gasteiz - El Ararteko dio ayer un tirón de orejas a las instituciones vascas por el “desigual” acceso de sus vecinos a los servicios sociales municipales y por las carencias que éstos presentan en numerosos municipios de la CAV. Un “incumplimiento” generalizado de este derecho subjetivo, a priori garantizado por la Ley de Servicios Sociales, que tiene su origen entre otros motivos en la falta de financiación de estos recursos o en la “descoordinación” institucional, según el Defensor del Pueblo vasco. En Álava, que cuenta con una configuración demográfica y administrativa particular, los problemas se acentúan en la zona rural, en esos pueblos dispersos, pequeños y envejecidos que caracterizan a su geografía y la diferencian de las vecinas Gipuzkoa y Bizkaia.
El Ararteko, Manuel Lezertua, presentó en el Parlamento de Gasteiz el informe extraordinario que, bajo el título La situación de los servicios sociales municipales en la Comunidad Autónoma de Euskadi, aglutina estas y otras muchas conclusiones y recomendaciones, fruto del análisis cuantitativo y cualitativo del sistema vasco y de otras comunidades autónomas. Tras hacer entrega del estudio a la presidenta de la Cámara, Bakartxo Tejería, Lezertua lamentó que en un sistema “descentralizado” como el vasco “no se hayan articulado las medidas paliativas” adecuadas para que el acceso a estos servicios se dé en condiciones de igualdad, allá donde se viva.
Esta situación preocupante, además, se ha visto agravada por el incremento de la pobreza y del riesgo de exclusión social debido a la crisis. Y no ha sido solventada pese a que la gestión de la Renta de Garantía de Ingresos (RGI) haya sido transferida a Lanbide, lo que a la larga ha liberado a los servicios sociales municipales. Lezertua no citó casos concretos, pero puso el acento en que existen ayuntamientos que ofrecen una amplia gama de servicios que en otros, literalmente, “ni existen”. Dado que cada territorio vasco actúa según sus propios criterios de gestión, Lezertua recriminó la actual “falta de liderazgo institucional” para articular un sistema “coordinado” de servicios sociales.
La próxima entrada en vigor del Decreto de Cartera de Servicios Sociales, que ordenará las competencias correspondientes a cada nivel institucional, ha generado “optimismo” en el sector según Lezertua, que confió en que el panorama “mejore”. Entre otras recomendaciones, el informe llama a perfeccionar el principio de continuidad de la atención, una carencia que “preocupa especialmente” al Ararteko, o a configurar equipos multidisciplinares integrados “por profesionales competentes y en número suficiente”. Aunque cada territorio tiene sus particularidades, el informe toma nota de los modelos de atención social que se dan en la zona rural de Navarra y comunidades como Castilla y León.
Elena Ayarza, responsable de la Oficina de Infancia y Adolescencia del Ararteko, enfatizó en declaraciones a este periódico que “el principal problema” de Álava tiene su origen en la macrocefalia del territorio. Por un lado, cuenta con una capital que aglutina la mayor parte de su población “y que tradicionalmente ha estado muy bien dotada de servicios sociales”, y por otro, muchos municipios incapaces de ofrecer un abanico tan grande de recursos porque “no hay presupuesto municipal que sostenga eso”. El desequilibrio entre la zona rural y Gasteiz, donde “se hizo una apuesta muy importante por los servicios sociales”, se acentúa también por el problema del envejecimiento, que provoca que los mayores niveles de dependencia de los vecinos de los pueblos “se hagan notar más”. Por suerte, la ausencia de servicios vinculados a la desprotección de la infancia apenas es visible en estos municipios, ya que hay muchos menos niños que en las zonas rurales de otros territorios.
ser “creativos” “Todo pasa, en muchas ocasiones, por poner apoyos en el domicilio de los mayores, que es una solución, o por trasladarlos al centro día del municipio de al lado, lo cual encarece el servicio”, describió Ayarza. Sin entrar en soluciones concretas, ya que al Ararteko “no le corresponde” plantear las fórmulas para solventar el problema, la responsable de Infancia llamó a ser “creativos”, a “mirar lo que están haciendo otros por si eso puede servir de inspiración”, como en el caso de Nafarroa o Castilla y León.