Vitoria - La abrupta suspensión del suministro eléctrico en Errekaleor ha reavivado la chispa del proyecto comunitario, fortalecido el sentimiento de cohesión y acelerado los proyectos de autoabastecimiento energético previstos para la zona desde hace tiempo. El colectivo que ocupa las viviendas, además de haber cosechado “una oleada de solidaridad” por parte de numerosos grupos sociales y ciudadanos particulares, también ha recibido una docena de generadores eléctricos con los que cubre las necesidades de los vecinos más necesitados. En cuanto a las situaciones de inseguridad derivadas de la falta de energía, los integrantes de Errekaleor Bizirik han comenzado a organizarse en turnos de vigilancia para impedir que personas externas al colectivo expolien sus recursos.
El día a día en el barrio ocupado apenas ha sufrido cambios desde que la semana pasada un importante despliegue policial permitió a los técnicos de Iberdrola cortar los cables que aún servían fluido eléctrico a los okupas. Los quehaceres cotidianos siguen su curso con normalidad y los portavoces de Errekaleor Bizirik consideran que la maniobra impulsada por el equipo de gobierno municipal “encaminada a hundirnos la moral” ha obtenido justo el efecto contrario. “La jugada les ha salido mal. Pretendían un desalojo encubierto dejándonos sin luz, pero nos han fortalecido como grupo. En situaciones en las que compartimos más que nunca nos sentimos más unidos. Además, estamos recibiendo muchísimo apoyo externo, tanto desde las redes sociales, como en persona. Estos días está viniendo al barrio gente de todas las edades que se preocupa por nuestra situación y nos trae cosas”, expone Unai Velilla, integrante del colectivo.
Los generadores, llegados en 24 horas desde diversos rincones de la geografía vasca, cubren las necesidades básicas de los vecinos del barrio. Cada día se cargan de combustible y se reparten, por orden de prioridad, entre los habitantes de Errekaleor. Uno de ellos se emplea para recargar la batería de una silla de ruedas perteneciente a una vecina con problemas de movilidad. “Los primeros son los más vulnerables, como las personas mayores o las familias con recién nacidos”, detalla Alazne Rodríguez. Posteriormente, se instalan en las zonas comunes donde el colectivo se reúne, para facilitar las tareas cotidianas. “Desayunamos, comemos y cenamos todos juntos. Compartimos más los espacios comunes, lo que nos ha cohesionado mucho más. Creo que, desde el punto de vista de la comunidad, el corte de luz ha sido incluso positivo”, reflexiona Unai. “Nos has intentado anular -señala la cuenta de Twitter de Errekaleor Bizirik en un mensaje dirigido al alcalde de Vitoria, Gorka Urtaran- pero nos has cargado las pilas. Estamos tramando muchas cosas”, concluye la publicación en alusión a la convocatoria prevista para informar hoy sobre los planes a futuro de la comunidad.
placas fotovoltaicas Una de las vías que se seguirán a partir de ahora será la del autoabastecimiento energético, fundamentalmente por medio de la instalación de placas solares y acumuladores en distintas zonas del barrio.
Tal y como apuntan los representantes de Errekaleor Bizirik, desde hace tiempo se venían barajando diversos proyectos de autoabastecimiento acordes con la filosofía de sostenibilidad del colectivo, pero la interrupción del suministro ha precipitado los acontecimientos. Así las cosas, los vecinos han contactado con diversas empresas especializadas en el ámbito de la producción y comercialización de energías limpias, como la cooperativa Goiener, y ya han comenzado a analizar la posible implantación de un circuito cerrado que les permitiría consumir su propia electricidad. También se han reunido con responsables del pueblo ocupado de Lakabe, en Navarra, para compartir sus experiencias.
“Según nos han indicado, la ubicación de Errekaleor podría resultar óptima para la producción de energía solar. Interpretamos que ésta puede ser una buena oportunidad para moderar nuestro consumo eléctrico, ser más sostenibles y autoabastecernos por completo”, explica Alazne Rodríguez.
inseguridad Los habitantes de Errekaleor interpretan que la fecha elegida para proceder al corte eléctrico, en plena alerta amarilla por lluvias, a falta de escasos días para los exámenes y la fiesta que celebra el barrio, no fue fruto de la casualidad. Consideran que fue un movimiento calculado y dirigido a menoscabar el control de la zona. “Dicen que lo hacen por nuestra seguridad y nos dejan sin luz una semana antes de la fiesta, cuando de todos es sabido que la falta de alumbrado en un espacio festivo puede dar lugar a situaciones de inseguridad o a agresiones sexistas, pero eso no parece que les preocupe”, argumenta Unai Velilla. “Dan vía libre a todo tipo de robos o posibles agresiones. Nos cortan la luz, supuestamente por nuestra seguridad, pero nos dejan más expuestos”, ahonda.
Alazne Rodríguez fue testigo de un reciente intento de sustracción a plena luz del día. “Estaba en la plaza, recogiendo unas cosas, cuando llegó una furgoneta. Me encontraba yo sola. Se bajaron dos personas y me preguntaron si se podían llevar los objetos que estaban fuera. Les dije que lo sentía mucho, pero que estábamos sacando todos aquellos objetos de un bloque para poder habilitarlo y que se iban a repartir entre la gente del barrio. No les gustó mi respuesta y la conversación se volvió mucho más tensa, hasta el punto de que uno de ellos se puso bastante agresivo y amenazó con llevarse las cosas sin más. Al final, tuve que ir a buscar ayuda y acabaron marchándose”, explica esta vecina de Errekaleor.