VITORIA - A falta de que el proyecto para restaurar la memoria histórica en Gasteiz comience a dar sus primeros pasos sobre el terreno, la vecina localidad de Murgia estrenará mañana la que aspira a ser la primera marca de la Memoria de las muchas que, poco a poco, se extenderán a lo largo del territorio alavés. Ése es, al menos, el anhelo de la Plataforma vasca contra los Crímenes del Franquismo, que ha colaborado con el Ayuntamiento de Zuia en la celebración de la Semana de la Memoria que se lleva a cabo estos días en el pueblo y que, entre otras cosas, ha cedido el diseño del mismo monolito que ha propuesto para la iniciativa memorialística de Gasteiz.
La pieza, diseñada por el artista arrasatearra Iñigo Arregi, será instalada junto al antiguo campo de concentración franquista que se ubicó en Murgia, el antiguo convento de los Padres Paules. Como muestra la fotografía que acompaña a este texto, la escultura se encuentra recién salida del horno. Arregi es también el creador del último monolito que se levantó en el barrio de la Zaramaga en homenaje a las víctimas del 3 de marzo de 1976, Arrazoiaren indarra, en el que están impresas las imágenes de los cinco trabajadores asesinados en la capital alavesa y las de los dos jóvenes que murieron días después en Tarragona y Basauri durante las manifestaciones que denunciaron la masacre de Gasteiz. El homenaje y la inauguración del monolito de Zuia, que incluirá una placa en recuerdo a las cerca de 3.000 personas que estuvieron allí recluidas, arrancará a las 12.30 horas.
Entretanto, y de vuelta a Vitoria, el Ayuntamiento sigue trabajando en el cronograma que delimitará las actuaciones y los plazos del plan local de memoria, que tiene como principal prioridad “el adecentamiento y la dignificación” del cementerio de Santa Isabel, donde fueron fusiladas decenas de personas durante la Guerra Civil y el franquismo. Será uno de los primeros lugares de la memoria en señalizarse con un monolito historiografiado, a buen seguro como el que tendrá Murgia a partir de este sábado.
Otros puntos que seguirán los mismos pasos serán la plaza del convento de los Padres Carmelitas y la intersección de las calles Paz y Postas, donde hasta 1975 se ubicó la cárcel de la ciudad. El proyecto incluye también la intervención o retirada de simbología franquista como los escudos de la Catedral Nueva o el antiguo Palacio de Justicia, y las placas del Ministerio de Vivienda de la dictadura, en colaboración con los vecinos, o la colocación de un monolito en memoria del alcalde Teodoro González de Zárate, asesinado durante la Guerra. También se intervendrá en el callejero de Gasteiz, el asunto que más polémica ha creado hasta ahora. - C.M.O.