vitoria - Todos los años, y ya van al menos quince, el 5 de agosto a las cinco de la tarde se celebra una concentración frente a la plaza de toros para exigir el fin del espectáculo de sangre y muerte que se cuece dentro. Esta vez, y será la primera, la habrá con el objetivo contrario. Según ha podido saber DNA, los amantes de la llamada fiesta nacional se han adelantado al colectivo animalista y han conseguido autorización para manifestarse a esa misma hora en ese mismo sitio. Su lema, Prohibido prohibir, eslogan de mayo del 68 que los protaurinos han hecho suyo para reivindicar la continuidad de lo que consideran patrimonio cultural en un momento que es clave en muchas ciudades. Vitoria incluida. El Ayuntamiento tiene previsto convocar este año una consulta popular para que la gente decida con su voto si quiere o no que se continúe celebrando la feria.

Ahora, está por ver si habrá encuentro de los dos bandos. En otros lugares ha pasado que los grupos antitaurinos no han recibido permiso para concentrarse por haberlo solicitado primero los taurinos, lo que les ha obligado a buscar otros espacios a los que trasladar el acto o llevarlo a cabo en un día diferente, pero también ha habido sitios donde se han celebrado simultáneamente las dos manifestaciones. Y en esos casos siempre se han producido episodios de tremenda tensión. Las espadas están últimamente muy altas. El cambio político en numerosas capitales y comunidades provocado por las elecciones de 2015 ha tenido un efecto directo sobre el apoyo o rechazo a la tauromaquia. La otrora fiesta nacional se ha convertido en un tira y afloja entre los aficionados a los toros y sus cada vez más influyentes detractores. En Vitoria, apenas una decena de personas se concentraba el 5 de julio frente a la plaza hace quince años. Ahora, se cuentan por cientos.

La posición de los antitaurinos se hizo más fuerte en Gasteiz, además, tras la aprobación de la nueva ordenanza municipal de protección de los animales, que en un artículo recoge la prohibición expresa de “maltratar o agredir a los animales o someterlos a cualquier práctica que les pueda producir sufrimientos o daños y angustia”. A su juicio, eso es lo que supone la feria, aunque el Ayuntamiento decidiera en la pasada legislatura excluir estos espectáculos de la normativa para no enrocarse en la polémica y conseguir que el resto del texto saliera adelante. Además, los antitaurinos consideran una irresponsabilidad subvencionar la feria con dinero público y advierten de que si no fuera por el apoyo institucional ésta no sobreviviría. En Vitoria lleva tiempo siendo una iniciativa deficitaria, aunque la empresa que ha desembarcado en la ciudad para tratar de reflotar las corridas está dispuesta a correr riesgos con el único propósito de devolverle el brillo de antaño. Y lo está haciendo con polémica.

Fusión Internacional por la Tauromaquia difundió hace unos días un vídeo dentro de su serie infantil Educatauro para defender la continuidad de este espectáculo. En cuanto salió a la luz, la Comisión de Blusas y Neskas lo denunció. Una niña de cinco años se citaba con un blusa que le explicaba que las cuadrillas iban a “apoyar los toros porque son parte fundamental de la fiesta”. El uso de esta figura y el comentario generaron tanto malestar que la empresa pidió disculpas y cambió el personaje por el de un gasteiztarra cualquiera. Un gesto que, sin embargo, no le sirvió de mucho. En el día de Santiago, las cuadrillas boicotearon el Gran Prix en señal de protesta.

polémica con el burro Por otra parte, durante el día de ayer se generó una polémica en la ciudad después de que la cuadrilla Batasuna decidiera “hacer un guiño a la tradición” y pasear un burro por el centro de la capital alavesa en el día en el que se cumplía la prohibición de emplear a estos animales en una carrera. El paseo se saldó con aplausos por parte de algunos y reproches por quienes consideraron este acto “una provocación”. Las activistas del colectivo Okupa Tordesillas Euskadi aseguraron incluso haber sido agredidas por miembros de Batasuna al tomar imágenes del paseo para denunciarlo. - DNA / Foto: Efe