional concurso de cabras autóctonas del entorno del Gorbeia, que cumplirá su undécima edición.
Y es que, pese a todos los años que se lleva trabajando con azpizuri, se trata de una raza no reconocida ni calificada como autóctona por las instituciones. En este sentido, los organizadores de Ahuntz Eguna volverán a reivindicar el mismo tratamiento para ambas razas “porque han convivido desde siempre”.
Entre los premios que se repartirán, destaca el reconocimiento al macho con más peso, que dará pie a uno de los actos más llamativos de la feria: el pesaje de los chivos. No en vano, se realiza a la antigua usanza, en pleno escenario, y en torno a él se lleva a cabo una bolilla para ver quién se acerca más al peso exacto del animal. Sirva de pista que el majestuoso macho cabrío que se impuso el año pasado dio 102 kilos en báscula. Además, en el interior de la ermita se oficiará una misa, en el entorno del txoko se aposentará un mercado de productos baserritarras y artesanos, y las campas de Garrastatxu serán el marco de una comida popular y la tradicional romería.