Vitoria - El penúltimo día de La Blanca amaneció caluroso, pero pese al sol y la carga acumulada, las cuadrillas de blusas y neskas tenían ayer mil y una actividades que ofrecer a personas de todas las edades. Unas, como la tradicional y multitudinaria gambada popular de la mano de Gasteiztarrak, para calmar el estómago con un buen pintxo y un vinito antes de la hora de comer. Otras, como Margolariak, cediendo el testigo a los txikis para que dejaran volar su imaginación culinaria en la primera edición de Margotxef. Y al mismo tiempo, los recién llegados Bihurriak aunaban gastronomía, música, juegos y solidaridad con la celebración de un festival solidario en la plaza Santa Bárbara en favor de los niños afectados por Ataxia Telangiectasia (AT).

En plena Virgen Blanca, divididos por parejas, niños y niñas como Irati, Hodei, Amaia, Asier y Adrián se afanaban por terminar sus platos antes de que el jurado se acercara a juzgar el resultado de las obras con las que optaban a llevarse el primer Margotxef de fiestas de La Blanca, que no tenía nada que envidiar a su homólogo Masterchef Junior. Cada pareja tenía que cocinar una ensalada y un pintxo con multitud de ingredientes puestos a su disposición por el restaurante Ludus. “Les habíamos dado una hora de tiempo para hacer los platos, pero la mayoría ha terminado en un cuarto de hora”, explicaba entre risas Iñigo Ortiz, de la cuadrilla Margolariak, sobre una actividad que vivió su debut en fiestas y que “para ser la primera vez ha sido un éxito, con muchos niños y niñas que se han animado a participar”.

La oferta era variada y apetitosa, con algunas propuestas novedosas que harían las delicias de Ferrán Adriá, como la ensalada que había elaborado Irati, con “lechuga, pasta, huevo cocido y tomate cherry”. Pollo, bacon, setas... Cada chef elegía ingredientes según le dictaba su instinto, aunque alguno contara con una pequeña colaboración de estranjis de sus aitas y amas.

Mientras en la Virgen Blanca la gastronomía infantil reinó durante toda la mañana, en otro punto del centro de la ciudad, en la plaza Santa Bárbara, la cuadrilla Bihurriak reunía también a niños y adultos en un festival solidario en favor de los afectados por AT que contó con la colaboración de Aitzina Folk. Allí, con un buen sol pegando a media mañana, blusas y neskas, colaboraban con los txikis para elaborar un mural con la imagen de Vitoria, mientras otros daban candela a la barbacoa en la que prepararon los platos solidarios, incluida una buena paella. ¿Y de postre? “Sandía, que con este calor entra de maravilla”, admitían Koldo Ibisate y Alberto Estíbaliz, de Bihurriak, que este año debuta en fiestas de La Blanca.

“Decidimos organizar este festival para recaudar dinero por una buena causa, y elegimos ésta porque conocíamos a niños afectados por la enfermedad. Estamos pasando una buena mañana y la gente se acerca a preguntar y participar, así que estamos contentos”, resumían.

colas para las gambas Mientras el Margotxef de Margolariak y el festival solidario de Bihurriak ejercieron de recién llegados a las fiestas, en otro punto de la capital alavesa la cuadrilla Gasteiztarrak llevaba de nuevo a la calle Bastiturri un clásico de La Blanca, la gambada popular, que ayer cumplía nada menos que 22 ediciones.

Con semejante bagaje, era de esperar que muchos minutos antes de que los blusas y neskas repartieran las gambas la cola para hacerse con un pintxo llegara ya más allá de lo que alcanzaba la vista. “Todos los años viene muchísima gente y éste no iba a ser menos. También está a tope”, admitía Iñaki Ruiz, de Gasteiztarrak. Como cada año, los donativos que iban recibiendo se guardaban para una causa solidaria.

“Este año hemos colaborado con Montes Solidarios”, apuntaba Ruiz en referencia a la organización gasteiztarra que ayuda a subir al monte a personas con diversidad funcional que no pueden ascender por sí mismas. Entre gamba y gamba, con el correspondiente chuperreteo a las cabezas y el obligatorio trago de cerveza y txakoli, la cola se fue reduciendo mientras aumentaba la bolsa de donativos por una buena causa. - DNA / Foto: DNA / J.M.