vitoria - Lejos de amainar, la polémica entre los jóvenes de la Gazte Asanblada de Legutio y la alcaldesa del municipio, Nekane Garaigordobil, de EH Bildu, se ha incrementado en las últimas semanas desde el despido el pasado mes de enero de varios jóvenes de la localidad a instancias, según denunciaron en un comunicado, de la propia primera edil, después de que el colectivo celebrara sin permiso una asamblea para preparar las fiestas de San Blas en la Casa de Cultura de Legutio, a la que accedieron con las llaves de una de las monitoras.
Desde la publicación de la noticia en DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA el pasado 2 de febrero, la tensión entre las partes ha sido palpable, primero con la manifestación celebrada frente al Ayuntamiento, en la que los jóvenes recibieron un notable apoyo de los vecinos, y posteriormente en el Pleno municipal del 22 de febrero, donde se produjo un enfrentamiento entre la alcaldesa y los jóvenes despedidos, que acudieron al Pleno extraordinario, convocado por la primer edil a las 8.00 horas.
Hoy mismo, según ha podido saber este periódico, el Ayuntamiento, una de las dos empresas adjudicatarias y las dos monitoras despedidas por ella -los otros dos jóvenes corresponden a una segunda empresa- están llamadas a un acto de conciliación en el Servicio de Mediación, Arbitraje y Conciliación (SMAC) que tendrá lugar a las 13.00 horas, aunque a tenor del intercambio de comunicados, mociones municipales y enfrentamientos de las últimas semanas no parece que el conflicto suscitado tras el despido de los cuatro jóvenes tenga una vía de solución que no pase por la readmisión de los despedidos.
El germen del enfrentamiento entre la Gazte Asanblada de Legutio y la alcaldesa de la coalición abertzale se remonta al 15 de enero, cuando los jóvenes de la asociación accedieron, sin autorización expresa, a la Casa de Cultura para celebrar una reunión destinada a preparar las fiestas de San Blas en la localidad. Al estar cerrada, dos de las jóvenes de la Gazte Asanblada, monitoras de tiempo libre en el recinto contratadas por las empresas adjudicatarias, utilizaron sus llaves para acceder. En la reunión se encontraban también otros dos monitores, que prestan servicio de cancheros para otra firma adjudicataria.
Al conocer que los jóvenes se encontraban en el recinto, la propia alcaldesa acudió al lugar y echó a los jóvenes. Justo al día siguiente, el 16 de enero, la regidora envió sendas cartas, a las que ha tenido acceso este diario, a las dos empresas que prestan servicio al Ayuntamiento -Eragintza Kultur Elkartea y Aiteko Management- en las que, tras informar de lo sucedido, solicita a las firmas que “como empresa adjudicataria, adopte las decisiones que estime oportunas ante tal incidencia grave”.
Dos semanas después, el 27 de enero, una de las jóvenes monitoras recibe una carta de Eragintza Kultur Elkartea en la que se recoge que “la dirección ha decidido tu despido” basándose en que “el Ayuntamiento de Legutio así lo ha pedido expresamente”. “Tal y como ha pedido el Ayuntamiento no hemos tenido más remedio que decidir despediros”.
Posteriormente, el 10 de febrero, tras la denuncia pública de la Gazte Asanblada, la misma empresa emitía un comunicado en el que aseguraba que “la decisión de rescindir el contrato” de las dos monitoras fue “exclusivamente” suya y negó haber recibido “ningún tipo de presión” por parte de la alcaldesa para llevar a cabo los despidos.
Biblioteca Así las cosas, los jóvenes de Legutio, que también han denunciado la negativa del gobierno municipal de EH Bildu a abrir la biblioteca más tiempo en época de exámenes - “los horarios son insuficientes y más si coinciden con otras actividades en aulas próximas que rompen, el silencio necesario para estudiar”, señalan-, lamentan que se haya producido una situación así cuando “nuestro único propósito es aportar más al pueblo, y no nos lo permiten”.