Vitoria - Cuando la Policía Local encontró al sospechoso en la zona de Hegoalde, lejos de donde se había producido el accidente, éste explicó a los agentes que “únicamente había consumido un zurito”. El alcoholímetro, no obstante, registró una primera tasa de 0,97 miligramos de alcohol por litro de aire espirado y una segunda de 0,94, lo cual superaba con mucho el límite de 0,25 miligramos que permite la ley para ponerse al volante. A tenor de las investigaciones llevadas a cabo por la Guardia Urbana, que situaban al individuo y a su vehículo en un accidente con fuga, el magistrado responsable del Juzgado de lo Penal número 2 de Vitoria ha condenado al conductor al pago de una multa de 1.920 euros y a la privación del carné de conducir por un periodo de un año y seis meses.
Los hechos se produjeron el 27 de enero del año en curso, alrededor de las 19.45 horas. Un vehículo que circulaba por la Avenida de Gasteiz llegó a la intersección con la calle Lascaray y se dispuso a efectuar un giro a la derecha para introducirse en la citada vía. No respetó la regulación semafórica que le afectaba, puesto que la luz se encontraba en ámbar para los vehículos y en verde para peatones y para las bicicletas que circulaban por el carril bici. El conductor del turismo no respetó la prioridad de paso de un ciclista que acababa de alcanzar el paso de cebra y golpeó con la rueda delantera de la mencionada bicicleta, lanzando a su propietario por los aires. Lejos de detenerse y socorrer al accidentado, pisó el acelerador y se alejó del lugar de los hechos sin tan siquiera hacer ademán de apearse del vehículo.
En cuestión de minutos, los agentes municipales localizaron el vehículo en la calle Txirula, y con él a su propietario. Según consta en la sentencia, el hombre, de 37 años, “presentaba evidentes síntomas de hallarse bajo la influencia de bebidas alcohólicas, tales como mirada fija y perdida, ojos muy brillantes, habla entrecortada y muy pastosa, fuerte olor a alcohol en el aliento, deambulación torpe y tambaleante, habilidad manual torpe y exposición verbal recurrente”. Ante los requerimientos de los policías, el ahora condenado se sometió voluntariamente a la prueba de alcoholemia, pero antes les advirtió de que había bebido “un zurito”. La primera medición casi cuadruplicaba el límite de alcohol permitido, circunstancia que se mantuvo, con un ligero descenso, en el segundo test.
Llegados al juicio oral, el acusado reconoció haber estado en un sólo bar y reiteró haber bebido únicamente el mencionado zurito. Aseguró que, posteriormente, cogió el coche, sufrió el accidente y continuó su marcha. Concluyó señalando que antes de que le localizaran los agentes y por motivos que no se recogen en la sentencia, se dirigió a un segundo bar para consumir 4 copas de absenta. Disconforme con su versión de los hechos, el juez consideró que el acusado estaba ya bebido en el momento de la colisión y le condenó a una multa de 1.920 euros y a la retirada del carné durante 18 meses.
“te meteré el cañón” Por otra parte, ayer quedó visto para sentencia el juicio que sentó en el banquillo de los acusados a un hombre por amenazar a su ex pareja, con la que comparte una hija. El acusado, que ya había sido condenado previamente a dos años de prisión por hechos similares, tenía la prohibición de aproximarse y comunicarse con la mujer, pero a pesar de ello envió una serie de cartas intimidantes desde la cárcel con expresiones como “cuando salga estaré ahí... Si tiro del gatillo te pego”.
La Fiscalía, que reclama para él de nuevo dos años de prisión y otros tantos de alejamiento, explica cómo, desde agosto de 2014, el acusado envió este tipo de correspondencia a su ex pareja. “Tú ingrésame 200 euros mensuales, si no los veo te echaré a los perros. Aquí hay muchos que ya han enterrado a alguien y siguen viviendo y saliendo, yo también saldré”, señalaba en una de sus misivas. “Os podrían haber cazado ya... Si no tengo lo mío lo vas a tener que pagar, eso lo juro y lo rejuro, ojo por ojo diente por diente... Te meteré el cañón con las balas”, advertía en otra.
A finales de 2014, el individuo llamó por teléfono a un establecimiento en el que sabía que encontraría a la madre de su ex pareja y, “con ánimo amedrentador refirió a esta que las iba a matar, a ella y a su hija”. En una segunda comunicación, según la Fiscalía, “le atemorizó diciendo que se iba a llevar a la niña y que cuando salga de prisión las va a matar”. Ahora, su destino depende de la decisión que adopte el juez del Juzgado de lo penal número 1 de Vitoria.
miligramos. En la primera prueba de alcoholemia que se le practicó, el acusado arrojó una tasa de 0,97 miligramos de alcohol por litro de aire espirado.
copas. Tal y como declaró ante el juez en vista oral, tras el accidente el individuo se alejó del lugar en su vehículo y se detuvopara beber 4 copas de absenta, lo cual explicaría su estado.