vitoria - Para abrirse paso y garantizar su funcionalidad, el BRT necesita espacio. El suyo propio. Y esa exigencia supone, en el caso del trazado provisional previsto para sustituir la línea periférica de Tuvisa, la eliminación de 1.063 plazas de aparcamiento, la mayoría de ellas en barrios que arrastran un déficit histórico de estacionamientos. Son los casos de Adurza, Zaramaga, Txagorritxu o Ariznabarra, vecindarios de toda la vida sin garajes en muchas de las viviendas que se preguntan qué pasará con sus vehículos en caso de que desembarque el bus exprés y si, perjuicio a pie de calle aparte, el proyecto merece la pena. Todo lo que conocen de la propuesta del Gobierno Vasco es lo que les ha llegado a través de los medios, por ahora dudan de que haya que priorizar una inversión de más de cien millones para diez kilómetros que ya cubren los urbanos y advierten, en todo caso, de que la iniciativa debería abrirse a la participación ciudadana.

El presidente de la asociación de vecinos de Ariznabarra, Justo Sánchez, considera que “primero habría que analizar en profundidad las necesidades de la ciudad, establecer las prioridades y realizar un gasto racional”. Él no está en contra de los “llamados proyectos de ciudad”, pero “en un momento en que la situación no es tan boyante”, pues el propio Consistorio ha reconocido que el BRT sería inviable con una gestión pública, su propuesta pasa por detenerse un instante e identificar exigencias. “Quizá sería mejor dedicar el dinero a otras cosas que los viejos barrios necesitamos, como mobiliario urbano. Y si se quiere avanzar en la movilidad sostenible, se podría potenciar lo que ya tenemos, por ejemplo electrificando Tuvisa”, argumenta.

Es la opinión de quien pone voz a un vecindario que no se sorprende de no haber recibido información del proyecto del BRT aunque le afecte de lleno. “Tenemos muchas dudas. Estamos demandando espacios para estacionamiento porque en la mayoría de viviendas no tenemos garaje, y nos encontramos con un autobús que parece que se llevaría por delante todo el aparcamiento de Castillo de Fontecha”, alerta. El informe del Gobierno Vasco plantea, de hecho, la eliminación de 117 plazas. “Por eso, vamos a seguir proponiendo una solución que, si no al cien por cien, al menos resuelve de manera parcial el problema que arrastramos”, continúa. Se refiere a habilitar como estacionamiento el jardín frente al supermercado Consum.

También en Adurza llevan tiempo solicitando un aparcamiento en los jardines de Hegoalde, en superficie o subterráneo. La demanda tomó forma con el anuncio de la llegada del tranvía a las Universidades y se ha intensificado ahora. “Ya tenemos caos y con la que se avecina será mucho más”, alerta Serafín Lahidalga, portavoz del Consejo de la zona Olarizu. El proyecto plantea en el entorno que él representa la supresión de 59 plazas en Rosalía de Castro, de 230 en Salvatierrabide,52 en Domingo Martínez de Aragón y 140 en Zumaquera. Por ahora, sin embargo, la única respuesta recibida por parte del Ayuntamiento a su solicitud es que “se estudiará, pero que no hay dinero”. Una afirmación que choca con unas inversiones en movilidad que, para el barrio, traen más problemas que soluciones. “Lo primero debería ser analizar nuestras necesidades y las de Vitoria”, dice Lahidalga, en coincidencia con Sánchez, “pero sólo se hacen parches”.

Jon Ander Resa, portavoz de Etxegorri, tampoco duda en mostrar su preocupación por la supresión de plazas anunciada. “Se habla de hasta 120 si el bus discurriera por la derecha”, apuntilla. Demasiadas para un barrio que de día ya sufre “serios problemas de aparcamiento” por la cercanía de la OTA en la Avenida Gasteiz, el hospital, el edificio de consultas externas y los tres centros educativos. “Ahora, el parking de Gazalbide ya está lleno. Si no se plantearan alternativas con la llegada del bus exprés, ¿qué pasaría?”, pregunta sin obtener respuesta. Su objetivo, ahora bien, es que acabe llegando. “Esperamos que las instituciones nos informen y que se realice un proceso participativo”, subraya.

Por calles. Las calles que perderían todas sus plazas de aparcamiento, según el borrador del trazado, son Méjico (48), Rosalía de Castro (59), Salvatierrabide (230), Diego Martínez de Aragón (52), Zumaquera (140), Jacinto Benavente (180) y Madrid con Zaramaga (115). Además, se verían afectadas de manera parcial otras cuatro arterias: Bulevar de Euskal Herria (50 plazas menos), José Achotegui (42) Castillo de Fontecha (117) y Juan de Garay (30). También se contempla la tala de 132 árboles.