Gasteiz - Los trabajadores de Foronda avanzaron ayer que la cita que mantendrán mañana con AENA en los juzgados no servirá para desenquistar la huelga que la terminal arrastra desde el pasado 25 de abril. La cita, motivada por lo que los empleados consideran un incumplimiento flagrante del acuerdo para atender vuelos fuera del horario operativo, que se remonta al 13 de diciembre de 2013, llevó hace unas semanas a los representantes de AENA a congelar las negociaciones hasta verse las caras en los tribunales, con intención de que sea el propio juez el que dirima cuál de las partes tiene razón -al menos en este citado punto- y retomar desde ahí las conversaciones.

Sin embargo, el comité de trabajadores del aeropuerto alavés quiso dejar claro en un comunicado que “la sentencia tardará meses en ver la luz y, si AENA continúa con su práctica de recurrir hasta el Tribunal Supremo los juicios que pierde, puede llevar años obtener una sentencia firme que permita a AENA repensar su decisión de aceptar una mediación”, aseguraron los miembros del comité, en referencia a la negativa del ente aeroportuario estatal a aceptar que un representante de Inspección de Trabajo ejerza de mediador en las negociaciones.

Para la plantilla, “la práctica de AENA hasta ahora ha sido evitar la aplicación del derecho necesario y, en vez de negociar para alcanzar un acuerdo que respete la ley y permita el funcionamiento del aeropuerto, ha desviado la atención y culpabilizado a los trabajadores de la incapacidad de la empresa para atender vuelos en un horario en que el aeropuerto está cerrado por decisión de AENA, como está plasmado en el plan de eficiencia aeroportuaria”. Y es que, además del chárter a Noruega, cuyo despegue tuvo que ser trasladado a Loiu ante el temor a no poder ser operado por la huelga, la semana pasada, como avanzó este periódico, Foronda perdió también los cinco vuelos de agosto a Lisboa, que se operarán desde el aeropuerto bilbaíno. El resto de la operativa estival, con viajes a Mallorca y Menorca en julio y agosto, se encuentran también en el aire.

“La huelga está motivada por el incumplimiento de AENA de los límites de derecho indisponible relativos a jornada y descansos. Ese incumplimiento resulta de una práctica de AENA que en ningún momento está legitimada por el acuerdo de diciembre de 2013 y va contra la ley”, esgrimió ayer el comité, que la semana pasada se topó con un comunicado de los trabajadores temporales, fichados por el órgano estatal para operar los vuelos de este verano, en el que mostraban su rechazo a la huelga y aseguraban que su opinión no ha sido nunca tenida en cuenta por el comité. La huelga, cabe resaltar, está convocada en horario diurno -cuando trabajan los eventuales- y no nocturno, que es cuando trabaja la plantilla fija.

“AENA se niega ilegalmente a negociar y tampoco admite un mediador que oriente a las partes, pero seguiremos buscando fórmulas que permitan trabajar”, incidió el comité, que en su nota sostiene que “durante una huelga la negociación no es voluntaria”. “Existe para las partes una obligación de negociar que expresamente consta en el artículo 8.2 de la Ley de huelga, en el que consta que “el comité de huelga y el empresario deberán negociar para llegar a un acuerdo, sin perjuicio de que en cualquier momento los trabajadores puedan dar por terminada aquélla”.

Sobre la “incomprensible falta de aceptación de AENA a una mediación”, el comité concluye que “la mediación ha de ser aceptada por ambas partes, pero esa libertad para su aceptación no permite que AENA se niegue a negociar. Tampoco el mediador evita la negociación, sólo ayuda a las partes”, aseguran finalmente los trabajadores de la terminal, que mañana acudirán al Juzgado de lo Social número 3 de Vitoria para abordar el conflicto derivado del acuerdo para los vuelos fuera de horario.