la Ikastola Armentia abrió sus puertas en el curso 1992-93 con poco más de 40 alumnos y en unas instalaciones que, aunque amplias y con potencial, se encontraban todavía en un estado muy precario para desarrollar su labor pedagógica. Un edificio plagado de oscuros sótanos y recovecos, que había acogido un internado femenino de las Hermanas Oblatas desde mediados de siglo, y en cuyo acondicionamiento hubo que derramar mucho sudor tras su adquisición por parte de Ikastolen Elkartea, el paraguas bajo el que todavía hoy se cobija el centro.
Organizados en veredas, los primeros aitas, amas e irakasles de Armentia tiraron paredes y tabiques, sacaron artículos “de museo” de las instalaciones, entre otros unas vidrieras que fueron destino a la iglesia de Aranbizkarra, pintaron e incluso acondicionaron el cableado informático para que la ikastola pudiera echar a andar. Y así, con mucho tesón y una ilusión a prueba de bombas, ésta logró dar sus primeros pasos.
“Mantener un centro con 40 alumnos es un milagro. Necesitas a mucha gente, y en este caso eso suponía a veces cobrar y a veces no”, recuerda Iñaki Garitano, padre del centro, a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA. Lo acompañan en torno a una mesa el presidente de la cooperativa de la ikastola, Alex Vadillo, su actual directora, Agurne Barruso, y su director pedagógico, Roke Esnaola. La ocasión lo merece: En apenas unos pocos meses, coincidiendo con el arranque del próximo curso, el centro soplará 25 velas.
Las cosas han cambiado muchísimo en todo este tiempo en Armentia Ikastola, que a día de hoy cuenta con 1.070 alumnos contando todas sus aulas y niveles, pero su organización, en forma de “comunidad viva”, sigue tan vigente como en aquellos primeros días. “Esta ikastola es lo que es porque hemos trabajado un poco entre todos”, apunta de nuevo Garitano. Un grupo formado por padres, padres y profesores del centro ya ha comenzado a preparar este aniversario tan especial con las mismas ganas que empujaron para ponerlo en funcionamiento. Poco a poco irán conociéndose las actividades que se realizarán, con las que el centro busca “algo que tenga impacto en Gasteiz”, aunque ya se sabe que su acto principal tendrá lugar en mayo de 2018. La celebración se extenderá “durante todo el curso”, con iniciativas “todos los meses”, y servirá además para iniciar “un nuevo ciclo” en la ikastola, marcado por la ampliación de su recorrido educativo hasta el Bachillerato.
Serán en total 36 los chavales que estrenarán esta nueva etapa educativa en sus dos ramas, las Humanidades y las Ciencias, con un aula por cada una de ellas. No será, además, un Bachillerato “al uso” o “anclado en el pasado”, como el que por otra parte cada vez menos centros imparten, sino que pondrá al alumno “en el centro del proceso”, a través de todas las herramientas que ofrece la innovación educativa, según detalla Esnaola. Un alumno “activo y que aporte”, a través de experiencias como la metodología por proyectos. El centro, que ha contado con el respaldo de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (HUHEZI) de la Universidad de Mondragón para la formación del profesorado, abrirá pronto la campaña de matriculación para este histórico próximo curso, que en todo caso “estará abierta a los alumnos de todo el territorio”.
reformas El centro, como ya hiciese cuando dio sus primeros pasos, ha vuelto a ponerse el buzo de obra para reorganizar sus espacios y dar cabida a sus flamantes aulas y a este nuevo planteamiento pedagógico que rompe con el tradicional concepto de aulas cerradas. “Ya no son cuatro paredes ni compartimentos estancos, sino que se están abriendo a toda la sociedad. De ser un reino de taifas, del que no se ve nada desde fuera, a la transparencia”, enfatiza el director pedagógico de Armentia. “Vamos a empezar con una ikastola casi nueva, con alumnos de los uno a los 18 años y con una metodología diferente”, remarca por su parte, ilusionada, Barruso. Se trata, en definitiva, de “avanzar innovando”, según Esnaola.
Dentro de las iniciativas que la ikastola ha puesto en marcha últimamente en este camino hacia el futuro se encuentra también su adhesión al proyecto Kiva, que trata de poner coto al acoso escolar en los centros educativos, tristemente en boga. El programa, importado directamente desde Finlandia, se ha puesto en marcha ya en un total de 52 centros adscritos a Ikastolen Elkartea, entre ellos Armentia, y ha requerido la formación de un buen número de profesores de la ikastola sobre el terreno. Los alumnos de Primaria han sido los primeros en implicarse en un programa que ha dado grandes resultados en la prevención del bullying en numerosos países europeos.
Una situación “ilusionante”. Aunque el reto de sacar el euskera a la calle sigue todavía vigente, la situación de la lengua vasca en Gasteiz atraviesa a día de hoy por una “situación ilusionante”, según enfatiza Alex Vadillo, presidente de la cooperativa de la ikastola. “Se ha roto una dinámica de muchos años, el cambio es bestial y se ve muy claro, pero ese crecimiento todavía no se corresponde con su uso diario”, remarca Vadillo. Una asignatura pendiente que todo el movimiento euskaltzale local se esfuerza todavía por aprobar.