Vitoria - Con el sonido de sirenas provenientes de varias patrullas policiales en plena acción por el centro de Vitoria comenzaban ayer por la tarde los esfuerzos de los agentes por atender el aviso de atraco procedente de las oficinas que el BBVA tiene en la calle Abendaño, 25. Sin embargo, las unidades allí desplegadas poco o nada podían hacer, ya que el ladrón implicado ya se había dado a la fuga, con un botín, del que no se conocen más detalles, tras amenazar a punta de pistola al personal de ventanilla.
El suceso, en concreto, tal y como confirman fuentes de la Policía Autónoma Vasca, se desencadenó a eso de las 15.00 horas cuando el autor material de los hechos decidió entrar en las oficinas que esta entidad bancaria tiene en el barrio de San Martín. Una hora elegida no al azar, ya que se trata de uno de los momentos del día en el que los bancos suelen tener menor actividad. Esta razón hizo que en ese momento tan sólo se encontraran trabajando tres trabajadores del banco y un único cliente. Pero, por fortuna, “ninguna de las personas que estaba en ese momento resultó herida en este atraco”, precisan fuentes del departamento vasco de Seguridad.
Lo único que hasta el momento ha trascendido es que el atracador es una única persona. Por ello, los esfuerzos de la Ertzaintza por esclarecer los hechos eran visibles una hora después del robo, cuando todavía había dos patrullas allí desplazadas, más otra de la Policía Local de Vitoria. Una hora a la que los agentes, justo enfrente del BBVA, todavía tomaban declaraciones en la calle a los testigos que habían presenciado los hechos, tanto los que estaban dentro de la oficina bancaria como a los que habían podido ver algo en el que momento que iban a sus casas a comer o salían del trabajo.
¿Dinero fácil? Los atracos a oficinas bancarias suelen ser uno de los lugares preferidos por lo amigo de los ajeno por ser una forma rápida de obtener dinero fácil. Sin embargo, la común presencia de cámaras de seguridad y pulsadores de emergencia, más los geolocalizadores introducidos en los fajos de billetes, complica el final feliz para los malhechores que cometen este tipo de atracos. - A. Salazar