un simple paseo por cualquiera de las arterias más céntricas de la ciudad ya sirve para constatar que la Navidad se ha asentado en Vitoria. Un amplio catálogo de actividades del más variado rango se pueden encontrar concentradas, sobre todo, en la zona peatonal de Vitoria. El elemento más característico de estas fechas es la pista de hielo de la Plaza de la Virgen Blanca que recibió ayer por la mañana a sus primeros visitantes, después de asistir a la inauguración oficial. La gran novedad de esta edición es que este año su instalación corre a cargo de la asociación de comerciantes Gasteiz On y tiene también patrocinios privados, sin que sea el Ayuntamiento el que corra con todos los gastos, como ha sucedido en otras ocasiones. Más allá de este aspecto legal, pequeños y mayores empezaron ayer a disfrutar de sus primeras vueltas en el hielo ubicado junto al musgo vegetal. Más atractivos resultaron, desde la apertura oficial, los toboganes de hielo que tuvieron ya en sus laderas a intrépidos pilotos en busca de cruzar la meta en primera posición.
En otro espacio que también ha sido noticia durante esta semana, como la plaza de toros del Iradier Arena, se empezó a escenificar otro de los posibles usos de lo que hasta ahora ha sido el coso taurino. La Azoka Txikia llenó de contenido el espacio con unos fines solidarios. Durante toda la jornada abrió sus puertas un rastrillo benefico organizado por los centros escolares y diversas ludotecas de la ciudad. Allí se pudo hacer el encargo para muchas de las cartas a los Magos de Oriente u Olentzero y salir con la lista de deseos cerrada para cumplir los sueños. La variedad y cantidad de juguetes sirvió para que la mayoría de visitantes encontraran el juguete buscado y contribuir además a recaudar fondos a favor del barco de rescate de personas refugiadas que coordinan desde la organización Save the Children. Tampoco falta la habitual Feria de Artesanía que de nuevo se ha plantado delante de la Diputación y que ofrece aquellos productos y detalles de calidad que sirven para complacer las peticiones. La profusión de puestos obliga también al visitante a conocer de antemano lo que va buscando porque, en caso de no tener una idea aproximada, dar con el regalo idóneo puede convertirse en toda una complicación.
La actividad no se ciñó sólo a Vitoria y en Zurbano, por vez primera, un centenar de vecinos pusieron en pie la representación de un belén viviente, con el desarrollo de varias escenas bíblicas.