laguardia - El Espacio Gastronómico Villa Lucía de Laguardia celebró el viernes una cata singular con vinos propiedad de la colección privada de este centro que han estado guardados a siete metros bajo tierra en los nichos de la bodega-museo de la que fue casa de verano del fabulista Samaniego. Rubén Lavín fue la persona que ofició de maestro de ceremonias, abriendo mediante degüello con fuego y agua los vinos más antiguos para preservar el corcho principalmente.
Los asistentes pudieron apreciar que los corchos estaban en líneas generales en perfecto estado, que habían resistido al paso del tiempo de manera impecable, y que su guarda ha sido excelente en cuanto a las condiciones de temperatura y humedad.
Entre los vinos que se cataron destacó un Heredad de Baroja con 47 años, un gran reserva de 1970 que dejó impresionados a los asistentes a la cata. “Es increíble que un vino de la cosecha de 1970 tuviera estas notas con un aroma limpio y transparencia”, según uno de los asistentes. Una vez que se le permitió abrirse después de ser degollado a fuego y agua, los matices aumentaron positivamente, dejando unas sensaciones golosas en el paladar. Asimismo se cató un Gran Baroja Gran Reserva de 2001, también obtuvo muy buenas críticas entre el público asistente.
De 1985 se degolló un Gran Reserva Coto Imaz, que destacó por su limpidez y corrección tras 32 años de vida. También se abrió un reserva de finca Valpiedra de 2010 que hizo las delicias de los asistentes, o un Reserva de Familia de las bodegas Luis Cañas, de la excelente cosecha de 1995. - P.J.P.