VITORIA - La preocupación por el medio ambiente en la capital alavesa va más allá de las actitudes y maneras de actuar que sean lo menos lesivas con el espacio natural cercano. Dentro de esa línea de buenas prácticas, el Centro de Estudios Ambientales (CEA) está inmerso en diferentes proyectos, orientados a la recuperación de suelos contaminados en el término municipal con la plantación de diversas especies de árboles como el chopo baldo y el sauce olof en funciones de descontaminadores de las parcelas. Hace un par de meses concluyó el primer trabajo de estas características, y durante estas fechas se acomete una de las tareas más destacadas del proyecto europeo PhytoSudoe, que utiliza la fitogestión como herramienta con la que proceder a mejorar y recuperar terrenos contaminados y degradados con el empleo de árboles y plantas con esa misión.
Las dos parcelas escogidas, ubicadas en el polígono industrial de Jundiz, forman parte de otros diez emplazamientos europeos también afectados por la degradación y que hacen necesaria una recuperación del terreno. Los mismos trabajos que se desarrollan en las inmediaciones de la capital alavesa se llevan a cabo en cuatro puntos de Portugal, tres de Francia, y a nivel estatal solo en Piedrafita do Cebreiro y Touro, en Galicia, hay unas actuaciones idénticas. El proyecto PhytoSudoe, valorado en 104.461 euros, comenzó a mediados del año pasado y tiene previsto concluir en octubre del 2018.
Plantas revitalizadoras La contaminación del suelo es un problema que afecta a sus futuros usos, además de tener efectos severos para la biodiversidad y la salud. Con esta actuación se contempla la “utilización de plantas de cultivo no alimentarias que absorben la contaminación o inactivan los agentes contaminantes del terreno”, relata a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, Juan Vilela, técnico del Ayuntamiento y uno de los responsables del programa. Se delimitó como espacio de actuación dos escenarios, en Jundiz y Aríñez, en los que se detectó la presencia de “acetona, hidrocarburos y metales”, especifica Aitor Albaina, técnico del CEA, que también toma parte en la iniciativa. En ambos casos se trata de parcelas que “por falta de materia orgánica o que se han utilizado como vertederos ilegales e incontrolados tenían calificación de suelo degradado o contaminado”, concretan.
Las nuevas formas de la economía circular apuestan por este modo de actuar, en lugar de recurrir a fórmulas hasta ahora tradicionales como eran la “excavación de las porciones de suelo contaminado y su traslado a un gestor para su correspondiente tratamiento, con el consiguiente coste económico”, apostilla Vilela. La apuesta por el cuidado del medio ambiente se centra en la fitorremediación como novedosa “técnica que promueve la biodiversidad, mejora la funcionalidad integral de los ecosistemas y permita el uso sostenible de los recursos”, responden convencidos ambos técnicos que supervisan el innovador proyecto.
Los dos emplazamientos seleccionados se ubican en el entorno del polígono industrial de Jundiz como parcelas que no están destinadas a albergar ninguna industria y con una “finalidad de convertirse en jardín y zona verde dentro de este área”, concreta Vilela. Las primeras actuaciones estuvieron encaminadas a realizar un “estudio para conocer el grado de contaminación con el que contaban los terrenos”. Desde que el proyecto PhytoSudoe se puso en marcha, a mediados de julio pasado, se ha procedido a la nivelación de los terrenos y “retirada de algunos residuos sólidos como bloques de hormigón y hasta partes de un coche”, relata Albaina. Es en estas fechas en las que se lleva a cabo una de las funciones básicas “con la plantación de chopos y sauces para que vayan actuando y remita su nivel de contaminación”, concluyen.
Phytosudoe. El programa se enmarca dentro de una actuación de diferentes regiones de la Unión Europea. Dio comienzo en julio de 2016 y tiene previsto finalizar en octubre del año que viene.
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Además de las dos parcelas de Aríñez y Jundiz, solo en Galicia se están llevando a cabo estas mismas acciones, en Cebreiro y Touro. el resto de escenarios están desperdigados por diferentes parcelas de Portugal y Francia en las que se trabaja también con plantas.