- Un particular fue el que dio la voz de alarma hace una semana al ver que el Inglares, aguas arriba de Berganzo, estaba extremadamente seco. “Antes de llamarnos se puso en contacto con la Diputación, pero viendo que no le hacían caso se puso en contacto con nosotros este miércoles y ese mismo día por la tarde ya estábamos viéndolo y comprobamos que esa persona tenía razón”, denuncia la plataforma creada en 2016 para velar por la conservación de los ríos alaveses, Zadorra Bizirik.

Su portavoz, Andrés Illana, asegura que medio kilómetro del caudal en la zona “ha muerto después de que el canal fuera desviado hacia la central eléctrica”, construida en 1897 por la Sociedad Electro Hidráulica Alavesa, para aprovechar el salto del agua. Sin embargo, fuentes forales dudaban ayer de que ésta pudiera ser la causa principal aunque, para tenerlo más claro, enviaron “desde primera hora” de ayer, tanto a técnicos forales de Medio Ambiente como a la consultora de recursos naturales para investigar in situ las causas.

A falta de los resultados de los expertos, Illana tiene claro que se trata de un auténtico “desastre natural” que hace peligrar la supervivencia en la zona de especies, como la nutria y el visón europeo, “porque es imposible que haya peces con tan poca agua”. De hecho, el portavoz de Zadorra Bizirik califica “más de agosto que de marzo” el escaso nivel del río Inglares a la altura de Berganzo. “Aguas abajo de Berganzo, el río se recupera y se ve perfectamente el caudal natural que tiene y que lleva en marzo que, de normal, no se seca nunca”. En concreto, el Inglares lleva una semana seco y eso, para Zadorra Birizik, “es gravísimo e inadmisible”, por lo que Illana no cree que la central, en caso de ser la causante del problema, haya tenido la correspondiente autorización para desviar el río. “Es imposible -subraya- porque habría tenido que tener el permiso y eso es contrario a la directiva europea del agua”.

Para evitar que el Inglares muera en este punto de Álava, la plataforma Zadorra Bizirik ha decidido tomar cuatro medidas. La primera consiste en “denunciarlo públicamente a través de los medios porque es triste que a un particular no le hagan caso, si no sale a la luz este tipo de denuncias, parece que nunca se hace nada”, precisa Illana.

La segunda pasa por pedir “que de forma inmediata se abran las compuertas de la central” para devolver las aguas a su cauce normal. La tercera, exigir tanto a la Agencia vasca del Agua URA como a la Diputación alavesa, o a quien corresponda, que investigue el caso. Precisamente desde URA señalaron ayer a Radio Vitoria como probable que el agua se la haya llevado una comunidad de regantes.

Y la última, que se depuren responsabilidades, “sea la sanción que sea” para que en el futuro no se vuelva a repetir. “Seguramente no es la primera vez que en el Inglares pasa una sequía, lo desconozco, pero es la primera vez que desde que existe Zadorra Bizirik lo denunciamos para no permitir que el río muera”.