Vitoria - El ruido producido por el ocio nocturno en la parte antigua de Gasteiz, o mejor dicho, la solución para librarse de él, trae de cabeza a los miembros de la denominada Plataforma del Casco Medieval para la Conciliación del Ocio y el Descanso Vecinal. Hasta 18 representantes de este colectivo se dieron cita ayer en la sede del Síndico para encontrarse con el defensor vecinal, analizar la situación y buscar una salida consensuada al problema del bullicio que durante las madrugadas del fin de semana quita el sueño a los ciudadanos. Entre otras medidas, los participantes en el encuentro de ayer subrayaron la necesidad de retomar el plan municipal contra los ruidos, actualizarlo y ponerlo en práctica, ya que, tal y como recordó el propio Síndico de Vitoria, Martín Gartziandia, desde que se elaboró hace ya tres años nunca se ha llegado a aplicar en lo que a ocio nocturno atañe.

La reunión arrancó con la presentación, por parte de la representante de la empresa Noismart Leire de Acha de un semáforo medidor de sonidos especialmente ideado para este tipo de situaciones. Cuando el sonómetro incorporado en el aparato detecta que se ha sobrepasado el límite, lanza un aviso pregrabado demandando silencio o, directamente, enciende una luz roja de aviso. Es factible que, en un futuro cercano, se implanten estos dispositivos en las zonas más conflictivas por cuestión de contaminación acústica de la almendra medieval para tratar de reducir el número de puntos negros.

El Plan de Acción para la Mejora del Medio Ambiente Sonoro, cuya vigencia prevista arrancaba en 2013 y concluía en 2018, es una de las asignaturas pendientes del Ayuntamiento. “Se aprobó el plan, pero las acciones que allí se contemplan no se han llevado a término en lo que se refiere al ocio nocturno”, señala Gartziandia. Es más, añade que “habría que repensarlo, porque desde 2013 has ahora se han producido novedades como el hecho de que se fume en la vía pública y no en los bares, lo que ha cambiado mucho la realidad”.

Sonómetros de ocio Una de las conclusiones que se extrajo de la reunión de ayer es que los 17 sonómetros ya instalados en la ciudad están estratégicamente ubicados para registrar el sonido procedente del tráfico, no del ocio nocturno. “El Casco Viejo, a lo largo del día es una zona tranquila, pero durante los momentos de ocio presenta una problemática muy particular”, explica el Síndico. La colocación de nuevos medidores enfocados al bullicio de fin de semana permitiría un mejor diagnóstico, una cuantificación del problema y establecer una evolución en las posibles soluciones. Los puntos de instalación se corresponderían con aquellos que acumulan un mayor número de denuncias ciudadanas.

Por último, Gartziandia apunta la conveniencia de habilitar un presupuesto para sensibilizar a la ciudadanía sobre esta problemática. “En la actualidad, no hay ninguna partida municipal destinada a la concienciación en materia de ruidos”, concluyó. - A.B.