Siempre hay un lugar en el recuerdo para la primera vez. Debutar en el txupinazo no es fácil, pero se vuelve un poco más sencillo porque, como todo lo que se hace acompañado de miles de personas, la experiencia compartida sabe mejor. Ayer, la plaza de la Virgen Blanca se llenó de gasteiztarras ansiosos por vivir el que para muchos es el mejor día del año, pero entre la multitud también podían atisbarse los rostros de aquellas personas cuya mirada denotaba una mezcla de sorpresa, admiración y excitación. Eran los turistas procedentes de diferentes países que disfrutaban del pistoletazo de salida de las fiestas de La Blanca por primera vez.
Algunos se metieron tanto en el papel que hasta se quitaron la camiseta, como Víctor y Andrea. El primero aterrizó en Vitoria procedente de México. El segundo, de Italia. Acompañados de dos amigos, Iñigo y Juanmi, ambos coincidieron en señalar hasta qué punto les había gustado la experiencia de disfrutar in situ de la bajada de Celedón. “Vengo desde Italia y es la primera vez que estoy en la bajada de Celedón. Me ha gustado mucho. Buena fiesta. ¿Celedón? Excelente”, respondía Andrea, escueto con una sonrisa a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA en pleno corazón de la Virgen Blanca, apenas unos minutos después de que Gorka Ortiz de Urbina se despidiera y la marea de gente que hasta ese momento abarrotaba la plaza empezara a desalojarla mientras los operarios de limpieza recogían las primeras botellas.
Andrea posaba para la fotografía abrazado a Víctor, un joven mexicano para el que el de ayer también fue su debut en el txupinazo. “Me lo he pasado genial. Yo vengo desde México y para mí también ha sido la primera vez. Ha sido una experiencia genial”, explicaba un descamisado Víctor.
Como estos dos jóvenes, aunque en su caso disfrutando de una bajada más tranquila, Maria relataba la “emoción” que acababa de vivir rodeada de miles de personas en pleno éxtasis gasteiztarra, con el champán volando por encima de sus cabezas y una Virgen Blanca cantando al unísono el cántico en honor a Celedón. “Vengo desde Bulgaria y también es mi primer año en Celedón. He visto muy buen ambiente, mucha emoción. Me habían contado cómo iba a ser pero vivirlo en primer persona ha sido muy diferente”.
Italiana como Andrea, para Ilaria la de ayer también fue su primera vez con Celedón. “Ha sido mejor de lo que me esperaba. Me he mojado muchísimo y todo ha ido genial”, narraba esta visitante transalpina acompañada de su amiga Karla. Pero como no sólo de visitantes viven las fiestas, a unos metros, todavía con la Virgen Blanca en ebullición, la cuadrilla de amigos formada por José Antonio, Edurne o Arantza narraban también cómo habían disfrutado del txupinazo. “Al final amenazaba con que iba llover pero no ha caído agua, aunque a cambio ha llovido kalimotxo”. - DNA / Foto: Jorge Muñoz