Logroño - En el Rioja la calidad no es un tema que quede al azar. Un equipo de 160 catadores, a los que se evalúa cada año, serán quienes califiquen la cosecha 2016, pero también trabajan el resto del año analizando y garantizando el vino ya embotellado en las propias bodegas, además del que se pone a la venta en tiendas y lineales de todo el mundo. La cabeza visible de ese profesionalizado grupo humano es Pablo Franco, jefe de los Servicios Técnicos de la Denominación de Origen Rioja, de quien depende realizar el control de la calidad de los vinos y su evolución en diferentes fases y puntos.

La primera de esas tareas es el control del vino del año, una actividad que comienza en el momento en el que los vinos están recién elaborados y los técnicos acuden a las bodegas para tomar muestras de todos los depósitos. Esto supone alrededor de 4.500 partidas de vino en esa primera fase, justo después de elaborarlos. Asimismo, una segunda actividad de los servicios técnicos es de desarrollar un sistema de control de calidad en el cual se hace un análisis físico, químico y sensorial. Ese punto es en el que se toman muestras de los vinos que están embotellados en el almacén de la bodega. Allí se retiran muestras de los diferentes vinos: reserva, gran reserva, crianzas, blancos, rosados, tintos jóvenes? toda la tipología que elabore la bodega. También se realizan análisis una vez que el vino ha sido embotellado y está en disposición de la bodega.

Finalmente, la tercera fase de control, en la que están aumentando la intensidad, es en el punto de venta. Pablo Franco cuenta que Rioja hace un control cada año a nivel nacional e internacional, en los principales países de comercialización, para lo que se compran vinos en los puntos de venta con intención de ver la evolución que ha tenido el vino y realizar un seguimiento del producto que va a llegar al consumidor. Por lo tanto los vinos reciben tres fases de control: justo después de haberse elaborado, cuando está en el almacén de la bodega y cuando está en el punto de venta.

En busca del fraude La segunda y tercera fase de control, explica, es lo que les lleva, tanto en el control de mercado como en el control de almacén, a detectar los fraudes que se puedan estar produciendo de malos usos de Rioja-Denominación de Origen Calificada. Por lo tanto, esos controles no son sólo para evaluar sensorialmente o físicamente los vinos, sino también para detectar usos fraudulentos de la marca Rioja.

Para llevar a cabo esas tareas, en el Consejo Regulador hay un panel de cata que tiene una dimensión grande, “estamos hablando de 160 catadores que están sometidos a un rígido control”. Son 160 profesionales que han tenido que superar unas pruebas para poder entrar y que se repiten con carácter anual para su mantenimiento. Es decir, que un catador supera una serie de pruebas identificativas en las cuales tiene, por ejemplo, que detectar defectos, valores y umbrales de intensidad aromática, frutales, florales y demás. Pero ahí no queda todo. Con la herramienta informática que tienen se realiza un valor estadístico en donde se fija un indicador, que es la desviación con respecto a la media del grupo, una calificación que le da un valor a ese catador. El comité está segmentado en tres grandes grupos en los que participan todos los agentes involucrados en el vino: enólogos y viticultores, la parte comercial, como son los distribuidores y, en tercer lugar, los consumidores.

Para poder certificar el grado de calidad de los vinos de cada año, en el Consejo Regulador realizan un largo proceso que, a nivel interno, llaman “la calificada”. Ésta comienza el 1 de diciembre y llega hasta final de febrero. Ése es el proceso en el cual se analiza el vino recién elaborado, a través de un análisis físico-químico y otro sensorial. Este segundo siempre es anónimo, pues el catador no sabe qué es lo que está catando. Se cata a ciegas y nunca ve la botella, la referencia o la bodega, garantizando la imparcialidad y la independencia del catador.

Por lo tanto, hasta principios de marzo no se puede saber cuál es la calificación de la cosecha elaborada con las uvas del año anterior. Sin embargo, en muchas localidades, antes de esa fecha se anuncian actos festivos para degustar el primer vino del año. - P.J.P. / Foto: P.J.P.