vitoria - Son hurtos, no robos, y representan ya más de la mitad de los delitos que se cometen en Vitoria a lo largo del año. Lo que les diferencia de sus hermanos mayores son dos factores: la cuantía de lo sustraído -la frontera entre unos y otros se sitúa en los 400 euros- y la ejecución sin violencia o fuerza alguna. Muchos delincuentes se han apuntado a esta modalidad de delito leve porque sus consecuencias son escasas y la reincidencia tampoco acarrea mayores repercusiones. Sin embargo, la Policía Local mantiene los ojos bien abiertos para tratar de frenar estas raterías y sus responsables advierten a los ciudadanos de la necesidad de incrementar la prevención y prestar atención a nuestros objetos personales en cuanto nos adentremos en un ambiente de cierta aglomeración. Las fiestas de La Blanca durante el verano y las zonas de ocio nocturno a lo largo de los fines de semana el resto del año constituyen el hábitat natural de estos descuideros, y las carteras, los teléfonos móviles y los bolsos, sus botines más codiciados.
De acuerdo con lo establecido en el Código Penal, la comisión de hurtos lleva aparejada una pena de multa de uno a tres meses siempre que la cuantía de lo sustraído no exceda de 400 euros. Consultado por el perfil medio del caco que opera en Vitoria, el portavoz de la Policía Local Kepa Solla explica que, de acuerdo con las estadísticas, el autor de hurtos es mayoritariamente un varón con una edad comprendida entre los 20 y los 40 años. Ello no significa que no haya mujeres que se dediquen al oficio, por lo que recuerda el reciente caso de las autoras de los abrazos solidarios, ladronas que se aprovechaban de la buena fe de las personas mayores con la excusa de consultarles cualquier cosa y, después de recibir la respuesta, abrazaban a sus víctimas para despistarlas y robarles las medallas, cadenas y pulseras que pudieran llevar encima.
El oficial de la Policía Local advierte de que existen diferentes modalidades de ladrones. Entre los más comunes se encuentran los descuideros, que se hacen con cualquier objeto sobre el cual su dueño haya dejado de prestar la debida atención, los mancheros, que simulan haberte manchado y que se ofrecen a limpiarte para aprovechar y echar mano a los bolsillos ajenos, o los piqueros, así conocidos por hacerse con las carteras empleando dos dedos a modo de pico o pinza.
Aglomeraciones Todos los eventos que conllevan aglomeración disparan las alertas en Agirrelanda. La Policía Local sabe que cuando llega la Navidad, San Prudencio, Santiago o las fiestas de La Blanca, los delincuentes salen a trabajar. En todas estas ocasiones realizan una labor previa de divulgación de tácticas de prevención para evitar los hurtos a través de campañas en los medios de comunicación y en las redes sociales.
“Allí donde se da una aglomeración de personas el hurto se convierte en el delito estrella”, lamenta Solla. Para impedirlo, además de desplegar dispositivos especiales, piden a los ciudadanos que no se despisten y que vigilen sus pertenencias. Las carteras siguen siendo muy apreciadas, pero durante los últimos años los teléfonos móviles se han convertido en un imán añadido para los rateros. Sobre todo los de alta gama. “Estos dos objetos son muy codiciados porque son muy portables. En cuanto se apoderan de ellos los pueden esconder en cualquier sitio o incluso pasárselo a un colaborador para evitar problemas. Con los móviles, cambian rápidamente la tarjeta y borran el contenido, mientras que con las carteras cogen el dinero y las tarjetas de crédito y tiran el resto. Después de La Blanca siempre recibimos un aluvión de carteras en la oficina de objetos perdidos de Agirrelanda”, puntualiza.
En cuanto a los móviles, Solla aconseja apuntar el número Imei del aparato y guardarlo en casa. Ello no evitará que los cacos lo puedan robar, pero si se produce un hurto servirá para bloquear el teléfono a distancia, evitar un uso indeseado por parte de terceras personas y facilita a la Policía Local la devolución a su legítimo propietario en caso de recuperación.
La casuística del hurto es muy variada y también afecta a los pequeños comercios, sobre todo en tiendas de ropa y supermercados según detalla el portavoz policial. “Curiosamente, siempre que se les detiene, el importe nunca supera los 400 euros”, ironiza. El asunto se salda con una identificación por parte de los agentes y una notificación de que serán citados por el juzgado.
El oficial no sólo previene de los abrazos solidarios, también advierte de la denominada falsa solidaridad. “Suele ocurrir que mientras se facilita los datos en medio de la calle las personas se despistan y les acaban robando la cartera”, aclara.
Con la llegada del buen tiempo y de los días más largos, la tan arraigada costumbre de acudir a las terrazas puede dar también lugar a disgustos. “Dejamos el móvil o las gafas de sol encima de la mesa y nos olvidamos de que están ahí. También hay que tener mucho cuidado con los bolsos que se dejan colgando de las sillas y que llaman mucho la atención de los que se dedican al robo al descuido”, advierte el representante policial.
Vida social. Cuando estamos con otras personas, perdemos la atención sobre nuestras pertenencias y podemos convertirnos en víctimas de los carteristas. “Es tan fácil que asombra”, asegura el portavoz de la Policía Local.
Transporte público. Las recomendaciones policiales también atañen al interior de los vehículos de transporte público, especialmente en los momentos de gran afluencia de viajeros.
Campañas. Los portavoces de la Guardia Urbana insisten en la necesidad de prevenir. “A pesar de que Vitoria es una ciudad muy segura, tenemos que hacer todo lo posible porque sea aún más segura”, explican.
Patrullas. La vigilancia de las patrullas municipales, muchas de ellas de paisano, tiene en especial consideración los eventos multitudinarios, tanto deportivos como culturales, y el centro de la ciudad durante los fines de semana, cuando se registra una mayor concentración de ciudadanos.
Modelo de ocio. Los jueves, viernes y sábados son días atractivos para los rateros. Debido a nuestro modelo de ocio son las jornadas en las que mayores concentraciones y hurtos se dan.
El portavoz de la Policía Local explica que cuando reaccionamos de esa manera marcamos el lugar en el que portamos nuestros objetos de mayor valor y podemos dar una pista involuntaria a los posibles ladrones que ronden por el lugar.
51,7%
Los hurtos que se cometen sin violencia y sin superar los 400 euros representaron el 51,73% del total de infracciones penales ocurridas en Vitoria durante 2016 y el 64,23% de todas las infracciones contra el patrimonio.