al mismo tiempo que Gasteiz ha vendido ante decenas de ciudades sus virtudes y logros en el Congreso Nacional de Medio Ambiente (Conama), esa misma envidiada Green Capital ha tenido esta semana otro espacio para la reflexión y la autocrítica a una escala mucho más local. El salón de actos de la Facultad de Farmacia de la UPV/EHU acogió ayer la segunda y última sesión de las jornadas Vitoria-Gasteiz a examen en la Universidad, auspiciadas por la asamblea Udalbiltza de ayuntamientos y cargos electos, un foro que en esta ocasión sirvió para analizar la sostenibilidad de los barrios de la capital alavesa y del resto de urbes de Euskal Herria. La conclusión, que a casi nadie se le escapa ya a estas alturas, es que Gasteiz tiene bastantes motivos por los que presumir y venderse, como precisamente ha hecho en el encuentro celebrado en Madrid, pero también numerosas sombras surgidas al calor de una expansión urbanística descontrolada.
Conclusiones como éstas, que casi cualquier ciudadano de a pie puede percibir a simple vista, han quedado reflejadas ahora de forma científica en el estudio Hiri auzoak, impulsado por el Observatorio vasco de Desarrollo Socioeconómico Gaindegia, cuya presentación fue el plato fuerte del cierre de las jornadas. Este informe, una suerte de “medidor de vitalidad” de las capitales vascas, alaba la “compacidad óptima” de los barrios del núcleo de Vitoria, la “excelente” calidad y accesibilidad de sus servicios básicos o sus “ideales” condiciones para la movilidad sostenible, pero al mismo tiempo apunta a la incapacidad de reemplazamiento juvenil en 23 de sus 30 barrios debido al sobreenvejecimiento, al “desequilibrio geográfico” en cuanto al nivel de formación o a la alta concentración de población extranjera en Alde-Zaharra, Coronación y Arana, alguno de los condicionantes que afectan a su correcta cohesión social.
Imanol Esnaola, coordinador de Gaindegia y encargado de presentar ayer las líneas básicas de este estudio, sintetizó en una frase corta y obvia hacia dónde debería mirar cualquier proyecto de desarrollo mínimamente sostenible: “La ciudad es la unión de diferentes barrios”. De ahí que el informe, óptimo para emplear como herramienta de trabajo y consulta por profesionales de muy distintos perfiles -se puede encontrar en la web www.auzoak.eus/hiriburuak-, analice de forma concienzuda, barrio a barrio y capital por capital, cinco indicadores tan fundamentales en este campo como la morfología urbana, la accesibilidad de los servicios, la movilidad sostenible, la cohesión social y el llamado metabolismo demográfico, que se basa en el equilibrio y la sostenibilidad de los barrios. Y además, permita compararlos.
algunas conclusiones Gasteiz, para empezar, es un ejemplo de “crecimiento monocéntrico” y de “compacidad urbana decreciente”, cuenta con una presencia “elevada” de zonas verdes, aunque “con algunas luces y sombras”, y carece de complejidades orográficas y de grandes peligros de inundaciones, salvo en zonas puntuales como Abetxuko, lo que “facilita” llevar a cabo políticas de sostenibilidad.
Por otra parte, los barrios de la ciudad se han configurado en comparación con los de las capitales del entorno como “ejemplo de la accesibilidad de los servicios”, a pesar de que esta ventaja va perdiéndose en zonas menos compactas como Salburua, Zabalgana o Mendizorroza. Un equilibrio que, según el estudio, no existe tanto en Bilbao y Donostia, donde la cobertura en los barrios “cambia en función del tipo de servicio”, o en Pamplona, donde su calidad “es inferior” al resto. El estudio destaca también que todos los barrios de la capital alavesa disponen de espacios y centros de educación infantil.
Otro de los aspectos clave en los que se detiene este diagnóstico es la movilidad, que tantos pasos adelante ha dado en Gasteiz en los últimos años. El informe, que tilda de “excelentes” tanto a la accesibilidad del transporte público como al servicio de carriles bici “dentro de la corona urbana”, no lo pasa por alto. Tanto en Vitoria como en Bilbao existe una cobertura “óptima” de estos medios de desplazamiento, que en las otras tres capitales de Euskal Herria “presentan algunas carencias”. Además, sólo en Gasteiz -según el informe- existe una apuesta “clara” por la movilidad a dos ruedas, una dirección hacia la que también “están avanzando” tanto Bilbao como Donostia. Baiona e Iruñea, sin embargo, “no van al mismo ritmo”.
En cuanto a las sombras, a esos aspectos clave en los que Vitoria muestra carencias, el informe alerta de que los flujos internos de población “dificultan el equilibrio y la sostenibilidad de los barrios”, así como el reemplazamiento natural. Mientras Salburua, Zabalgana y Aretxabaleta-Gardelegi han recibido gran parte de esa migración interna, en nueve de los 30 barrios de la ciudad el volumen de personas mayores es superior al 30%. Además, y pese a que los barrios vascos tienen por lo general “unos estándares altos de cohesión social”, un ámbito en el que Donostia es paradigmática, “cada barrio” de Gasteiz “presenta sus propias carencias”, que afectan a esa necesaria cohesión.
Julen Landa y Asier Otxoa, técnicos de Gaindegia, delimitaron varios “retos futuros” que las capitales vascas deberían cumplir en adelante para ser más sostenibles desde un punto de vista social. Estos son, entre otros, “limitar la artificialización del suelo”, seguir mejorando la “oferta de movilidad”, impulsar el alquiler social para “garantizar” la diversidad de edad en todos los barrios y fomentar también proyectos de activación socioeconómica en barrios con bajos niveles de formación.
Ciudades equilibradas por las que también apostó durante la cita Salvador Rueda, director de la Agencia de Ecología Urbana de Barcelona. El experto, uno de los artífices del Plan de Movilidad Sostenible de Gasteiz, defendió en una conferencia grabada el concepto de urbanismo ecosistémico, basado en un modelo urbano “compacto en su morfología, complejo en su organización, biodiverso, eficiente en el uso de los recursos y poco impactante, y cohesionado socialmente”. Porque, según recordó, “la ciudad no deja de ser un sistema de proporciones, como si fuese una paella”, en clara alusión al grave error que ha supuesto el modelo urbanístico basado en el consumo de suelo y recursos. “Si te pasas con la sal, ya no te la puedes comer”, recordó volviendo al símil gastronómico.
Para concluir, los máximos responsables de las áreas de Urbanismo en los ayuntamientos de Gasteiz y Pamplona, Álvaro Iturritxa y Joxe Martin Abaurrea, repasaron a través del diálogo la trayectoria de ambas capitales en el campo del urbanismo y plantearon nuevos objetivos de cara al futuro. “Gasteiz tiene suelo disponible para crecer durante los próximos 50 años”, recordó Iturritxa, antes de contextualizar que cualquier operación de este tipo debe venir acompañada siempre por un desarrollo económico y social de las áreas en crecimiento. El coordinador de Urbanismo y Medio Ambiente apuntó también a dos de los “problemas” fundamentales que sufre Gasteiz, la falta de eficiencia energética y de accesibilidad en los edificios de la ciudad consolidada, y a la necesidad de construir más equipamientos en la periferia. Abaurrea, entretanto, apostó por “pasar del paradigma de la ciudad depredadora y consumidora al de la ciudad productiva”.